Por Manuel Alfonseca Doctor Ingeniero de Telecomunicación y Licenciado en Informática, Profesor Honorario de la Universidad Autónoma de Madrid, Publicado en el Blog Divulgación de la ciencia, el 18 de Mayo de 2017.
Algunos filósofos, como Nick Bostrom (fotografía de la derecha) y los transhumanistas, han inventado una versión actualizada del superhombre de Nietzsche. Sus previsiones se basan en dos avances científicos presentados como inminentes desde hace varias décadas: la inmortalidad, que se alcanzará cuando los avances en medicina aumenten la esperanza de vida más allá de un año por año. Y la inteligencia artificial, el diseño de máquinas super-inteligentes. Ambos avances podrían combinarse para alcanzar la inmortalidad a través de la inteligencia artificial, si conseguimos descargar en una máquina súper-inteligente nuestra consciencia (que ni siquiera podemos definir científicamente), para que siga existiendo dentro de la máquina.
Por Rafael Monterde Ferrando, Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia
La capacidad técnica del ser humano ha sido siempre sorprendente a lo largo de la Historia. Tanto es así que incluso ahora, al contemplar los artefactos de la Antigüedad clásica, podemos asombrarnos del ingenio de la Humanidad. Quienes conozcan el mecanismo de Anticitera podrán afirmar que la complejidad de este sistema de computación, ideado para calcular el movimiento de los astros, es asombroso. Es posible que el asombro que suscitan en nosotros nuestras creaciones nos lleve a pensar que la capacidad creativa y técnica que nos caracteriza tiene un origen divino.