Por Kelly Rae Chi. Publicado en The Scientist el 1 deSeptiembre de 2016
© BRYAN SATALINO
Cómo superar los desafíos del trabajo con CRISPR para manipular genes en células troncales humanas para estudiar su función en enfermedades específicas o para corregir defectos genéticos en células de pacientes
La última década ha considerado el nacimiento de dos herramientas biológicas increíblemente útiles, y ahora los científicos están comenzando a integrarlas. La primera son las células plutipotentes inducidas humanas (iPSCs). Un avance que determinó la adjudicación del Premio Nobel de 2012 a Shinya Yamanaka y John Gurdon, y que se aplicó primero en ratones en 2006 y posteriormente en seres humanos, demostrando que es posible invertir las células de la piel del adulto en células troncales (madre) pluripotentes, que se pueden alternativamente procesar para convertirlas en casi cualquier tipo de célula. Estas células son portadoras del genoma de una persona, y proveen a los investigadores la capacidad de crear los tipos de célula que serían de otra manera imposibles de obtener del organismo vivo del paciente. Las iPSCs ofrecen nuevas perspectivas de gran alcance para modelar enfermedades humanas monogénicas y complejas y adaptar terapias basadas en células.
Por Nicolás Jouve, Catedrático Emérito de Genética y Presidente de CíViCa (Asociación miembro de la Federación Europea One of Us). Publicado en Actuall, el 8 de Agosto de 2016.
La oposición basada en emociones y dogmas, en contradicción con los datos de la ciencia debe ser detenida”, es una de las frases contundentes del Manifiesto titulado “Support GMOs and Golden Rice” (Apoyo a los Organismos Modificados Genéticamente y al Arroz Dorado), firmado a estas alturas del verano por 110 premios Nobel, todos sin duda con méritos indiscutibles en sus diferentes contribuciones a la ciencia y a la humanidad. Se trata de un documento trascendental en la línea de valorar las aplicaciones de la ciencia en favor del bienestar humano, referido en este caso a las nuevas tecnologías desarrolladas a partir de los años setenta del siglo pasado, tras la irrupción de la llamada “ingeniería genética”, destinada a modificar genéticamente los organismos vivos, que en el caso de las plantas cultivadas se aplica con el fin de mejorar alguna propiedad relacionada con su utilización: más resistentes a los agentes patógenos, adaptación a suelos pobres o a nuevas condiciones ambientales, aumento de su producción, mejoramiento de la calidad, etc.
Publicado en la Sección Noticias del CNIC [Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC)] el 7 de Julio de 2016
El estudio que se publica en Nature aporta una información valiosísima para las técnicas de reemplazamiento mitocondrial, una aproximación terapéutica, conocida como “hijos de tres padres genéticos”
La manera en la que el ser humano envejece puede estar determinada mucho antes de que se inicie el proceso de envejecimiento y aparezcan las primeras señales. Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC), en colaboración con las Universidades de Zaragoza y Santiago de Compostela y el Medical Research Council de Reino Unido, han demostrado cómo la combinación e interacción de nuestros dos genomas, nuclear y mitocondrial, desencadena una adaptación celular que tendrá repercusiones a lo largo de toda nuestra vida y que determinará la calidad del envejecimiento.