Por Jesús Pueyo. Publicado en Páginas Digital el 13 de Agosto de 2016
Ya son muchos años escuchando que la enseñanza concertada nació como subsidiaria de la enseñanza pública y que debe existir, en todo caso, en aquellos lugares a los que no lleguen los centros públicos. Es tal el poder que tiene esta afirmación que, fruto de esta concepción excluyente y a todas luces errónea de lo que realmente es nuestro sistema educativo, algunas administraciones han entendido que pueden llevar a cabo políticas que en su fondo han propiciado que la enseñanza concertada se haya reducido pese a tener una gran demanda social en sus territorios.