Además de cobrar por el plástico, ¿van a hacer algo?

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Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa). Publicado en el Blog del autor Esperando la Luz el 11 de agosto de 2018.

Para reducir el consumo de bolsas de plásticoque son necesarias por razones de higiene, o que se suministran como envase primario para alimentos a granel, como fruta, legumbre, carne, pescado, proporcionadas a los consumidores en los puntos de venta de bienes o productos en el mercado nacional, se van a cobrar por Real Decreto 293/2018, de 18 de mayo.

De hecho, desde el 1 de julio 2018, ya se cobran. «Los actuales niveles de consumo de bolsas de plástico…provocan contaminación en el medio ambiente y agravan el problema generalizado de la presencia de residuos en las masas de agua, lo que supone una amenaza para los ecosistemas acuáticos en el ámbito mundial».

Así pues, se prohíbe la entrega gratuita a los consumidores de las bolsas de plástico con asa o sin asa.

Los comerciantes deben cobrar expresamente por cada bolsa de plástico que proporcionen al consumidor. Los importes autorizados son  5 céntimos de euro/bolsa, 10 céntimos de euros/ bolsa y 15 céntimos de euro/bolsa, según su espesor en micras.

1.- Pero, los ciudadanos, tenemos derecho a información, respuestas y soluciones.

Alguien ha dividido la historia de la Humanidad en Edad de PiedraEdad de los Metales y la Edad del Plástico, en la que nos encontramos. Es importante que tomemos conciencia de  la degradación del Planeta por causa de la acción humana. Se está llegando a el límite de poner en peligro la propia supervivencia.

Los gobiernos a través de los medios de comunicación que manejan, deben alertar, poner en marcha campañas y «educar» para mejorar el ecosistema en que vivimos y estamos envenenando. Pero nadie dice ni hace nada, salvo que hay que «pagar» por las bolsas.

Parece como que los comerciantes, hasta ahora, nos hubieran estado regalando, gratis et amore, según el RAE, gratuitamente, las bolsas y/o envoltorios de los productos que compramos. Todos sabemos que eso va en el precio. La prueba: ¡ninguno se había quejado!

Imponer al consumidor otro «pago disuasorio«, sobre el plástico, envase o envoltorio, sugiriendo incluso el precio, según las micras de la bolsa con asas o sin asas, parece lo que es, «una tomadura de dinero»,  porque :  1) Seguro que todos los consumidores, menos yo, «sabemos a qué equivale la micra».  No he visto ningún comerciante que tenga a mano «un patrón», para  mostrar y valorar por qué tenemos que pagar, 5,10, 15 cts.  (Tal vez solo los especialistas ¿y políticos? pueden entender que «la micra se utiliza para medir objetos microscópicos», y que es  «una medida de longitud, equivalente a la millonésima parte de un metro» que nada tiene que ver con lo que compramos, al peso).

https://youtu.be/2JWmKdai5xE

Y 2)  ¿En qué va a emplearse el dinero recaudado?  Desde 2002 el Estado venía cobrando un importe a los usuarios de vehículos. Fue conocido como «el céntimo sanitario» en el carburante.  11 años después el Tribunal de Justicia Europeo, sentenció que ese impuesto era «ilegal«.   Para entonces se habían recaudado 13.000 millones.Para devolver, había que presentar justificante de los pagos.  Solo una mínima cantidad pudo ser devuelta.   Si ahora tenemos que pagar, 5, 10 ó 15 céntimos de euro en los distintos comercios en que se tiene que hacer la compra diaria, puede llegar a suponer una cantidad de dinero muy importante.  Por lo menos tenemos derecho a saber qué se va a hacer con ese dinero.  Si no se dice claramente, o no se va a hacer nada, habrá que concluir…lo de las bolsas plástico es un simple pretexto para cobrar «algo» mientras el mundo del plástico sigue desbordado, saturado, y a corto plazo sin solución.

https://youtu.be/2HcNqWxZNtk

 2.-Los hechos y las cifras.

Hay necesidades y donde invertir. Y los políticos y el número inmenso de asesores que pagamos deben informarse, asesorar y buscar soluciones.

Los plásticos son útiles y poco costosos. Al ser desechados y arrojados al vertedero, mal reciclados, se degradan y dispersan por tierras y campos pero acaban en el mar. La fragmentación y dispersión global del plástico en el medio ambiente comienza enseguida.  Podemos pagar por el plástico, pero el reciclaje pertenece a las administraciones. Y las bolsas son una mínima parte del problema que son los plásticos en general.

Se sabe que 288 millones de toneladas de plástico se producen cada año. Y más del 10%   de esas toneladas acaban en el mar. De una forma u otra, aves, animales, peces y otros organismos, entran en contacto con el plástico. Con lo que se convierte, unas veces, en trampa en las que quedan atrapados y, otras, al ingerirlo, termina en su vientre. En consecuencia:  1) pueden morir, pues su estómago no está preparado para digerirlo; y 2) inevitablemente están entrando a nuestra cadena alimentaria humana y la gravedad es mayor, porque no se previene a los humanos, a los que solo se les pide que «paguen» un precio monetario, cuando el precio en salud…es incalculable.

Cada minuto se compra un millón de botellas de plástico en todo el mundo. Según the Guardian  el uso de botellas de plástico, aumentará a más de medio billón a finales de esta década. Ello creará una crisis medioambiental que algunos comparan, en gravedad, con el cambio climático.

De seguir así, para 2050, según una investigación de la fundación Ellen MacArttur el plástico de los océanos pesará más que los peces que haya en ellos.

El agua es  la base  de la vida. El agua contenida en los «vasos de la Tierra» representaría un volumen de 1.386 millones de kilómetros cúbicos.  ¿Alguien puede imaginar el peligro de la contaminación para la vida en este Planeta?  Pues, dicen los expertos que  el peligro  está en toda la columna de agua e incluso en el sedimento, del fondo. A nivel mundial la mayor parte del plástico que se produce no se recicla. Ahí radica originariamente el problema.

El plástico absorbe las toxinas del agua. Aunque sea en pequeñas partículas,  siguen siendo  no biodegradables y tóxicas Los seres microscópicos que componen el plancton marino comen microplásticos y microfibras al igual que animales filtrantes como los mejillones. Y de una forma u otra,  más de 300 especies de animales, peces y aves, lo ingieren, y luego…terminan en el estómago de los seres humanos.  «La ciencia apenas está comenzando a estudiar este fenómeno, y poco se sabe de su impacto en la salud de los animales y las persona». [enlace]

Al ritmo actual, en una década, habrá un kilo de plástico por cada 3 de pescado. Lo que no es de extrañar si -en el mar-  por cada milla cuadrada hay 100 millones de toneladas de plástico (contando los fragmentos en suspensión de menos de 4 mm),  que tienen la propiedad de atraer componentes aceitosos (hidrofóbicos) del agua de mar.

En los países desarrollados, ni siquiera se habla de esa contaminación del plástico en las playas, mientras… se reparten «banderas de limpieza». Y muchas playas, ni siquiera en España han obtenido bandera azul, por falta de depuración de las aguas residuales vertidas al mar.

Fundamentalmente, habría que depurar en tierra, y no contaminar más el mar. Porque como el mar está en movimiento y hay poderosas corrientes, cualquier intento de limpiar el plástico del mar, es muy difícil. Hasta ahora, pese al desafío, poco más se ha hecho que, recomendar el reciclaje.

Algunos dicen que el ser humano está destruyendo el planeta de todas las formas posibles. Por eso son tajantes: «si este planeta quiere sobrevivir primero tiene que eliminar al ser humano. Como el ser humano siga existiendo todo el planeta está condenado a morir».

El nivel actual de reciclaje en nuestro país es muy bajo, entorno al 31% .

¿No se puede hacer más o faltan conocimientos y voluntad, para pasar de la fragmentación y lo compostable? ¿En cuántos ríos, o tramos de rios o pantanos, nuestros ayuntamientos, autonomías o Estado han colocado barreras flotantes que atrapan el plástico atraído por las corrientes, con empleados encargados de sustituirlas o limpiar los desechos atrapados? ¿Cuántos grupos de voluntarios se han organizado para ayudar a recoger plásticos en el entorno donde viven?

Alguien bien informado como el holandés Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea,  ha dicho  que debemos ir hacia «una economía en la que es rentable reciclar plásticos» porque el plástico no reciclado que se desperdicia cada año podría alcanzar un valor de más de 70.000 millones de euros.

En algunos países, se ha implantado el «retorno incentivado», para que no se dispersen en la basura. ¿No sería más rentable para el consumidor, cobrar por devolver que pagar?

3.- The Ocean Cleanup: un buen proyecto.

El autor del proyecto es  Boyan Slat, un joven holandés estudiante de Ingeniería Aeronáutica que decidió centrar sus esfuerzos y su talento en el diseño de un proyecto que beneficiará no solo al medio marino, sino a toda la humanidad.

En 2012 mientras nadaba en el mar griego, le impacto el que hubiera más plástico que peces.  Comenzó a crear un equipo con gente capacitada de todos los países.  Se comunican en inglés. Han creado una financiación y un proyecto para poder limpiar el océano.  Todo ello desde la ciudad holandesa de Delft.

Para financiarse pensaron en el Crowdfunding, ideas por dinero. Los creadores (que requerían de financiación) y los usuarios (que demandaban proyectos creativos y pagaban por ellos) nacía el Crowdfunding, -la financiación colectiva-, como una nueva opción para financiar, en un primer momento, proyectos creativos. Fuente: Wikipedia.

El primer paso del proyecto fue la elaboración de un mapa de basura en el Pacífico. Para ello, Slat usó una flota de treinta barcos entre Hawaii y EEUU, para cuantificar la presencia de residuos a lo largo de 3,6 millones de km2.

En 2015 el proyecto Ocean Cleannup se alzó como uno de los 25 mejores inventos, según la revista Time. Al Gobierno holandés le pareció interesante y útil. Donó 500.000 euros para ayudar a su financiación. De hecho Slat  fue el ganador más joven del premio global de medioambiente de Naciones Unidas.  Le ha sido concedido también el premio Campeones de la Tierra y en 2017 era el europeo del año. (Escribí sobre ello: Mar y plástico. ¿Vida en peligro? 28-2-17:Enlace)

Su idea clave, aprovechar las corrientes marinas: «¿por qué en vez de tratar de perseguir los desechos no aprovechamos las fuerzas de las corrientes y hacemos que vengan hacia nosotros?»

Para ello, fabricar un par de enormes brazos flotantes de unos 30 kilómetros de extensión cada uno y que forman aproximadamente una V y que tendrían alrededor de 3 metros de profundidad, atrapando de esta manera el plástico flotante en el agua. Dicha V iría concentrando los desechos hacia el centro, donde una enorme plataforma cilíndrica serviría como contenedor hasta que un barco viniera a recogerlo, presumiblemente cada 45 días. Según lo planificado, podrían recogerse de una vez hasta 3000 metros cúbicos de plástico, algo así como una piscina olímpica llena hasta arriba». Esto era una etapa inicial.

Pero el equipo siguió trabajando, mejorando el proyecto y adaptándolo. En mayo de 2017 presentaba el esperanzador proyecto para que entrara en funcionamiento en 12 meses. Ver:

https://youtu.be/du5d5PUrH0I

Había que superar algún inconvenientes pero… ya casi nadie duda de que será un éxito. Incluso la fragmentación del proyecto, permitía mejor financiación y la utilización de la mejor tecnología y la limpieza casi total en un tiempo record. Lo que en principio se pensaba para 2050, podría realizarse  hacia 2020. Incluso esa espera parecía muy grande. Hoy ya está operativa.

¿De dónde salen recursos económicos para el desarrollo del proyecto? Pues su autor y un equipo de hasta 100 personas que colaboran con él  han habilitado una web donde explican todos los detalles del proyecto y la manera en que las personas interesadas en colaborar  pueden hacerlo. El presupuesto del mismo está estimado en más de 2 millones de dólares.

https://youtu.be/PePvbhy-qGY

 4.- Conclusión:

Cuando se conoce la realidad del peligro del plástico para la vida del Planeta,  y se conoce el proyecto de Slat, el impuesto de cobrar las bolsas de plástico parece como encender una cerilla para iluminar la noche.

¿Cómo que no se puede hacer más que eso?  Todos debemos de estar interesados en acabar con el plástico. El futuro de la Humanidad está en peligro. Hasta los pueblos más pobres se implican y comunidades enteras se ponen a recoger y limpiar de plástico de, ríos, playas, y entorno donde viven. Pueden ver mil  videos. También se puede colaborar en este gran proyecto.

Hay esperanza. Los jóvenes son el futuro del Planeta y de la Humanidad. Solo necesitan que alguien les ilusione y les ofrezca una razón para  mejorar su vida y su entorno.

Si en Chile se están realizando bolsas que se disuelven con el agua y no contaminan, ¿por qué no se mejora el medio ambiente, con una opción tan simple?

Claro que hay otras.  Para ayudar a limpiar, todo es posible, menos cruzarse de brazos.

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa