Por José Manuel Belmonte, Dr. En Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa. Publicado en su blog Esperando la Luz el 13 de febrero de 2021. (Imagen de portada: Lanzamiento de la nave espacial árabe, desde Tanegashima (Japón) en julio 2020)
Los humanos enviaron a Marte tres naves espaciales: una árabe, otra china y otra americana.
Tras 6 meses y 21 días, y a una velocidad de crucero de 121,000 km por hora, acaba de entrar en la órbita de Marte, la nave árabe, llamada «Hope Mars Mission». El martes día 9 entró correctamente en la órbita del planeta rojo. Había despegado el 20 de julio del pasado año.
«Es un orgullo ser capaces de contribuir de forma tangible al conocimiento de Marte. Esto también marca un punto importante para que los Emiratos continúen dirigiendo el futuro de su economía hacia la investigación, la ciencia y la tecnología», dijo Sarah al Amiri, ministra de Ciencias Avanzadas de los Emiratos.
La nave China, Tianwen-1 ha logrado entrar en la órbita marciana este miércoles, día 10. Permanecerá estudiando al planeta desde la altura, hasta el próximo mes de mayo. Su objetivo científico es estudiar las características del suelo y del hielo, así como su clima, y buscará agua subterránea e indicios de vida pasada en el planeta. Pero cuando se encontraba a 2,2 millones de kilómetros, tomó una foto del planeta, y le puso el nombre de un famoso poema milenario titulado: Preguntas al cielo.
La nave de China despegó el 23 de julio de 2020. Tianwen-1 ha recorrido unos 465 millones de kilómetros. Actualmente, se encuentra a una distancia de unos 185 millones de kilómetros de la Tierra, según la agencia CNSA.
Los estadounidenses llegarán la próxima semana, el día 18 jueves, con Mars2020-Perseverance. La nave de la NASA lleva en el Rover Perseverance fabricado en EEUU, un componente importante aportado por España, además de otros fabricados en Noruega y Francia. El video cuenta cómo es y cómo será su misión en Marte.
Las muestras que pueda obtener en los próximos años , serán recogidas por un nuevo Rover que será lanzado hacia Marte en una nave nueva en 2028, para traerlos a la Tierra en su momento. Habrá que esperar 10 años, para poder saber si el planeta es habitable.
¿Por qué esperar? Porque la distancia entre la Tierra y Marte depende de las posiciones relativas de estos dos planetas. Porque la órbita de Marte es elíptica y por tanto la distancia de la Tierra es más propicia cuando está más aproximadamente a 59 millones de kilómetros (conjunción: cuando desde la Tierra vemos a Marte en el mismo sentido que el Sol), que cuando está más lejos 102 millones de kilómetros (oposición: cuando desde la Tierra lo vemos en sentido opuesto al que vemos al Sol).
Con otras palabras, el año marciano o la traslación de Marte dura 1 año, 321 días y 7 horas terrestres, o 668,6 días marcianos. Marte está más lejos del sol que la Tierra, por esa razón es más frio, y actualmente no puede existir agua líquida en la superficie del planeta. Debido a la exposición al Sol, puede pasar (en algunas grietas) de la forma solida a la de vapor, sin pasar por el estado líquido.
Como curiosidad: el 27 de agosto de 2003, Marte realizó su mayor acercamiento a la Tierra en aproximadamente 60.000 años, situándose a tan solo 55,76 millones de km y, la próxima vez que Marte vuelva a estar más cerca que lo que estuvo en el año 2003 será el 28 de agosto de 2287.
Puede ser útil, para hacernos mejor idea, saber que las distancias entre la Tierra y la Luna, nunca es siquiera de medio millón de km. De hecho la mínima (perigeo) 356.410 km, y la máxima (apogeo) es de unos 406.700 km.
Después de los datos expuestos, me interesa llamar la atención, sobre los nombres, que han escogido para las naves, porque no es casual y, resulta por lo menos, curioso. Digo es curioso, porque Curiosidad, (Curiosity,Mars Science Laboratory -MSL-), ya había sido puesto a una nave lanzada y dirigida por la NASA, con un astro-móvil para exploración marciana, lanzada en 2011, que aterrizó en Marte el 6 de agosto de 2012 y aún sigue, enviando datos, desde el planeta rojo.
Por sus datos podemos saber ya varias cosas: que si en la Tierra, los océanos cubren el 70% de la misma, y Marte carece de ellos, puede decirse que ambos planetas poseen aproximadamente la misma superficie pisable (aunque pueda haber agua congelada debajo).
Si los chinos quieren saber más con «preguntas al cielo«, ¿qué pretenden los árabes mandando al universo la «esperanza«? ¿Qué pretendían los americanos, escogiendo, entre las miles de propuestas, la de un joven, que llamó a esta nave «perseverancia«?
Parece que existe un cambio importante, pero no revolucionario: ¿lanzan al espacio lo que falta en la Tierra? Parece comprensible que se hagan preguntas al cielo; que sea importante al hacer un proyecto de gran envergadura que se tenga «esperanza«, y para el éxito, -como dijo el joven americano-, que se trabaje con «perseverancia«. En eso, todos podíamos estar fundamentalmente de acuerdo.
Sin embargo, se van a dejar esos inventos (o posarlos, en el suelo marciano) con sus astromóviles, trabajando e intentando descubrir si el Planeta tiene agua, si tuvo vida y si su débil atmósfera, que no es capaz de proteger de los rayos solares, permite por lo menos colonizarlo, tanto cuando se esté a más de 50 millones de kilómetros, como cuando se esté a más de 100 millones de kilómetros de la Tierra.
En el 2031 saldremos de dudas y podremos saber si es habitable el planeta rojo.
¿Por qué?
Y siempre es posible preguntar: ¿Por qué tres naves alcanzarán Marte al mismo tiempo? Se pueden hacer proyectos astrales, financiarlos, y lanzarlos a millones de kilómetros, pero ¿no es posible hacer un gran proyecto común, financiarlo en común -o de forma proporcional-, lanzarlo y compartir conjuntamente los resultados, dada la posibilidades que ofrecen las tecnologías en todos los campos?
¿No es posible, en el siglo XXI, y en medio de una de las mayores crisis humanitaria, pensar como humanos y como terrícolas hermanos, a nivel mundial? ¿Es necesario absolutamente alimentar el «ego nacional» para cada proyecto, mientras se podía financiar con el importe de uno de esos proyectos, que los más desfavorecidos tuvieran alimentos, o que llegaran a todos los rincones del planeta los recursos necesarios para paliar la crisis sanitaria?
Ya en 2012, un pensador bastante clarividente y juicioso como el aragonés Leopoldo López Abadía, se pronunciaba en la Universidad de Navarra, a favor de los emprendedores, pero su conferencia se titulaba: «Los sensatos ante la crisis» (https://youtu.be/AHCqTH-J6ug). Hay una entrevista más reciente, para quien le interese.
El sentido común, que debe ser el que más necesitamos para vivir el día a día, aquí y en cualquier lugar en que nos encontremos, ¿desaparece cuando el dinero de un proyecto no sale de nuestro bolsillo? El gasto sin control conduce a la ruina.
Los gobernantes, ¿no deberían ser prudentes y pensar en los demás siempre? Las crisis políticas y financieras, en cualquier país, ¿no suceden por la falta de previsión y el endeudamiento que irracionalmente endosan a los demás?
Cuando se detecta el desgobierno o descontrol, como ha sucedido en Italia, se debe coger el timón, como ha hecho Mattarella. El Presidente ha encargado a Draghi, ex presidente del BCE que forme gobierno. Y es que «cuando hay lío en una carrera, es bueno que salga el safety car, que solo pretende poner orden, no ganar», decía con buen criterio, Leopoldo López Abadía. El exbanquero ya presentó ayer día 12, la lista del nuevo gobierno, que sacará a Italia de la crisis política. ¡Había voluntad de salir, no de romper!
En todo caso, si un gobierno democrático para serlo y ser capaz de pensar en lo mejor para el futuro de su país y de los ciudadanos, debe rodearse de un entorno cualificado y de prestigio, para llevar a cabo un gran proyecto ¿no debería hacerse lo mismo? Los avances en cualquier rama de la ciencia, se prestigian cuando son éticamente aceptables y redundan en beneficio de la ciudadanía y de la humanidad. Nunca ha sido bueno mirar para otro lado.
Las lecciones que nos deparen los amartizajes en el planeta rojo, van a ser claves, para ir más lejos en el futuro. Los gobiernos y las empresas emprendedoras en el futuro deberían ser lo suficientemente sensatos para recordar la regla de oro: «individualmente o solos pueden llegar más deprisa, pero juntos y acompañados pueden llegar más lejos».
«Solo somos una especie avanzada de monos en un planeta menor de una estrella promedio, pero podemos entender el universos y eso nos hace muy especiales». como dijo en su momento el cosmólogo Stephen Hawking.
Se esté de acuerdo, o se discrepe de lo dicho anteriormente, el día 18 tenemos una cita, con la llegada del «perseverance» a Marte. Podrá verse en el siguiente video: