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Por José Manuel Belmonte, Dr. En Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa. Publicado en su blog Esperando la Luz el 11 de julio de 2020.

Dicen que han sido muchos, pero… no es decir nada, porque ni tienen nombre, ni van a ocupar siquiera, el espacio de un número, que es el mayor vacío y la mayor tristeza.

Han partido, nuestros seres queridos, sin estar a su lado, sin poderles despedir, así que por lo menos, -si no es mucho pedir- ¡querríamos saber cuántos…!

Ya no vuelve el tiempo, si se pierde…o si se retrasa quien puede  y debe ayudar. Perdemos la oportunidad, de ayudar a los nuestros, y a quienes les atienden.

Sabiendo desde enero, que había que hacer algo, -¡estaban ya advertidos!-,¿qué se hizo hasta el 11 de marzo, sin tomar las medidas necesarias?  ¡El reloj y la muerte nunca esperan!

Aunque empieza la muerte al tiempo que la vida…Ellos nunca tuvieron prisa, para irse, como todos…deseaban estar acompañados…morir vivos y conscientes y,  poder despedirse.

Algunos no lo saben, y piensan, que solo morimos una vez; ¡están equivocados! Vamos partiendo, con cada ser querido que se apaga, y se va a su hora, o es empujado.

Sigue girando el mundo, se oscurece o se nubla la luz que nos guiaba, o nos alumbra… ¿Desconectamos? Aunque todo es igual, nada es lo mismo, sin ellos…¡Ni siquiera nosotros!

La vida, siempre es joven, estamos comprometidos, más allá de creencias, de engaños e intereses, con un futuro mejor, si dejamos de lado, lo que divide: egoísmo y, autosuficiencias.

Nunca es normal el tránsito, final de una aventura o comienzo de otra, -como dicen-;  el sueño que teníamos…se nos ha ido con ellos, o se ha desvanecido, pero… tú, ¡No me olvides!

¿Son palabras mías o me las dices tú?¡ Estoy muy confundido! y sin embargo, quienes lo dieron todo y arriesgaron su vida, vosotros que os fuisteis, y nosotros, estamos más unidos.

¡Que la gratitud eterna…de las manos blancas, -en forma de ovación- que libremente brotó del pueblo, para los valientes profesionales, de la sanidad, servicios, ejército y fuerzas de seguridad, suene por todos en el universo!

El «aplauso blanco» y eterno, del escultor andaluz José́ Antonio Navarro Arteaga, es un monumento de gratitud, que se ha levantado en Almería, en recuerdo de quienes se han ido y la gratitud de la sociedad  a quienes de una forma o de otra han ayudado  en la lucha contra el Covid-19 y a todos  los ciudadanos por la responsabilidad demostrada durante el estado de alarma.

Mi sincero homenaje, se sitúa fuera de los cauces y homenajes oficiales. Comenzó desde casa, haciendo mascarillas y llevándolas personalmente como protección al hospital, -estaban trabajando muy desprotegidos-. También  se hizo desde la ventana, aplaudiendo, junto a mis vecinos., a los implicados -de una u otra forma- en la incansable y arriesgada lucha contra la enfermedad. En cartas, animando a las personas ingresadas -y solas-,en residencias y hospitales. Y ahora, cuando ha pasado el estado de alarma, y comienza a haber importantes rebrotes del virus por toda España, porque no se ha vencido. Así que se trata simplemente de dar las gracias, pedir responsabilidades y también responsabilidad, para no bajar la guardia.

Para quien quiera saber más de la crisis vivida en España con la pandemia, puede escuchar a José Alberto Echevarría, en Alto y claro.

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa