Por Juan Luis Sevilla Bujalance. Profesor de Derecho Civil de laUniversidad de Córdoba, Asociado de CíViCa, Publicado en el Anuario de Derecho Eclesiástico del Estado, volumen XVIII (2012) el 21 Septiembre de 2012.
Introducción:
Las cuestiones relativas a la Persona y a la Familia han sido siempre objeto de especial interés para los múltiples sectores que actúan en el mapa de nuestra realidad social. Pero además, algunas materias poseen un singular atractivo, por cuanto las peticiones sobre ellas, tras un proceso de ideologización, se elevan a reivindicaciones con las que abanderan su presencia activa algunos colectivos. Dichas reivindicaciones, se caracterizarán así, en adelante, por su trascendencia y su fuerte carga ideológica, y surgen de esta manera en torno a ellas enfrentamientos y desavenencias entre las distintas corrientes que se dan cita en el mapa socio-político. Si tenemos en cuenta que el Derecho positivo constituye el instrumento para articular la vida en comunidad, concluiremos en que la aspiración de cualquier grupo social viene a ser alcanzar a ver recogidas sus ideas y principios en el Ordenamiento Jurídico positivo.
Por Andrés Ollero, Catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid, España) y magistrado del Tribunal Constitucional.
Ponencia en el XIII Simposio Internacional de los Docentes Universitarios “Conocimiento y Misericordia”, Roma, 7-11 septiembre 2016 (texto adjunto en PDF).
Tras agradecer la confianza que en mí se ha depositado al adjudicarme esta intervención*, debo ante todo resaltar que la asumo en mi condición de jurista. Esto me hará ahondar en el carácter indispensable del derecho como mínimo ético, posibilitador de una convivencia propiamente humana, destinada también a facilitar la querencia optimizadora inseparable de la moral. O, por citar los términos de la Bula de Convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia: la justicia sin duda “es el primer paso, necesario e indispensable”, sin olvidar que “la Iglesia no obstante necesita ir más lejos para alcanzar una meta más alta y más significativa”[1]. Aludiré, en algunas de las notas al pie, a sugerencias personales que se prestan a mantener el diálogo al que el documento invita.