Por Kelly Rae Chi. Publicado en The Scientist el 1 deSeptiembre de 2016
© BRYAN SATALINO
Cómo superar los desafíos del trabajo con CRISPR para manipular genes en células troncales humanas para estudiar su función en enfermedades específicas o para corregir defectos genéticos en células de pacientes
La última década ha considerado el nacimiento de dos herramientas biológicas increíblemente útiles, y ahora los científicos están comenzando a integrarlas. La primera son las células plutipotentes inducidas humanas (iPSCs). Un avance que determinó la adjudicación del Premio Nobel de 2012 a Shinya Yamanaka y John Gurdon, y que se aplicó primero en ratones en 2006 y posteriormente en seres humanos, demostrando que es posible invertir las células de la piel del adulto en células troncales (madre) pluripotentes, que se pueden alternativamente procesar para convertirlas en casi cualquier tipo de célula. Estas células son portadoras del genoma de una persona, y proveen a los investigadores la capacidad de crear los tipos de célula que serían de otra manera imposibles de obtener del organismo vivo del paciente. Las iPSCs ofrecen nuevas perspectivas de gran alcance para modelar enfermedades humanas monogénicas y complejas y adaptar terapias basadas en células.
Por Justo Aznar, Director del Instituto de Ciencias de la vida, Universidad Católica de Valencia, Miembro de CíViCa. Publicado en Observatorio de Bioética el 5 de Julio de 2016
Se entienden por células pluripotentes (CPs) aquellas a partir de las cuales se pueden obtener célula de los distintos tipos de tejidos. Estas pueden obtenerse bien a partir de células de embriones humanos preimplantados, en cuyo caso se obtienen células madre pluripotentes embrionarias o a partir de células somáticas (adultas) que pueden ser reprogramadas hasta un estado de pluripotencialidad y que se han denominado células pluripotenciales inducidas (células iPS).