Por Jose Manuel Belmonte, Dr. En Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa. Publicado en Esperando la Luz el 3 de julio de 2023..
La primera invasión en el este de Ucrania se produjo en 2014. Ocasionó cerca de 14 mil muertos. La invasión de febrero de 2022, es la segunda invasión de Ucrania.
Muchos pensaban que ésta sería un paseo de pocos días para Rusia, no lo fue. Tras casi 500 día de intensos combates, el gobierno de Vladimir Putin no ha colapsado ni está aislado en el ámbito económico, comercial, ni militar, pero Ucrania tampoco se ha rendido.
Europa pensaba que Rusia quedaría aislada tras la invasión rusa, pero tampoco ha sido así. Las sanciones, contra Rusia, han sido fuertes, pero el apoyo de China y otros países, y sus 3 prioridades, garantizan la disuasión estratégica y contribuyen al equilibrio global de fuerzas en todo el mundo. Putin ha añadido que “el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas es una prioridad absoluta«.
Rusia buscó nuevos aliados y socios, y no depende tanto de Europa. Ha hecho cambiar las expectativas y las perspectivas de casi todos.
La destrucción que Rusia ha ido sembrando sobre Ucrania y su estructura, sobre edificios y seres humanos, en sus casas o cuando han intentado huir, los millones de personas que han podido escapar de la muerte a tiros, cañonazos, derrumbe de edificios, ha sido mundialmente vista casi en vivo y en directo, por una gran parte de los 8 mil millones de ciudadanos, del mundo mundial.
Últimamente, la destrucción a principios de junio, de la presa de Nova Kajovka, a unos 60 kilómetros de la ciudad de Jerson, aguas arriba del Dniéper, y punto de unión entre el territorio, ha sido un desastre medioambiental provocado, además de una catástrofe total para Ucrania y para el mundo. Aunque Ucrania lo haya denunciado, las imágenes han impactado en el corazón de los humanos. Rusia lo sabe. Ni Ucrania ni los ciudadanos humanos lo van a olvidar.
1.- 500 días de invasión y destrucción son demasiados.
El mundo piensa que hay que hacer un esfuerzo común para imaginar y buscar caminos hacia una paz justa y estable.
La insurrección reciente liderada por el Grupo Wagner, en la batalla por el control de la localidad de Bajmut, ha vuelto a levantar sospechas en todo el mundo, tanto dentro de Rusia como fuera, sobre el control militar y su repercusión.
De hecho: “el pasado 16 de junio ante el Consejo de Seguridad, el ministro maliense de Relaciones Exteriores, Abdoulaye Diop, denunció «el fracaso» de la misión de la ONU (Minusma) y pidió la «retirada sin dilación«. De este modo, -sin los cascos azules-, Wagner se hace con Mali y podría desestabilizar la región (enlace).
Una periodista ha peguntado al presidente de EE.UU., Joe Biden si el presidente ruso, Vladímir Putin, está más débil tras el motín armado, y él ha contestado: “es difícil saber cómo el motín ha afectado a Putin”, pero «claramente está perdiendo la guerra». «Está perdiendo la guerra en casa. Es un paria en todo el mundo».
2.- A dos semanas del inicio de la cumbre de la OTAN en Vilna, Lituania y Polonia han mostrado desde Kiev su apoyo a las aspiraciones de Ucrania de recibir garantías de que entrará en la Alianza Atlántica tras el conflicto.
Pero, una cosa es permitir y aceptar que un estado pueda entrar en la Alianza, y otra ignorar lo que ha pasado y está pasando. En la guerra puede haber “crímenes contra la humanidad” que hay que vigilar, denunciar y en su caso, juzgar, porque “están recogidas en el Derecho Internacional Humanitario que protege a la población civil”.
La Comisión de la ONU concluyó que las oleadas de ataques de Rusia a las infraestructuras energéticas e hidráulicas de Ucrania pueden constituir “crímenes de lesa humanidad” y además ha habido ataques indiscriminados e innecesarios contra objetivos prohibidos y contra civiles
Por eso, los abogados europeos de derechos humanos e internacionales y, consiguientemente, los organismos internacionales de justicia deben intervenir, para que la Corte Suprema pueda juzgar y decidir. Para el jurista Carlos Castresana no hay duda: “en Ucrania se están cometiendo crímenes de guerra, contra la humanidad y de agresión”.
No se puede obligar a la población a vivir en refugios antibombas ni tener que usarlos como hospitales.
Además de lo dicho anteriormente, hay un peligro futuro y latente: la central nuclear de Zaporiya. Volodímir Zalenski ha advertido que “la instalación está minada por completo y controlada por hasta 5.000 «guerreros». «Nuestro personal de la central está preso. Y han deportado a sus hijos a Rusia como rehenes. Quizás algún día, si el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) pueda expulsar a los rusos, pero… habrá que tener mucho cuidado. “En sus planes está provocar un escape y habrá que tener mucha precaución con las minas» (enlace).
3.- El turno de España.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez se ha desplazado este sábado a Kiev, adonde ha llegado en una visita oficial con motivo del inicio de la Presidencia española del Consejo de la UE.
Sánchez ha enfatizado: “He querido que el primer acto de la Presidencia española del Consejo de la UE, sea en Ucrania junto a Zelenski». «Trasladaré a su Gobierno y al Parlamento toda la solidaridad europea. Mantendremos el apoyo al pueblo ucraniano hasta que la paz regrese a Europa».
El presidente Zalenski por su parte, ha recibido a algunos periodistas y medios de comunicación, y se ha mostrado agradecido con estas palabras: “Su país no olvidará nunca la acogida de España a las desplazadas ucranianas con sus hijos y que no se sienten refugiadas; esperamos que algún día vuelvan a casa” (enlace).
Ante el Parlamento ucraniano, Sánchez se ha comprometido a apoyar a Ucrania. «Quería deciros que estamos con vosotros y lo estaremos el tiempo que haga falta. Apoyaremos a Ucrania sin importar el precio a pagar», señaló, antes de anunciar para Ucrania un nuevo paquete de ayuda de 55 millones de euros.
Volodímir Zelenski, en la rueda de prensa conjunta con Sánchez, ha considerado que «Es extremadamente simbólico que esta visita tenga lugar en el primer día de la presidencia española de la UE, y ha agradecido a España el haber acogido a unos 180.000 ucranianos que residen en España, desplazados debido a la guerra”.
Además, escribió en su canal de Telegram que, Kiev considera «seis meses decisivos» con respecto al inicio de las negociaciones de acceso a la Alianza. «Contamos con el apoyo de España para ello».
Zelenski quiere aprovechar la presidencia española, para ampliar los horizontes de apoyo. Destacó que existe una «tarea común», que pasa por trabajar con los países de América Latina e implicar «al mayor número posible de ellos» en la implementación de la «Fórmula de Paz ucraniana”.
Por su parte el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, advirtió este sábado respecto a la próxima cumbre de la OTAN, en Vilna, los próximos días 11 y 12 de julio que, “no admitir a Ucrania en la Alianza una vez que haya terminado la guerra sería suicida».
Además, Kuleba pidió al Gobierno alemán de Olaf Scholz que no tome la misma ruta que la canciller Angela Merkel en 2008, cuando ésta «ofreció fuerte resistencia» contra cualquier progreso en el camino del ingreso de Ucrania a la Alianza. Fue esa postura la que allanó el camino a la agresión rusa contra Georgia en 2008 y a la anexión de la península de Crimea en 2014, y la invasión de Ucrania el año pasado.
Para su pueblo, la admisión de Ucrania en la Alianza es «el camino hacia la paz», al disuadir a Moscú de futuras guerras, y no conduciría hacia un conflicto todavía mayor.
Por su parte el experto analista Aníbal Garzón, Ucrania está perdiendo apoyo en Europa debido al cansancio generado por el conflicto. Por el contrario, Rusia no está perdiendo la guerra en Ucrania ni tampoco está aislada en el ámbito económico, comercial o militar, aunque reconoce que el mundo urge una negociación y una mesa de paz, sobre todo de los ucranianos (enlace).
4.- Después de500 días, quedan en el aire preguntas importantes.
Se sabe que el conflicto actual entre Ucrania y Rusia se inició en la década de 1990, se fraguó en 2014 con la anexión de Crimea por parte de Rusia y la formación de las repúblicas de Donetsk y Lugansk, que Ucrania no supo resolver y, culminó con la invasión de Ucrania hace 500 días. No es fácil de entender desde fuera de los países eslavos lo que ha sucedido y por qué. Desde la política, los gobiernos no suelen explicar, tan solo se habla de amenazas nucleares, posibles fugas radiactivas, de envíos de armamento y de acogida humanitaria. Pero tenemos derecho a preguntar:
1.- ¿Hasta cuándo los ciudadanos europeos tenemos que seguir permitiendo el rearme de una guerra que nos afecta a todos, en la que estemos implicados y estamos financiando con el incremento del 2% militar y la subida descontrolada de otros productos básicos?
2.- Si el derecho internacional humanitario (DIH)protege a las personas que no participan o que han dejado de participar directa o activamente en las hostilidades e impone límites a la elección de medios y métodos de hacer la guerra. (V. el art. 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia). Si se ha violado en Ucrania el Derecho internacional Humanitario (DIH) de las personas y bienes protegidos (hospitales, colegios, residencias de mayores, medios de locomoción), tenemos derecho a preguntar y saber si ¿pueden quedar en la impunidad las atrocidades constatadas en estos 500 días?
Según los expertos contamos con la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que demuestran que es posible dar una respuesta rápida, pero hasta ahora no la ha habido. ¿Qué organismo ha hecho una denuncia formal o quien ha sentado al gran responsable o a los responsables de los hechos?
3.- Antes de la invasión había un precedente de la amenaza nuclear en Chernóbil ciudad situada al norte de Ucrania cerca de Kiev y de la frontera de Bielorrusia.
La ciudad de Chernóbil fue evacuada el 27 de abril de 1986, un día después del accidente nuclear (accidente mayor, nivel 7), que ha provocado uno de los mayores desastres medioambientales de la historia. Dicen los expertos que el entorno de la central que explotó, tardará 20.000 años en recuperarse.
Pero, más arriba hemos mencionado la central nuclear de Zaporiyia al sur de Ucrania. Es la más grande de Europa y la 3ª del mundo. Rusia tomo la central nuclear de Zaporiyia, tras un bombardeo.
Con el precedente de Chernóbil y en medio de una guerra fratricida, Europa debe estar en máxima alerta. “El ataque ha puesto de manifiesto el riesgo que supone la guerra para la seguridad nuclear del país y el continente europeo”.
¿Les parece a los ciudadanos europeos, que entre la potente Rusia y su enorme arsenal – que le gusta exhibir- y, la central nuclear de Zoporiyia (la 3ª del mundo con 6 reactores) podemos estar seguros, gracias a la Alianza Atlántica y de la rapidez con que actúan los Organismos Defensores de los Derechos humanos? En Ucrania hay otras 3 más y entre las cuatro suman 15 reactores. Recordemos que Chernóbil, provocó la mayor catástrofe nuclear de la historia. Al explotar uno de sus reactores arrojando a la atmósfera una radiactividad equivalente a entre 100 y 500 bombas atómicas como la de Hiroshima. Según cálculos de expertos ucranianos, el accidente se cobró la vida de más de 100.000 personas.
Sin ánimo de asustar: “Zaporiyia, «podría superar todos los accidentes previos en centrales nucleares, incluidos el de Chernóbil y el de Fukishima”. Y además de la central nuclear, Ucraniaa cuenta con una instalación de almacenamiento de combustible nuclear que, de sufrir daños por los ataques, también podría liberar radiación. ¿Por qué a los españoles y a los europeos no se les dice nada de esto?
El presidente Sánchez, dijo en Kiev: “Mantendremos el apoyo al pueblo ucraniano hasta que la paz regrese a Europa«. Es posible que fuera sincero, pero no dijo hasta cuándo. ¿Lo sabe, o es tal vez una lotería?
Decía Orwell que «si la libertad significa algo es sobre todo poder decirle a la gente lo que no quiere oír».
NOTA FINAL: Si se siguen enviando armas y dinero, sin enviar negociadores de paz, seguiremos añadiendo conflicto, guerra y destrucción, potenciando los “egos” de los contendientes, pero no las condiciones de paz.
Feliz verano.