Por José Manuel Belmonte, Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo,. miembro de CiViCa. Publicado en el Blog del autor Esperando la Luz el 13 de abril de 2019
La foto del agujero negro abrió portadas y telediarios en todo el mundo, esta semana. No era para menos. El 10 de abril de 2019 se hacía pública por primera vez en la Historia, la imagen de un agujero negro y la confirmación de la teoría de la relatividad de Einstein.
No existe una cámara capaz de hacer la foto de «algo» que está a más de 50 millones de años luz. Dicen que sería como fotografiar una tarjeta, desde la tierra a la Luna.
Así que no es siquiera una foto, aunque sea mucho más; es el resultado de la colaboración internacional de un grupo de 200 científicos que apuntaron al centro de la Vía Láctea y de la galaxia M87 de Virgo simultáneamente, sincronizados por relojes atómicos, actuando en la práctica como un único radiotelescopio con un diámetro equivalente al de la Tierra. Fue una red de ocho radiotelescopios situados en Norteamérica, Sudamérica, Europa, la Antártida y Hawai, que captaron lo que sucedía allá arriba durante 10 noches en abril de 2017.
Si bien en nuestra Vía Láctea se conocen 22 agujeros negros, la galaxia M87 es la mayor y más luminosa galaxia de la zona norte del Cúmulo de Virgo, que dista de la Tierra cerca de 55 millones de años luz. Y su radio es de 60 años luz. Su masa tiene varios billones de veces la masa de nuestro Sol.
La enorme cantidad de datos recogidos por esos dispersos 8 observatorios astronómicos, durante 10 noches, han tenido que ser analizados y estudiados durante 2 años. Cada instituto aportó sus conocimientos y su trabajo que era necesario analizar.
Pero lo necesario, tiene que ser posible. Para ello, desde el Centro Astronómico de Yebes, en Guadalajara (España), aunque no tienen una relación directa con la obtención de la histórica primera imagen de un agujero negro, la contribución del físico Iván Martí Vidal ha sido clave al resolver el problema de combinar los datos del observatorio chileno ALMA con los de otras siete estaciones del proyecto Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT) repartidas por puntos muy distantes de la Tierra. Sin esa contribución, armonizar y completar los datos habría supuesto años de retraso e incrementar el coste en más de un millón de dólares, “así que yo propuse cambiar la polarización por medio de software”, afirmó Martí Vidal.
Los científicos han dado a conocer sus datos sobre el agujero negro en ruedas de prensa, en muchos puntos del Planeta. Y afirman:»como en todos los grandes descubrimientos, esto es sólo el principio» (Doeleman). Posiblemente haya un antes y un después, en la ciencia y en la Humanidad.
En nuestra Vía Láctea se conocen al menos 22 agujeros negros, fuera de su centro. El de M87 es 1.500 veces mayor que los de la Vía Láctea. Eso quiere decir, que hay agujeros negros de tipo estelar «normales» con algunos millones de soles y otros que son gigantes o supermasivos, con miles de millones de soles.
La imagen histórica, pues, corresponde al agujero negro central de la galaxia M87, un monstruo con una masa equivalente a 6.500 millones de soles. Girando puede apreciarse el disco oscuro del agujero negro rodeado por un anillo de luz que es más brillante en la parte inferior que en la superior.
En la conferencia, los científicos explicaron que «la sombra de un agujero negro que se puede ver en esta imagen es lo más cercano a una imagen de un agujero negro que se puede obtener, un objeto completamente oscuro desde el que ni siquiera la luz puede escapar».
Este anillo es tan solo 40 miliarcosegundos de ancho, lo equivalente a medir el largo de una tarjeta de crédito en la Luna desde la Tierra» [enlace].
Al ser hecha pública hoy por el consorcio Event Horizon Telescope (EHT), confirma la existencia de estos desconcertantes astros predichos por la teoría de la relatividad general de Albert Einstein y ayudará a aclarar cómo funcionan.
Las estrellas de la Vía Láctea siguen girando en torno a agujeros negros supermasivos de su centro y nosotros – aunque no lo sepamos ni lo notemos- también.
Pero además, por primera vez ha confirmado las predicciones de la teoría de la relatividad en las condiciones de gravedad extrema de un agujero negro supermasivo.
La astrofísica France Córdova, directora de la Fundación Nacional de Ciencia de EE.UU. en una de las ruedas de prensa, no ha dudado en calificar el acontecimiento de « un momento histórico«. Por eso, los investigadores destacaron: «Hemos visto lo que creíamos invisible. Es un logro increíble».
¿Que son los agujeros negros?
«Son el final lógico, predicho por la teoría de la relatividad, de la vida de una estrella grande», según María Santos -Lleo.
Una estrella brilla gracias a las reacciones nucleares que tienen lugar en su interior del material que contienen; la fuerza de la gravedad que las haría colapsar, queda compensada y equilibrada por la presión de la energía que generan los procesos nucleares.
Pero cuando el combustible nuclear se agota, la estrella explota en una supernova. Es decir, expulsa sus capas externas en un luminoso fogonazo, su núcleo sucumbe a la atracción gravitatoria y no deja de condensarse hasta que toda su masa queda reducida a algo tan pequeño como un punto, dando lugar a un agujero negro. Es, «una deformación brutal del espacio-tiempo»; hasta el punto de que la materia se vuelve infinita y el tiempo se detiene», (según Jaume Garriga, catedrático de física en la Universidad de Barcelona). [enlace]
El reto próximo se centrará sobre el agujero negro del centro de nuestra Galaxia, más cercano, pero igual de impresionante y para algunos inquietante.
Pero hoy la Humanidad ha dado un paso de gigante, tal vez mayor que poner su pie en la Luna. Recordemos que este lunes se cumplen 46 años desde que la tripulación de la nave Apolo XI, Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, puso un pie en la Luna, en la región denominada ‘Mar de la Tranquilidad’ y logró volver a la Tierra en 1969, cuatro días después del alunizaje.
El cosmonauta Armstrong, en una de las salidas desde la nave a territorio lunar, dijo, es«Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la Humanidad».
Quiero terminar la gran noticia, con el verso de Alberto Cortez, que se nos fue el 4 de este mismo mes: «Qué suerte he tenido de nacer, para estrechar la mano de un amigo, y poder asistir como testigo, al milagro de cada amanecer…».Y, con las palabras del Maestro Saito Satoshi: «Dígale a los niños que la vida es maravillosa».