Por Vicente Soriano médico especialista en enfermedades infecciosas, Profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNIR y Editor jefe de AIDS Reviews (www.aidsreviews.com). Publicado en Blog Vicente Soriano, el 14 de diciembre de 2020.
Las vacunas frente a COVID-19 ya están aquí, pero su distribución y administración generalizada van a precisar varios meses. En el mejor escenario, sin sorpresas desagradables por efectos adversos o poca eficacia, no será antes del verano cuando podamos experimentar el beneficio en la sociedad de la vacunación frente a COVID-19. Sólo entonces podrán relajarse las medidas de distanciamiento social y se relanzarán las actividades económicas y comerciales. ¿Qué vamos a hacer hasta entonces?
En unos días celebraremos la Navidad de 2020. Se acaba un año inolvidable, histórico, con sentimientos encontrados de impotencia y, a la vez, de esperanza. Hemos experimentado que somos vulnerables y hay mucha incertidumbre. Por todo ello, tenemos deseos más que nunca de reencontrarnos con nuestros seres queridos y compartir experiencias y anhelos. ¿Es posible y prudente con las cifras actuales de contagios, de hospitalizaciones y de fallecidos?
En las últimas semanas se han comercializado pruebas rápidas en saliva del antígeno del coronavirus SARS-CoV-2, el agente causal de COVID-19. El precio del proveedor es inferior a 20 euros. El resultado está disponible en 10 minutos y la interpretación (positivo o negativo) es muy sencilla. Pueden hacerse en cualquier lugar y no necesitan instrumental alguno. Se parecen a los tests de embarazo. No es necesario que lo realice un sanitario.
Con las características que se recogen arriba, no hay razón alguna para retrasar el acceso a estas pruebas por el público general. Dicen algunos que la sensibilidad de los tests de antígeno es menor que las pruebas de PCR. Pues claro que sí y, por eso, es una ventaja en términos de salud pública. Los tests de antígeno sólo dan positivo cuando la carga viral es más elevada, esto es, cuando el paciente es contagioso. Los tests de antígeno identifican esos 5 días de máxima replicación viral en el tracto respiratorio. Por el contario, la PCR puede dar positividad días o semanas después de haberse resuelto la infección viral. Por entonces, el paciente ya no es contagioso, aunque persistan fragmentos de los genes del coronavirus en sus secreciones respiratorias.
¿Cuándo está indicado hacer un test de antígeno del COVID-19?
Los tests rápidos de antígeno de COVID-19 no deben ser para los hipocondríacos. Pero pueden ser muy útiles en tres situaciones:
Para un mayor beneficio de todos y mientras llega la vacuna a toda la población, los tests rápidos de antígeno del COVID-19 deberían estar disponibles para todos, sin necesidad de prescripción médica, y aunque se vendan sólo en las farmacias, como ocurre con los tests de embarazo. Sólo es conveniente que acudan al médico los que dan positivo. Urge que las autoridades reduzcan los obstáculos para acceder a estos tests. Además, deben regular que no se comercialicen pruebas de menor calidad ni que haya abusos con el precio. De este modo, no hay ninguna duda de que estamos en el buen camino para poner fin a la pandemia, tal como se ha subrayado en el reciente webinar ‘COVID-1: salud o economía’, en el que han participado expertos universitarios de UNIR y del Instituto de Salud Carlos III.