Aborto.
22/10/2019
Tarea del Observatorio One of Us para la dignidad de la persona. Por Elena Postigo Solana
22/10/2019

Por José Manuel Belmonte, Dr. En Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa. Publicado en su blog Esperando la luz el 19 de octubre de 2019.

Después de escuchar a jóvenes en muchas ocasiones, en lugar de publicar un dialogo con ellos, me pongo en su piel, y para no dar nombres, va en primera persona, lo que sienten.

«No te rindas, aun estas a tiempo…», decía Benedetti. Pero ¿a quién? Llevo luchando y esperando casi 28 años. Y… estoy cansado. Sigo con mis padres. Aún no me he podido independizar. Los versos no han variado, la vida sí.

Cuando los medios de comunicación despreciaban a los jóvenes porque algunos ni estudiaban ni trabajaban, mis padres me enseñaron a prepararme. He estudiado y trabajado. Diariamente tenía que madrugar y desplazarme en tren o en bus hasta la capital y al volver, a la carrera al trabajo.  Así mientras estudiaba para sacar la carrera, tener un Diploma y hacer un Máster. ¡Nunca he estado en las listas del paro! No era suficiente. Exigen experiencia.

No soy una excepción ya que, según un informe elaborado por la Comisión Europea, el 58% de los becarios no recibe ningún tipo de remuneración por su trabajo y, 7 de cada 10 alumnos en prácticas considera que su remuneración es injusta.

A pesar de ello, los becarios españoles suelen afrontar sus prácticas por deseo de ganar experiencia y de encontrar el modo de hacerse un hueco en el mercado laboral. Los Sindicatos lo saben. Quien hace las leyes también. Lo permiten, lo saben, pero NO hacen nada.

Después, un futuro brillante: he tenido que soportar que me exploten, en las «prácticas» y también como Becario. En España por lo menos hay unos 70.000 becarios. Luego llegan con contratos temporales y renovaciones de interinidad, hasta la saciedad, porque la ley lo permite. Si no creías en ti, la alternativa era «salir al extranjero» o «pasar de todo».

Me levantaba cada día con la preocupación de qué hacer para vivir una vida libre, justa, solidaria y creativa, emanciparme y enfrentarme a un mundo en que prevalece la explotación de los seres humanos y la destrucción del medio ambiente.

Aprendí, de esa experiencia y con esa actitud, que había dado el primer paso.

Nunca he votado, porque quien podía poner los medios siempre se enrocaban, no solo para no perder ellos, sino para colocar a sus amigos y medrar o eternizarse. A los jóvenes, les adoctrinan y manipulan, pero NO hacen nada para que tengan un puesto de trabajo y un sueldo digno. No se acuerdan de ellos más que en la precampaña electoral. Antonio García Fuentes, un señor de Jaén, lo decía así de claro: «Ahora se constituyen igualmente ayuntamientos, comunidades y otros «enchufes o chollos que pagamos el contribuyente»; seguro que en ningún lugar se va a hablar de bajar o reducirse sueldos y prebendas, eliminar coches oficiales, reducir los parásitos que en cada lugar debe haber; y tantas y tantas cosas, que de verdad necesita España y los españoles; nos harán ver «sus victorias» (que indudablemente lo son para su panza y bolsillo) nos contarán los cuentos que les parezca y a lo de siempre, o sea, «vengan días y vengan ollas y a vivir«.

Ni dimisiones, ni se asume que haya que cambiar. Todo un ejemplo para los jóvenes.  Muy ético.  Cuando algo explota, vuelven a enrocarse. Si la educación se ha ido de las manos, del acceso al mercado laboral mejor no hablar. ¡Hay que sufrirlo!  Entre nosotros hablamos, protestamos, pero de nada sirve hablar. No hay médicos, ni fisios. Hay jóvenes con carreras sirviendo cerveza en los bares o barriendo calles. Y gente sin «nada» medrando en política. Y quienes se han ido, no pueden volver, porque esto no ha cambiado: «Me llamo Lorena y me formé en España con dinero público (el tuyo y el mío) pero los conocimientos que adquirí los he aplicado siempre fuera de aquí: en Alemania, en Francia, en Inglaterra…. En todos los países a los que me he ido moviendo, obligada a marcharme cuando terminé mi doctorado. Cuando tratas de volver para devolver lo invertido en ti te encuentras con … la nada. La ausencia total de oportunidades. Sin apoyo, sin estabilidad. Incertidumbre absoluta«

Después de pasar por colegios, institutos y universidad, puedo decir que la educación, efectivamente no es tal. No sirve para extraer lo mejor de los jóvenes, sino para prepararlos y adaptarlos a un modelo de pensamiento, y de trabajo según un modelo de vida y de creencias impuesto por quienes manejan estratégicamente el sistema. No se trata de hacer personas preparadas o líderes preparados, sino ciudadanos manipulables. Da igual el lugar donde se encuentren. La finalidad y la estrategia es el dinero. Los jóvenes y menos jóvenes -sobre todo mujeres-, sufren condiciones y salarios de semiesclavitud.

La dictadura de los bancos y el dinero.

El llamado Nuevo orden mundial, ha logrado la mutación del sistema socioeconómico. Las entidades financieras, rescatadas o no, están al servicio del Sistema y del Poder. En los puestos de responsabilidad, lo mismo: interés y dinero. Con mayor o menor sutiliza, la realidad es egoísmo, codicia, avaricia. Dinero y comisiones por todo y de todo. Aunque haya personas valiosas que lo intenten, su capacidad de hacer cosas es muy limitada porque siempre hay algunos que con tal de mantener el puesto de trabajo o de medrar, son capaces de vender su alma al diablo. ¡Miedo!

En las Entidades Financieras, los jóvenes, sus necesidades y sus sueños… son «números», «cuentas», «clientes», «potenciales demandantes de hipotecas».

¿Qué joven, que jóvenes mejor, no desean emanciparse, tener un piso, y comenzar a vivir el futuro con su pareja?  Para solicitar algo a los bancos, como el sueldo no es muy alto, algunos esperan a ser «fijos» en la empresa. Si no lo eres, la aventura es impensable. Los pisos nuevos, en general, tienen un precio poco asequible para los jóvenes. Los pisos de segunda mano, tampoco hay gangas, a no ser en lugares alejados o fincas muy deterioradas.

Si antes estudiábamos y trabajábamos, ahora trabajamos y pateamos los mercados. Después de mirar en mil empresas constructoras e inmobiliarias reales o en la web, si ves algo que puede interesar, tienes que acudir al Banco. Comienzas el papeleo. Sopesas los pros y contras. En algunos casos las cuotas te echan para atrás, porque con sueldos pequeños, hay que pensar en amueblar, gastos de luz, comunidad y, vivir.  En otros casos has perdido la esperanza desde la tasación, porque el Banco que antes concedía el 100% de la misma, ahora ya baja al 80%. Y luego están siempre los costes de apertura, escrituras etc. ¡Hasta 3 Bancos llevamos recorridos!

Queda la opción del alquiler, pero también los alquileres están por las nubes y con la avalancha de gente que ha llegado de fuera ya casi no quedan pisos que tengan unas condiciones dignas. Entonces, además del derecho constitucional, la pregunta es ¿dónde están las facilidades para que los jóvenes podamos tener una vivienda?

El creciente número de mascotas.

Acabo de leer que «los españoles prefieren los perros a los niños». Dicen que ha aumentado un 40% el número de animales de compañía en los últimos cinco años, mientras que la natalidad bajó un 13,7%. El año pasado 23.879 niños menos que en 2017. ¡No hay relevo generacional!

Admitiendo que los números estadísticos son verdad, ¡no estoy de acuerdo en absoluto! Como vengo experimentando, se ha montado una sociedad injusta y acomodada, que margina a los jóvenes, pone todo tipo de trabas para que se puedan emancipar y tener hijos.

¿Cuándo el amor ha dejado de ser joven? ¿No tenemos los jóvenes deseos de formar una familia y tener hijos? ¿Cómo es posible que en España -autonomías y ayuntamientos-, se subvenciones a unos por hijo, con libros gratuitos o comedores escolares, inscripción gratuita en actividades extraescolares, y en un contexto de crisis demográfica y envejecimiento, se practiquen más de 250 abortos al día?

En mi casa siempre ha habido algún perro y he disfrutado y hemos disfrutado y aprendido con ellos, porque además de compañía, enseñan. ¡También, claro está, lo hemos sentido cuando se han ido! Esas experiencias ¿no son compatibles con los niños? ¿Quién lo ha dicho? ¿Dónde queda el fuego del alma y el cariño? ¡Yo los tengo! ¡Estoy vivo y no me resigno al dictado de los farsantes acomodados! A esta sociedad, ¿cuántos sueños le quedan?

Las pensiones de hoy… ¿y las futuras?

Esta semana, los pensionistas se han echado a la calle y han rodeado el Congreso. No aceptaban el 0, 9% de aumento ya prometido por el gobierno en funciones. Solicitan que el incremento de las mismas se ligue al incremento del IPC real.  Así que «conscientes del peso que tendrán en las próximas elecciones«, la ministra del ramo se apresuró a aceptar la petición, sin explicar cómo hará frente a ese gasto.

La realidad es doble y triste: 1) que «las cotizaciones de los trabajadores siguen sin ser capaces de cubrir el pago de las pensiones». España necesitaría 10 millones más de cotizantes; y 2) porque el ejecutivo tendrá que retirar 3.500 millones del Fondo de la Hucha de las Pensiones, con lo que quedarán en ella tan solo 1.500 millones. ¿Y el resto que se necesita?

Lo primero 1), demuestra que no se potencia el empleo, que es clave para que haya más cotizantes y puedan cubrir las pensiones. No les ha importado que los jóvenes se incorporen muy tarde al mercado laboral o tengan que emigrar. Pero además, que al ser las cotizaciones acordes con el salario, al ser muy bajos, la cotización es mínima.

Lo segundo 2) echar mano a la hucha, cuando tiene algo es posible. Pero cuando se agota hay que acudir al crédito, y…entonces lo pagamos todos. El gobierno, en campaña, puede prometer lo que quiera, pero un gasto público, que ponga en peligro la viabilidad financiera de la Seguridad Social, debería ser consensuado por todas las fuerzas sociales y políticas. No hacerlo parece, además de una temeridad, una irresponsabilidad.

Si estamos contribuyendo a que ahora se puedan cobrar las pensiones, exigimos que en su momento, nuestro futuro económico-social, no salte por los aires, por decisiones poco realistas o arbitrarias. No podemos ser los ignorados de ayer, los paganos actualmente (llevo 8 años cotizados), y desprotegidos y marginados, mañana (si el Parlamento no legista para el futuro).

No podemos ni queremos esperar 30 años, ni siquiera a mañana para ser conscientes y tomar en las manos nuestro destino. En el espejo que soy -y es cada uno- se ha reflejado el pasado y el presente, pero en el reflejo no es nada. El corazón joven con lo mejor de cada uno, late hacia el futuro. ¡Voy a vivir! Suceda lo que tenga que suceder. No voy a permitir que amarguen mi juventud y mi futuro. Mi mañana, por ser joven, es hoy. He sido crítico y rebelde y lo seré. Quiero seguir esperando y luchando, porque la juventud, no está en los años, sino en los sueños que llevamos en el alma.

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa