Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa). Publicado en el Blog del autor Esperando la Luz el 16 de Junio de 2018.
La frase más famosa de Shakespeare, en Hamlet, escrita alrededor de 1600, vuelve a ser la clave hoy, 418 años después.
El hecho:
El Congreso argentino acaba de dar un paso histórico para otorgar por 4 votos de diferencia, una cobertura legal a la interrupción del embarazo antes de las 14 semanas. Tras 23 horas de debate ininterrumpido, la Cámara baja ha aprobado el proyecto de ley por (129 votos a favor y 125 en contra y 1 abstención).
Un estallido de júbilo, acogió el resultado, dentro y fuera de la cámara, de los grupos que han presionado para su aprobación.
«Ser o no ser, la alternativa es esa».
En contra de lo que pueda parecer, no es un debate de izquierdas o derechas; ni de progresistas o conservadores. Tampoco es un debate de credos ni de ideologías. La salud sí es un derecho. La justicia igual para todos sí es un derecho. Legisladores o jueces, pueden legislar o interpretar leyes como estimen conveniente, pero esa no es la cuestión. El debate que ahora llega a Argentina es la culminación de muchos otros. Cuatro votos van a suponer muchas vidas. Pero hay una historia anterior.
Los dueños del Mundo van haciendo que las naciones, aprueben políticamente leyes en contra de la vida de los seres humanos más indefensos.
Así es desde la sentencia -Roe v. Wade- que cambió el mundo, basada en una mentira,(Norma McCorvey no fue violada aunque lo dijeron, ni abortó, y tuvo su a su hijo antes de que los jueces dictaran sentencia. La sentencia que cambió la legislación «desenfocando el debate jurídico», ya que en el aborto no se trata de un conflicto entre el individuo y el Estado o poder público, «sino entre dos bienes jurídicos inconciliables en su plenitud: la libertad de la gestante y la vida del feto». La sentencia fue «un abuso de jurisprudencia» y 45 años después, nadie la ha revisado. [enlace].
Pero las medias verdades, el derecho de que unos decidan sobre la vida de los más débiles, no es un derecho. Hay cantidades ingentes de dinero invertido en unas campañas brutales a favor del aborto.
En España, con Zapatero, llegó la Ley de «Salud sexual y reproductiva«, y con esa «falacia de enunciado» llegó la Ley de plazos. Como slogan, ha servido para hacer y financiar campañas «de salud sexual» en diversos lugares del mundo. Ha ido saltando de nación en nación hasta llegar últimamente a Argentina, como acabamos de escuchar. Llamar «salud sexual» cuando se habla o decide o legaliza el «aborto», es un oxímoron, una «Contradictio in términis«, una figura retórica tan absurda como decir «muerto viviente» o «secreto a voces».
No nos engañemos, ni siquiera una decisión democrática del Estado puede imponerse a una decisión personal. Una cosa es despenalizar la ley, y otra anular la libre y responsable decisión personal. Cada uno debe saber lo que hace y por qué lo hace.
Estamos aquí para vivir experiencias, ser felices y ayudar a los demás. Las experiencias tienen consecuencias. Estas no tienen que ser siempre negativas, ni problemáticas. Siempre, son oportunidades para crecer como seres humanos conscientes. Y ser conscientes es saber lo que se hace y por qué. Decidir esto o aquello, actuar de una forma u otra, es ser libre, pero…tiene consecuencias.
El debate y la votación del Congreso argentino va a tenerlas. Ha estado dividido entre la defensa de la vida, o la defensa de la mujer y sus derechos. Estuvo dividido en dos y empatado a 123 durante todo un día con su noche. Finalmente la votación el jueves 14 de junio es historia. El proyecto de ley, de ser aprobado en el tramite que falta, permitirá poner fin a cualquier embarazo en las primeras 14 semanas de gestación.
Unos Diputados trataban de «defender las dos vidas», la de la madre y la del hijo concebido. El Diputado socialista Luis Gustavo Contigiani, es un defensor de ese compromiso por la vida. Una defensa de la dignidad y la justicia. Decía que quienes votaran la despenalización del aborto están contribuyendo con su voto a que muchos hijos no nacidos sean eliminados.
En la otra bancada, los Diputados partidarios del derecho de la mujer quieren que no se obligue a la mujer a ser madre, por el hecho de estar embarazada. Como en otros países, el debate viene precedido de la lucha de la mujer por superar el aborto clandestino, que sin duda produce algunas muertes de mujeres. ¿Tantas como afirman? En todo caso, su pretensión es que se apruebe el aborto legal, libre y gratuito. Creen que de ese modo disminuirán los abortos. La experiencia y estadística de los países europeos es justo la contraria. Esta visión de los verdes, fue puesta de relieve por la Diputada Silvia Gabriela Lospennato.
Tanto en un caso como en otro, la realidad, según los profesionales, es muy dura. No hay aborto seguro. El legal y el ilegal, matan igual. La mayoría de quienes piden legalizar el aborto o se someten a él, ni saben lo que es el aborto, ni el riesgo que la mujer asume cuando se lo practican, ni las secuelas que puede padecer el resto de su vida.
Políticos y legisladores, mujeres y hombres, en general, deberían conocer los riesgos de la mujer y la violencia a que se la somete.
Lo que es siempre seguro es que, el bebé que está creciendo naturalmente en su vientre, fallece. Y eso independiente del tiempo de gestación estimado o real. Un ser, embrión, feto o bebé en camino que, tiene derecho a vivir.
Ese concebido en un vientre materno, no es un grupo de células como acostumbran a decir las clínicas abortistas, (gran negocio mundial del aborto y venta de partes). Es un ser humano vivo.
En la mujer embarazada no existe el dilema de «ser o no ser». «Es» un «ser vivo» y un «ser humano» desde el principio y no, a partir de la semana 15 o cuando haya nacido. He aquí al bebé Tru Beare, que nació en la semana 26 y pesaba solo 450 grs. Pero el valiente no se rindió y salió adelante [enlace].
La gran contradicción
Shakespeare puso el dilema no en la sociedad sino, en la mente, en el corazón y la boca con estas palabras de Hamlet:»Ser o no ser… He ahí el dilema. ¿Qué es mejor para el alma, sufrir insultos de Fortuna, golpes, dardos, o levantarse en armas contra el océano del mal y oponerse a él y, que así cesen?».
Para él, la decisión es personal. La contradicción, el terrible Oxímoron es que se crea poder matar la vida, «para que cesen los problemas«. Y en consecuencia que, una vez que el aborto se produce, ese ser no vivirá más.
La evolución consciencial del ser humano es que su vida no termina; que puede vivir en un cuerpo concreto, pero ese cuerpo puede no ser el único y definitivo. Una misma realidad espiritual y consciencial puede vivir en cuerpos distintos en tiempos distintos para poder evolucionar y perfeccionarse. Los hijos son un regalo y eligen a los padres. Les volverán a encontrar en otra dimensión.
“El hijo, -como escribió José Saramago-, es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje…Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado. ¿Perder?, ¿cómo?, ¿no es nuestro?, fue apenas un préstamo… el más preciado y maravilloso préstamo ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenece a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos, pues a nosotros ya nos bendijo con ellos”.
A veces lo que es un regalo y una ocasión, ante el desconcierto, el miedo, la ignorancia o el consejo equivocado, puede darse la decisión equivocada. En general, se necesita más valor para luchar por el amor, que para destruirlo.
Pero aveces, sucede: que con el niño, incluso en el aborto seguro, se va también la madre. Sacaron de ea clínica, una caja de adulto… y nadie la acompañó. Era una mujer, después de un aborto, no clandestino….alguien lo vió y lo sintió. Muy triste. [enlace]
El poeta describe así esa ocasión perdida.
«Pasó con su madre. Volvió la cabeza:
¡me clavó muy hondo su mirar azul!
Quedé como en éxtasis…
Con febril premura,
«¡Síguela!», gritaron cuerpo y alma al par.
Pero tuve miedo de amar con locura,
de abrir mis heridas, que suelen sangrar,
¡y no obstante toda mi sed de ternura,
cerrando los ojos, la deje pasar!».
Amado Nervo, llamó a este poema: «Cobardía».
NOTA:
El aborto, hoy ACABARÁ CON 120.000 bebes. ¿Sabes cuantos no pueden nacer en un año?