Por Marta Pulido Salgado. Publicado en Investigación y Ciencia, el 18 de julio de 2018.
En ratones, el tratamiento, administrado en el útero materno, reduce de forma notable el proceso neurodegenerativo asociado a la enfermedad de Gaucher.
La sustitución de genes mutados o terapia génica en el útero materno podría ayudar en el tratamiento de trastornos degenerativos, como la enfermedad de Gaucher, pues el daño neurológico comienza antes del nacimiento. En la imagen, feto humano de 12 semanas. [
Simon Waddington y su equipo del Colegio Universitario de Londres, en colaboración con otros centros de investigación ingleses e internacionales, han logrado, en ratones, tratar una patología hereditaria, que puede resultar mortal, mediante terapia génica. La inserción del gen sano se realizó en el interior del útero materno, según publica la revista Nature Medicine.
La enfermedad de Gaucher se caracteriza por la acumulación de lípidos en bazo, hígado y pulmones, hecho que resulta en un agrandamiento y posterior fallo de dichos órganos, además de fracturas óseas. Ello ocurre a causa de mutaciones en el gen de la enzima glucosidasa, GBA por sus siglas en inglés, responsable de la degradación de ciertos tipos de sustancias grasas.
Hasta la fecha, no existe cura para este trastorno y la administración de la molécula a los pacientes solo atenúa los síntomas. Además, el tratamiento no atraviesa la barrera hematoencefálica, y por consiguiente no actúa sobre el daño cerebral grave que padecen los niños afectados, que en su mayoría no sobrepasa el segundo año de vida.
Alcanzar el cerebro fue, de hecho, el principal reto al que se enfrentaron los científicos en su estudio. Por lo general, la introducción de copias normales del gen alterado se realiza mediante la administración de virus modificados. En el caso del sistema nervioso central, dicha inyección se realiza de forma intracraneal, pero, aun así, los microrganismos no se distribuyen de manera uniforme por todo el encéfalo. En consecuencia, los experimentos se realizaron con sistemas virales, de diseño reciente, capaces de extenderse a todas las células neurales, incluso subministrados por vía intravenosa.
Así pues, Waddington y su equipo trabajaron con ratones modificados genéticamente a fin de desarrollar la enfermedad. La esperanza de vida de estos roedores no excede los 15 días. No obstante, la terapia génica prolongó notablemente, hasta 18 semanas, su supervivencia. Además, redujo notablemente la inflamación y muerte neuronal asociadas a la patología.
La intervención terapéutica en la edad fetal resulta clave en la enfermedad de Gaucher, pues el proceso neurodegenerativo comienza antes del nacimiento. La administración en neonatos resulta menos efectiva. Asimismo, la terapia génica perinatal reduce, e incluso evita, la respuesta del sistema inmunitario ante las proteínas que recubren el vector viral. Ello aumenta el éxito del tratamiento.
A pesar de lo importante de su hallazgo, los investigadores destacan que la aplicación del método en humanos requerirá de un exhaustivo control, así como de un curado diagnóstico prenatal a fin de identificar de forma inequívoca los fetos afectados.
Referencia: «Fetal gene therapy for neurodegenerative disease of infants», G. Massaro et al. en Nature Medicine, publicado el 16 de julio de 2018.