Por José Manuel Belmonte, Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa. Publicado en el Blog del autor Esperando la Luz el 9 de julio de 2019.
PARTE SEGUNDA: LA BATALLA.
El trabajo de Lejeune le valió en 1969 el premio William Allan, otorgado por la Sociedad Americana de Genética Humana, el más alto galardón mundial en genética. Se esperaba que el paso siguiente sería recibir el Premio Nobel.
Pero fue utilizado…y, comenzó la batalla. Lejeune vio horrorizado como en Estados Unidos empezaba a imponerse la idea de emplear el diagnóstico citogenético como una herramienta para practicar el aborto eugenésico y le pareció «profundamente desalentador«. Utilizar sus descubrimientos, para acabar con los niños, era devastador. Y cuando esa estrategia saltó a Europa comenzó la batalla de la vida contra la muerte.
«To kill or not to kill, that is the question«, según algunos. Lejeune lo tenía muy claro: «La naturaleza del ser humano está contenida tras la concepción en el mensaje cromosómico... Ya no se añade nada. El aborto mata al feto o embrión, y ese feto o embrión, se diga lo que se diga, es humano».
Así que se opuso rotundamente, en su mismo país, al proyecto de ley del aborto. «Matar a un niño por tener un cromosoma más, o menos, es un asesinato«. Y les defendió ante Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud.
Invitado por Estados Unidos en 1971, pronunció un discurso en el National Institute for Health, donde se atrevió a decir sobre el aborto: “ustedes están transformando su instituto de salud (Health) en un instituto de muerte”. Esa verdad no fue bien acogida, y se dio cuenta. Con absoluta clarividencia escribió esa misma tarde a su mujer y su hija: «Hoy me he jugado mi Premio Nobel«. No querían que un científico se opusiera a la agenda abortista.
Aunque alguna vez le llamaban para entregarle algún premio, pronto se daba cuenta que la mayoría de los médicos que participaban en la ceremonia, le admiraban porque gracias a su descubrimiento podían practicar la amniocentesis, (es decir, la extracción de tejido del feto) y determinar si el bebé presentaba trisomía y poder abortarlo. Actualmente, con los test de cribado disponibles, se llega a la misma conclusión. (Se habla de fuentes de dinero: armas, droga, aborto).
En la actualidad, en 2019, hay países que ya no dejan nacer bebés con síndrome Down y se dice que para 2050, lo mismo sucederá en España. ¡Solo faltan 30 años!
Sin embargo, estas personas especiales, tienen todo el derecho a estar aquí, igual que cualquier otro ser humano, como lo prueban los actores de CAMPEONES (y los Goya 2019)…(Gloria Ramos y Jesús Vidal) [enlace], la titulación académica, de personas con síndrome Down, e incluso el acceso a la política, con cargos públicos electos en varias formaciones políticas y distintas ciudades. Deben ser aceptadas de forma inclusiva, con normalidad. Es más, siguiendo la lógica:
1) El hecho de presentar trisomía, es el mayor argumento contra la ideología y contra el argumento de «mi cuerpo es mío». Si tu cuerpo tuviera 47 cromosomas, serías tú la Down. Luego, no es tu cuerpo. Es el de alguien, que libremente te eligió parta experienciar la vida en ese cuerpo. Es un cuerpo físico, mental y emocional, con alma y espíritu. Un cuerpo con fecha de caducidad, como todos, pero lleno de vida y posibilidades con el que siempre tendrá un lazo especial. Sabiendo que no solo el bebé, sino todos, podemos tener «muchos cuerpos y una misma alma«, porque el cuerpo tiene fecha de caducidad, pero la vida «ni muere, ni termina».
2) Lejeune pudo descubrir la causa de los Down, y cualquiera puede hacerlo, pero los avances de la investigación y los medios tecnológicos, permitirán en su momento, descubrir en el feto posibles anomalías futuras, como el ELA y otras enfermedades raras, parálisis cerebral e incluso el alzhéimer,etc; ¿aceptaría la familia, el médico y la sociedad que fueran eliminados?.
3) Hay «datos alarmantes en relación con la pérdida de vidas, por falso diagnóstico de Síndrome de Down«, publicado por el Catedrático de Genética de la Universidad de Alcalá, Nicolás Jouve. Generalmente, la trampa de la presión institucional, utilizando el Síndrome de Down se descubre cuando una mujer, a pesar del diagnóstico, decide seguir con el embarazo. Al dar a luz descubre que su hijo viene sin ninguna malformación, ni tiene síndrome de Down.
4) Las presiones sobre la mujer embarazada han sido y son muy fuertes ¿por qué?¿Por qué no se redobla el apoyo a las familias y a la mujer embarazada, con alguna dificultad? Todo el mundo habla del clima o del medio ambiente, pero pocos tienen el coraje de hablar del llamado invierno demográfico.
He conocido a sus padres y a este niño, Abel, un encanto:
La realidad del aborto no quiere reconocerse pero se sabe que, como dice el Dr. Esteban Rodríguez Martín: «hay un ser humano que muere, hay otro ser humano que mata, y hay una mujer que sufre las consecuencias, y un padre del que no se habla. Pero el ser humano que mata no es la mujer, sino el médico, y eso va en contra de la esencia de la medicina…». Por otra parte, el Síndrome Postaborto es un problema «terrible» para la mujer y suelen olvidarse de informar de ese tema.
Posicionarse como defensor de la vida a Lejeune le acarreó problemas en sus charlas (v-g la Mutualité en la 5-5-1971), gente que le insultaba, o agredían a sus oyentes y decían que el feto solo eran trozos de carne. Nunca perdió la compostura y desarmaba con su paz y sus argumentos: «no combato contra las personas-decía-, sino contra sus falsas ideas«. Decía muy claramente:»la calidad de una civilización se mide por el respeto que profesa al más débil de sus miembros, no hay otro criterio para juzgarla».
Algunos periodistas preguntaron a su hija, si para defender la vida de estos niños su padre se basaba en su fe o en su investigación científica?
Respondió, Clara: «Principalmente en que era médico, no en su fe. Cuando eres médico has hecho el Juramento Hipocrático de no hacer daño. Y él siempre decía que el respeto a la vida no tenía nada que ver con la fe, aunque, por supuesto, está en la fe el respetar la vida. Por eso fue tan odiado por los partidarios del aborto. Era difícil luchar contra él porque sus argumentos eran de base científica. Quiso explicar que la vida comenzaba en la concepción, y lo quiso contar como quien cuenta un cuento que fuese inteligible para todos, como Pulgarcito. Esta es una historia para niños o una leyenda, pero es una realidad».
El drama de este tema, en general, es que la gente no se implica, cuando debe hacerlo. Copio lo que Uno de los jueces de menores, ha subido a Facebook. «Soy Emilio Calatayud. Me traen al juzgado por un delito de poca relevancia a un niña de 15 años y, tras indagar, nos enteramos de que ya había abortado dos veces. Es decir, que debió quedarse embarazada por primera vez a los trece. ¿Quién atendió a esa niña? ¿Por qué no dijo nada, ni informó a nadie? ¿Por qué nadie alertó de nada? En España, la edad para consentir relaciones sexuales están en los 16 años. Es decir, que lo que esté por debajo de ese límite puede considerarse, en principio, una agresión sexual. Es verdad que hay que analizar la madurez de la pareja, la diferencia de edad… Vale, todo eso está muy bien. Pero seguro que estaremos todos de acuerdo que dos abortos con 15 años es una barbaridad. Lo que yo digo es que tenemos que implicarnos todos para que estas cosas no pasen. Y cuando digo todos, digo todos«.
En 1981, dos acontecimientos importantes:
1) el atentado contra el Papa. El 13 de mayo de 1981, en la Plaza de San Pedro en Roma, el Sumo Pontífice fue herido gravemente por los disparos del terrorista turco Mehmet Ali Agca. un acontecimientos mundial. Fue sometido a una operación de 3 horas.
Lo que muchos no saben es que a causa de la noticia, ese mismo día Lejeune sufrió unos dolores tan agudos que necesito ingreso en un hospital. Y lo realmente sorprendente es que le operaron a la misma hora en que intervenían a Juan Pablo II. Sus hijos, dicen que es «como si Jérôme cargara con parte del dolor del Papa».
Su hija ha dicho: «Mi padre, aquella tarde, sufrió unos dolores inexplicables, tanto que fue hospitalizado durante tres días. Experimentó sufrimientos similares a los del Papa y una fiebre que desembocó en piedras en el riñón. Nunca le gustó hablar de la conexión entre su enfermedad y la del Papa, pero ésta realmente existió«.
2) El otro acontecimiento fue la crisis de los euromisiles, que estuvo a punto de provocar la Tercera Guerra Mundial. Desde la llegada de Reagan a la Casa Blanca, en enero de 1981, se había vuelto a niveles de tensión de veinte años atrás y la crisis de los misiles en Cuba.
Lejeune, había alcanzado un puesto en la ONU, como experto sobre los efectos de la radiación atómica en la genética humana. Jugó un importante papel mediador gracias a su carácter conciliador.
El Vaticano estaba muy preocupado y envió mediadores a varios paíse (5), Gran Bretaña, Francia, Alemania, Estados Unidos y la Unión Soviética. Lejeune y otros dos investigadores genetistas fueron enviados a éste último.
Y, aunque parezca increíble, Lejeune, contribuyó a desactivar la tensión con un cuento. Mientras cenaban en los aposentos del líder soviético Brézhnev, conto que «Hace mucho tiempo, tres sabios partiendo de Oriente visitaron a un poderoso príncipe. Habían observado signos en el cielo, anunciando, -pensaban ellos-, una buena noticia: la paz sobre la tierra… ( y prosiguió): Aproximadamente dos mil años más tarde, científicos venidos de Occidente se pasan por la casa d
Sugirieron que, seguirían negociando y no serían los primeros utilizarlos. Como gesto de buena voluntad, el 8 de diciembre de 1987, Mijaíl Gorbachov y Ronald Reagan, firmaron el primer acuerdo importante de desarme nuclear.(Estipulaba la eliminación de todos los misiles de alcance corto (500-1000 kilómetros) y medio (1000-5500 kilómetros) de emplazamiento fijo en tierra, estuvieran o no provistos de cabeza atómica).
La ruptura de ese acuerdo, acaba de llegar en 2019. Las dos potencias, se venían acusando mutuamente de deslealtad. EE.UU se salió del tratado, porque las armas rusas no se ajustan a las normas estipuladas; y los rusos dijeron: «Daremos una respuesta simétrica a EE.UU. Nuestros socios norteamericanos anunciaron que suspenden su participación en el tratado, pues también lo hacemos nosotros».
Vladímir Putin, acaba de firmar el abandono del Tratado de control de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) con lo que el anterior acuerdo, ha quedado roto definitivamente, el 3 de julio 2019. Ha promulgado el decreto que pone fin a las obligaciones de Moscú ante el INF.»Este asunto atañe a nuestra seguridad, a la de ellos y, a la del mundo entero».
Sin el carisma de Lejeune, con dos Presidentes desconfiados y enfrentados habrá que estar atentos. ¡Ojalá no tengan los Científicos que adelantar el Reloj del Fin del Mundo, como sucedió en crisis anteriores!
Lejeune fue promotor, junto a Juan Pablo II, de la Academia Pontificia para la Vida cuyo objetivo era estudiar, informar y formar sobre los principales problemas de la biomedicina. Fue su primer Presidente y luego, Presidente Vitalicio hasta su fallecimiento, el 3 de abril de 1994.
CONCLUSION: EL LEGADO.
El legado de todo biennacido es su obra o sus obras. El gigantesco ser humano, defensor de los Pulgarcitos, nos dejó a los 68 años, víctima de un cáncer. Había atendido a más de 8.000 personas con síndrome de Down a quienes trataba como a sus hijos, dispuesto a atenderles, a cualquier hora.
A lo dicho como médico y como investigador, se puede añadir que fue uno de los promotores de la asociación «Laissez-les vivre«, (¡Dejarles vivir!) asociaciones provida de Francia, ya que estaban utilizando su descubrimiento para todo lo contrario.
Apoyó la creación y fue Presidente de otra organización complementaria a la de los niños, titulada «Secours aux futures mères» dedicada a ayudar a mujeres embarazadas que se encuentran en situaciones difíciles.
La gran persona humana, comprometida socialmente, que ayudó a rebajar la conflictividad en momento de crisis mundial por conflictos armados, ¡vive!
Tras su fallecimiento, Alexis, un niño con síndrome de Down, preguntó: «Ahora que el profesor ha muerto, ¿quién me va a defender?«. Es pregunta, sigue abierta, 25 años después.
Pero al día siguiente de su muerte, un historiador, miembro del Instituto de Francia, Pierre Chaunu, hizo públicamente una semblanza de Lejeune: «Más impresionantes y más honrosos aún que los títulos que recibió son aquellos de los que fue privado en castigo a su rechazo de los horrores contemporáneos… no podía soportar la matanza de los inocentes; el aborto le causaba horror(…), antes incluso de tener la prueba irrefutable, de que un embrión humano es ya un ser humano y que su eliminación es un homicidio; pensaba que esta libertad que se toma el fuerte sobre el débil, amenaza la supervivencia de la especie y, lo que es más grave aún, de su alma… era un sabio inmenso, más aún… un médico, un médico cristiano y un santo«.
Tal vez la descripción humana y moral de Lejeune, más elocuente, la escribió Juan Pablo II al conocer su muerte:«Siempre supo utilizar su profundo conocimiento de la vida y sus secretos para el verdadero bien del hombre y de la humanidad, y sólo para ese fin».
Vivir es un regalo, es una dicha. Estamos llamados a disfrutar la vida, como nos recuerda su hija en el libro: «La dicha de vivir«.