Publicado en el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valenia el 7 de junio de 2022.
La ideología de género y su política impositiva sigue suscitando un amplio debate social y la reacción de algunos estados de EE.UU. que se posicionan de forma contundente para frenar la ruta marcada por los defensores de esta ideología. Entre ellos, cabe citar al de Montana, que proclama que solo registrará el sexo biológico en las partidas de nacimiento, no el «género», definido como una «construcción» psicológica o cultural (ver más).
La orden señala que “el sexo es diferente del género y es un hecho genético inmutable, que no se puede cambiar, ni siquiera mediante cirugía”. «La conclusión del tribunal de que ‘ninguna cirugía cambia el sexo de una persona’ ha hecho que el departamento considere el tema» y define el sexo como «un concepto biológico que está codificado en el ADN del individuo y, por lo tanto, «es genético e inmutable”.
Por otro lado, la orden también menciona que una supuesta «identidad de género» es indemostrable y no tiene sentido registrarla en un certificado de nacimiento. En consecuencia y debido a la imposibilidad de cambiar de sexo a través de una «transición de género», el departamento de salud declaró “erróneas” la SB 280 y las políticas liberales anteriores sobre certificados de nacimiento.
También el estado de Florida estudia prohibir la cirugía y los tratamientos hormonales de cambio de sexo en menores y proteger a los niños de la “medicina basada en la política”, además de preservar el derecho de los padres a educar a sus hijos, ya que una amplia mayoría de los estadounidenses, un 69%, se opone a que los colegios ‘asesoren’ a sus hijos sobre identidad de género (ver más). En general, los estadounidenses de todas las tendencias políticas (80% de republicanos, 54% de demócratas y 72% de independientes) se oponen a que los colegios asesoren a los alumnos sobre cuestiones de género sin el consentimiento de los padres.
El reconocimiento de la realidad biológica sexuada en los seres humanos como una condición que configura su identidad y no obedece a percepciones o interpretaciones personales, constituye el argumento que se esgrime en este caso contra la ideología de género y su interpretación de la naturaleza humana.
Confundir la realidad biológica recibida, el sexo, con actitudes o comportamientos dependientes entre otras cosas, del entorno social y cultural, el género, es uno de los mayores errores sobre los que s construye la ideología de género. Diluir la identidad personal de los individuos, sometiéndola a interpretaciones cambiantes, fundamentadas en los sentimientos, conlleva numerosos problemas asociados. La imposición de criterios y contenidos educativos que promocionan estos planteamientos resultan especialmente lesivos en niños y adolescentes en los que su proceso madurativo está desarrollándose. Además, viola el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus propios criterios o creencias.
Emprender agresivos tratamientos de bloqueo de la pubertad, transición o reasignación de género en menores supone adoptar decisiones, irreversibles en muchos casos, que pueden causarles enormes daños para el resto de sus vidas. El adecuado acompañamiento de las personas que padecen disforia de género por parte de equipos interdisciplinares especializados constituye la verdadera ayuda que debería prestárseles en todo caso.