Por José Luis Velayos (Catedrático de Anatomía, Embriología y Neuroanatomía, Profesor Extraordinario de la Universidad CEU-San Pablo – Autor entre otros del libro Medicina del Sueño – Miembro de CíViCa).
Hay dos tipos de persona: masculina y femenina, con expresión biológica. .
Hacia los 2,5 años el niño se siente sexuado, y con preferencias diferentes.
Los genes de los cromosomas sexuales (XX o XY, para mujer o varón) provocan la formación de hormonas, que inducen la diferenciación genital interna y externa y al mismo tiempo moldean el encéfalo, en sentido masculino o femenino. (El gen SRY es responsable de la fomación del testículo y la inhibición del ovario en el embrión).
El sistema límbico del cerebro contiene estructuras relacionadas con la emoción y la sexualidad. Está en situación jerárquica inferior a la corteza cerebral, lo que explicaría el dominio de ésta sobre los estratos inferiores en ambos sexos.
El hipotálamo regula las funciones sexuales:
Los núcleos supraóptico y paraventricular, secretores de vasopresina y oxitocina, vinculados con la hipófisis, difieren a nivel microscópico en un sexo y otro.
El área preóptica, es el llamado núcleo sexualmente dimórfico (SDN). Dos veces mayor en el varón. Tras el nacimiento crece, y después decrece en las niñas.
El núcleo supraquiasmático es el reloj biológico que interviene en los ritmos biológicos, en consonancia con el sexo en concreto..
El núcleo intersticial del hipotálamo anterior NIHA1 es igual en ambos sexos. NIHA2 es mayor en el varón hasta los 50 años, en que también disminuye en la mujer. NIHA3 y 4 son mayores en el varón.
No hay conclusiones significativas en cuanto a las diferencias en NIHA3 entre heterosexuales y homosexuales.
La amígdala cerebral, en el lóbulo temporal, que interviene en las manifestaciones agresivas, es un 10% mayor en los primates machos. En el varón contribuye a las respuestas emocionales rápidas. Cuando se observan imágenes eróticas, se activa más la amígdala derecha, y especielmente en el varón.
El hipocampo, esencial para la memoria declarativa, es mayor en la mujer. Degenera en la enfermedad de Alzheimer, a la que es más propensa la mujer.
.La corteza cerebral es parcialmente distinta en un sexo y otro, desplazándose el centro de gravedad a uno de los hemisferios a lo largo de la vida; así, la realidad es vista de forma diferente en un sexo o en el otro.
Dentro de la corteza, la ínsula, con funciones viscerales relevantes, es más extensa en la mujer.
El hemisferio cerebral derecho, relacionado con la expresión facial y el tono de voz, es más activo en la mujer. La mujer detecta mejor que el hombre las caras tristes.
La mentalidad del varón es más analítica, y está dotado para habilidades visuoespaciales. Es más relevante el hemisferio izquierdo.
El espesor del lóbulo frontal aumenta aceleradamente en los niños y niñas más inteligentes, sobre todo el izquierdo. La corteza prefontal (esencial en procesos de decisión y comportamentales) se desarrolla uno o dos años antes en las niñas.
El lóbulo temporal es mayor en el varón. Sus conexiones son más abundantes en la mujer. Las mujeres sufren menos afasias que los hombres después de un daño cerebral, indicativo de que el área del lenguaje ocupa más extensión en ellas.
La corteza parietal izquierda, implicada en aspectos visuespaciales, es mayor en el varón. Por otra parte, en el embarazo, por acción de la oxitocina de la hipófisis, se agudiza la sensibilidad.
La mujer realiza mejor los movimientos manuales finos, secuenciales, debido a un desarrollo más importante del área motora suplementaria. El hombre controla mejor la musculatura axial.
La corteza cingular anterior (o “área de las preocupaciones menores”) es mayor en la mujer.
Hacia los 3 años termina de desarrollarse la conectividad entre ambos hemisferios, mayor en la mujer que en el varón.
Para la inteligencia global, la mujer pone en marcha distintas áreas cerebrales, llegando por distintos caminos al mismo resultado. Son inteligencias diferentes.
Para el humor, el procesamiento cerebral es distinto (el humor femenino es más emocional que el masculino).
Respecto al sueño:
En la mujer adulta disminuyen las horas de sueño y del sueño REM previamente a la menstruación.
En el primer trimestre del embarazo hay somnolencia-cansancio, y más despertares nocturnos.
En la menopausia, el tiempo de sueño disminuye, siendo más frecuentes las patologías del sueño.
La arquitectura del sueño se preserva mejor en la anciana que en el anciano.
En el hombre se segregan testosterona y hormona del crecimiento al inicio de la noche; en la mujer, esta se segrega antes de dormir y durante el día.
Son más frecuentes las apneas del sueño en los hombres; con la edad, aparecen en las mujeres.
Son dos formas de ser, con similitudes, diferencias, expresadas corporalmente (y neuralmente). Ambas con libertad, con voluntad para controlar estratos inferiores, comunes con los animales, que, en cambio, siguen obligadamente lo que le indican las necesidades instintivas.
Eliminar una sociedad de sexos, deconstruir el lenguaje, considerar igual a lo que no puede ser igual no es biológico.