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Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

El agua es esencial para todos. La vida en general y nuestra vida en particular, solo con el agua son posibles; pero también para la actividad humana.  Para la vida humana, el acceso al agua potable es capital, agua de calidad se entiende, para reducir enfermedades e infecciones. El oro azul es un bien escaso que la gente se disputa y aprecia pero no sabe repartir.  Por ello será más problema en el futuro.

Con ser escaso y caro, no es ya el petróleo el líquido más valioso. Tampoco lo es el oro verde, del que España era una de las mayores potencias hasta vender el aceite a otras naciones. El agua se está convirtiendo en un problema. Posiblemente en el siglo XXI sea proporcionalmente superior al que supuso el petróleo para el siglo XX.

Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

El agua es esencial para todos. La vida en general y nuestra vida en particular, solo con el agua son posibles; pero también para la actividad humana.  Para la vida humana, el acceso al agua potable es capital, agua de calidad se entiende, para reducir enfermedades e infecciones. El oro azul es un bien escaso que la gente se disputa y aprecia pero no sabe repartir.  Por ello será más problema en el futuro.

Con ser escaso y caro, no es ya el petróleo el líquido más valioso. Tampoco lo es el oro verde, del que España era una de las mayores potencias hasta vender el aceite a otras naciones. El agua se está convirtiendo en un problema. Posiblemente en el siglo XXI sea proporcionalmente superior al que supuso el petróleo para el siglo XX.

Ya en la actualidad, según la Organización de Naciones Unidas, hay más de 300 zonas en discordia por causa del agua, y a punto de comenzar una guerra por falta de agua.  Además el problema es múltiple: 1) no cuidamos  el agua que tenemos, 2) la población no está donde hay más agua, 3) la ausencia de precipitaciones puede ser determinante, según los últimos datos de los satélites de la NASA del mes de junio pasado, 4) se aprecia una desecación de la corteza terrestre por la alarmante reducción de los acuíferos.

No es de extrañar, pues quese piense que para el 2050 una de cada cuatro personas vivirá en un país con escasez de agua. Muchas personas tendrán menos agua que la que tienen hoy. "El crecimiento de la población y el aumento de ingresos conllevará un aumento del consumo de agua y (aumentará) la generación de residuos". Mayor consumo, y también más contaminación.

El agua y la paz van de la mano. No es un problema de ahora. Ya hace más de 50 años John F. Kennedy lo relacionaba con el problema de la paz. Para él "Quien resuelva el problema del agua, será merecedor de 2 premios Nobel, uno por la paz y otro por la ciencia".

Estados Unidos está utilizando el calentamiento climático para asuntos políticos. Pero no se pueden negar ni la contaminación atmosférica, ni la disminución de la capa de ozono, ni el aumento de la necesidad de agua.

Tampoco se puede negar que, pese a ser  un Planeta Azul, pese a la apariencia de que lo que nos sobra es agua, hay que matizar: a) el agua salada no es directamente utilizable, y el proceso de desalinización es muy costoso; b) hay que distinguir los ciclos naturales del agua no salada y la gestión que cada sociedad realiza de este recurso.

No sobra agua. Puede crecer el mar e inundar ciudades y pueblos importantes. Pero se reduce el agua. La actividad humana, a ritmo actual, puede reducir el agua potable, dañar la agricultura y provocar la desaparición de muchas plantas y animales. Tanto es así que hasta el Papa Francisco ha visto necesario, en el mes de junio, publicar una "histórica" encíclica sobre el cambio climático. Intenta que se ponga todo el empeño en atajar ese problema, para la humanidad.

En España, sin ser un país seco, además del problema del agua, tenemos un problema político. Los recursos hídricos de España muestran enormes diferencias debido a la diversidad climática de su territorio. "El acceso al agua constituye uno de los problemas territoriales más importantes, y es el más crítico en relación con los otros recursos naturales del país". La gestión del agua es tan caótica como las competencias de los multigobiernos de su territorio. Efectivamente, no sólo los técnicos gestionan, sino que son los políticos de esos territorios y el gobierno de la nación quienes están directamente implicados, pero  no hay un objetivo común.

Recordemos que cuando los ríos desbordados inundaban las tierras  a un lado y otro de su cauce, y vertían al mar incalculables hectómetros cúbicos de agua, sin provecho para nadie, todos sabían que ese agua debía llegar a los pantanos que apenas estaban al 20% de su capacidad. El agua que se tiraba, se necesitaba antes o después. Era el mes de marzo.

Los pantanos del centro tenían capacidad para embalsar esa agua, pero además de ningunearlos, se les estaba maltratando sobreexplotando. Sufrían el agravante de la orden del gobierno obligando a desembalsar muchos hectómetros para atender regiones del levante.  Sin ignorar que el Partido Socialista desechó de un plumazo, un Plan Hidrológico Nacional en marcha (2007).

Desde marzo, nadie ha hecho nada y la situación empeora,  porque han elevado el nivel de exigencia del agua y crece la disputa territorial. Estos pantanos del centro peninsular, están en mínimos históricos, y en lugar de hacer algo para que, si las circunstancias se repiten el agua pueda llegar para llenarlos,  van a recibir… dinero.

Los incendios, en verano, proliferan por la geografía, en general, causados por descuidos o delincuencia, pero también por un cóctel ambiental perfecto para la catástrofe: 30/30/30=incendio forestal. Más de 30 grados de temperatura, menos del 30% de humedad y vientos de más de 30 kilómetros por hora, son yesca para el bosque.

Además, cuando España se achicharra de calor la gente de los despachos y los políticos tienen ideas frescas y quieren más: más agua o más dinero.

"El Ebro vuelve a ser motivo de disputa entre Cataluña y Aragón, ante las aspiraciones de la Generalitat y, en sintonía con ella, también de la catalana Plataforma por la Defensa del Ebro, que pide elevar sustancialmente el caudal ecológico para la desembocadura del río en el mar. Esta coordinadora ha recogido unas alegaciones que han presentado respaldadas por 5.000 firmas, para que sean tenidas en cuenta en la redacción definitiva del nuevo Plan Hidrológico del Ebro. Por su parte, la Generalitat también ha reclamado un fuerte aumento de los caudales ecológicos para el Delta: de los 3.009 hectómetros cúbicos anuales que contempla el actual plan de cuenca, a los entre 5.871 y 9.907 hectómetros cúbicos anuales -como mínimo 5.871 en años secos, 7.732 en años hidrológicamente normales, y 9.907 hectómetros cúbicos en años húmedos".

"Aragón se ha opuesto sistemáticamente a estas aspiraciones catalanas, por entender que supondrían romper el principio de unidad de cuenca hidrológica y darían un poder extra a una región sobre todas las demás… Porque claro, la cuenca del Ebro abarca a nueve comunidades autónomas y, se ha de velar por las necesidades hídricas de todos sus territorios, y deben tener el mismo peso a la hora de discutir y acordar medidas sobre la gestión de los recursos hídricos. Pero hay más: Allí, ASAFRE, (Asociación de afectados por las riadas) advierte que siguen sin hacerse obras para evitar que se repitan estos desastres.

Y en el Centro de España, donde no cae una gota desde hace mucho tiempo, el gobierno ha decidido modificar el viejo convenio de 2007 firmado por el Ministerio de Medio Ambiente (Dirección General del Agua y Confederación Hidrográfica del Tajo), la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía. La idea es aportar 175,2 millones de euros para  ejecutar el Programa de Desarrollo Sostenible de los municipios ribereños. Es decir, nada que solucione el problema, pero intenta paliar el descontento existente. (enlace).  En este Mar de Castilla no habrá playa, ni más agua, pero eso sí, mejorarán los caminos para verlo. Los ribereños,  turistas y excursionistas, podrán contemplar los rebaños donde ayer ellos podían bañarse.

Y cuando se precise agua en Levante, seguirá saliendo de donde no hay, como hasta ahora.  Porque la realidad  del agua embalsada es: en el Pantano de Entrepeñas, al (07-07-2015)  es de 166 hm3 es decir el 19,88% de su capacidad; y en Buendía, a la misma fecha, 302 hm3 es decir  el 18, 43 %.

En lugar de presentar un Plan Hidrológico Nacional (PHN) parta Interconectar Cuencas y llevar el agua de las zonas inundadas del norte a las zonas sedientas del Centro, del Levante y del Sur, no han hecho más que arrojar unas monedas para inaugurar la temporada estival y mantener en silencio a los agricultores y pueblos ribereños. Mientras en el litoral, que no les falte nada a los turistas. El año pasado ya se trasvasaron  del Tajo al Segura casi 500hm3.   

Se alcanzará un nuevo record de turistas en 2015, pero la gestión y la distribución del agua seguirá en el aire. Posiblemente crezcamos, según los pronósticos al 3%, pero la desforestación y la desertización no se detienen. El problema de los acuíferos ¿le interesa realmente a alguien? ¿Con qué dinero se cuenta para llevar agua, en años sucesivos, a donde más se necesita?

En resumen. Con el agua está en juego la paz, la estabilidad, la comida y la emigración. Nadie pone en duda la buena intención de los Objetivos del Milenio, pero no se ha hecho todo lo posible para conseguirlos y el objetivo era para este año.

Estamos en 2015 y para el 2050 solo faltan 35 años. El problema del agua es de todos, fundamentalmente de quien tiene poder y medios para atajarlo.Ban Ki-moon dijo a los jefes de Estado y de Gobierno que guíen con claridad a sus negociadores y asuman una responsabilidad porque… «Si fracasamos estaremos condenando a nuestros hijos y nietos a un futuro de caos climático. Si tenemos éxito, pondremos al mundo en un camino hacia una mayor estabilidad, mejor salud y economías más fuertes que beneficiarán a todos».

El pasado 17 de junio, Día Mundial de Lucha contra la Desertificación, se centraba en «lograr la seguridad alimentaria para todos a través de sistemas alimentarios sostenibles» y en "un aumentode las acciones encaminadas a visibilizar las consecuencias de la desertificación, cuyos efectos sobre la paz, la seguridad y la estabilidad son invisibles pero, sin embargo, una realidad para los países con escasez de agua y de comida, y cuyos habitantes se ven obligados a emigrar como consecuencia de este problema".

O como señala el Papa Francisco, el calentamiento originado por “el enorme consumo de algunos países ricos tiene repercusiones en los lugares más pobres de la Tierra, especialmente en África, donde el aumento de la temperatura unido a la sequía hace estragos en el rendimiento de los cultivos”. “La deuda externa de los países pobres se ha convertido en un instrumento de control, pero no ocurre lo mismo con la deuda ecológica…los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro”.

A principios de mes, seis grandes grupos petroleros europeos reconocían en una carta abierta que el cambio climático “es un desafío crítico para el planeta".   Europa sigue sin saber cómo repartirse los emigrantes que llegan. No ha acertado a solucionar, la necesidad de agua, en sus países.

Después de la revolución del fuego hay que encarar la del agua. Una parte de la población del sur está en camino. Su dilema es la aventura de atravesar el desierto y el mar, o morir de sed en su país o acribillados por el fuego del fanatismo o la tiranía.

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa