Por Vicente Bellver Capella, Doctor en Derecho y Profesor Titular de Filosofía del Derecho y Filosofía Política en la Universitat de València. Publicado en Aceprensa el 7 de Noviembre de 2016.
La técnica de edición del genoma conocida como CRISPR-Cas9 permitirá, si se confirman las expectativas, introducir en la dotación genética de un embrión cambios que además heredarán los descendientes. Vicente Bellver Capella, catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Valencia, examina las cuestiones jurídicas y éticas que suscita esta posibilidad. Su estudio, publicado en Cuadernos de Bioética (1), está resumido aquí.
Seguir leyendo en Aceprensa
Por Nicolás Jouve, Catedrático Emérito de Genética y Presidente de CíViCa (Asociación miembro de la Federación Europea One of Us)
Los grandes avances del conocimiento científico en el campo de la Genética Molecular han estimulado la idea de la curación de enfermedades de base genética por medio de la llamada “ingeniería genética”, un conjunto de técnicas integradas en un marco más amplio de lo que llamamos “biotecnología”, que se empezaron a desarrollar para modificar el genoma de las bacterias y luego de las plantas cultivadas y animales domésticos con fines de mejoramiento para aprovechar mejor sus capacidades. A los organismos modificados de esta forma se le denomina “transgénicos”. Las aplicaciones de esta tecnología han sido hasta el momento muy provechosas al permitir obtener bacterias que sintetizan, hormonas, enzimas y otros fármacos, variedades de plantas cultivadas y razas de animales domésticos de mejor calidad, más productivos o más resistentes a enfermedades u otros caracteres de utilidad para el hombre. La «ingeniería genética» que hace posible estas modificaciones no plantea problemas éticos, aunque los proyectos de modificación deben someterse a un análisis de comités de bioética con el fin de evitar efectos negativos para el medio ambiente o el propio hombre.
Por Kelly Rae Chi. Publicado en The Scientist el 1 deSeptiembre de 2016
© BRYAN SATALINO
Cómo superar los desafíos del trabajo con CRISPR para manipular genes en células troncales humanas para estudiar su función en enfermedades específicas o para corregir defectos genéticos en células de pacientes
La última década ha considerado el nacimiento de dos herramientas biológicas increíblemente útiles, y ahora los científicos están comenzando a integrarlas. La primera son las células plutipotentes inducidas humanas (iPSCs). Un avance que determinó la adjudicación del Premio Nobel de 2012 a Shinya Yamanaka y John Gurdon, y que se aplicó primero en ratones en 2006 y posteriormente en seres humanos, demostrando que es posible invertir las células de la piel del adulto en células troncales (madre) pluripotentes, que se pueden alternativamente procesar para convertirlas en casi cualquier tipo de célula. Estas células son portadoras del genoma de una persona, y proveen a los investigadores la capacidad de crear los tipos de célula que serían de otra manera imposibles de obtener del organismo vivo del paciente. Las iPSCs ofrecen nuevas perspectivas de gran alcance para modelar enfermedades humanas monogénicas y complejas y adaptar terapias basadas en células.
Por Kevin Esvelt. Publicado en Nature (News and Comments) el 8 de Junio de 2016 (adjunto en PDF)
El dinámico campo de la investigación en edición de genes proporciona una oportunidad de reescribir las reglas de la ciencia, dice Kevin Esvelt.
La aparición de sistemas de deriva génica -que expanden rápidamente a través de poblaciones las mutaciones dirigidas– significa que un solo organismo portador podría eventualmente alterar a la mayor parte de una población local, y posiblemente todas las poblaciones de la especie a través del mundo. Cualquier lanzamiento accidental, aunque no produjera un daño ecológico, dañaría seguramente la confianza pública e incitaría al establecimiento de restricciones severas en la investigación.
La National Academy of Sciences de los EE.UU. lanzó esta semana una guía de pautas a seguir para una conducta responsable de la investigación en relación con la deriva génica. El informe viene casi dos años después de la primera descripción publicada de cómo la tecnología de edición genómica CRISPR-Cas9 podría promover cambios por deriva génica en muy diversos organismos. En ese tiempo, los científicos han demostrado que los sistemas basados en CRISPR podrían conducir a la deriva génica en cuatro especies.