La federación One of Us organizó el sábado 12 de marzo, su primer lanzamiento público importante en París en la Salle Gaveau. 1200 participantes de 31 organizaciones nacionales de los 28 países europeos, funcionarios políticos de alto rango, expertos en los campos de la salud y el derecho participaron en este acontecimiento inédito en Europa.
La eugenesia, la investigación con embriones, la gestación subrogada, la eutanasia, el transhumanismo: muchos retos que encarar para esta nueva fuerza a favor de la vida y de la dignidad humana en Europa.
Publicado en el Observatorio de Bioética, el 9 de Marzo de 2016
Un estudio destaca que “durante la mayor parte de casi tres décadas, encuestas de opinión realizadas han demostrado que una sólida mayoría de los estadounidenses se oponen a la gran mayoría de los abortos realizados anualmente en los Estados Unidos”. Así, en una encuesta llevada a cabo en septiembre de 1995 por Gallup, “el 56% se identificaron como pro-elección, con sólo el 33% identificándose como pro vida”. Sin embargo, en mayo de 2012, los pro-vida llegaron al 50%; para, posteriormente, en la encuesta de mayo del año 2015 situarse los porcentajes en “el 44% pro-vida y 50% pro-elección”. Ante esta cuestión, el 29% responde que debería ser legal bajo cualquier circunstancia, mientras el 13% considera que debería ser legal en la mayoría de circunstancias. Es decir, un 42% apuesta por la legalización. Por el contrario, un 19% opina que debería ser ilegal en todas las circunstancias, y un 36% que debería ser legal solo en pocas circunstancias. O sea que un 55% se muestra más partidario de una cierta ilegalización, como se ve en los resultados de la encuesta realizada por Gallup en mayo de 2015 (Forum Libertas. 12-II-2016).
Por Nicolás Jouve, Catedrático Emérito de Genética y Presidente de CíViCa. Publicado en Actuall el 7 de Marzo de 2016. El 8 de Marzo se publicó en The Scientist un artículo con fecha 4 de Marzo sobre este mismo tema que se ha incluido en esta Web: enlace.
Hacia finales de los años cincuenta del pasado siglo se produjo en Europa una tremenda conmoción por los efectos de la “talidomida sobre los bebés”. Se trataba de un calmante producido en Alemania por Chemie Grünenthal, que se recomendó como analgésico para paliar las nauseas y molestias de las mujeres embarazadas y que resultó ser un desastre por las terribles focomelias y deformaciones del desarrollo con las que nacían algunos bebés cuyas madres habían recibido este tratamiento. El efecto más conocido y más impactante de estas alteraciones era el nacimiento de niños sin extremidades.