A su juicio el manifiesto deja bien establecido que la vida humana empieza con la fecundación del óvulo por el espermatozoide y se dan algunas razones científicas de esta afirmación, que por la naturaleza del documento no pueden explicitarse más ampliamente. Todo ello, en vivo contraste con las declaraciones de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que recientemente afirmaba que determinar cuando se inicia la vida humana es una “cuestión de ideología” y no de ciencia. El Informe presenta un decálogo que deja muy claro que el ser biológico emergente tras la unión del óvulo con el espermatozoide es un ser vivo de nuestra especie, que consecuentemente merecerá todo el respeto que la dignidad de cualquier ser humano requiere.