Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)
Cada día las revistas del corazón hablan de juventud, rejuvenecer, retoques o cambios sorprendentes, y de caras nuevas. Pero ese mundo está lleno de hilos, carboxiterapia, cirugía, botox o, todo a la vez.
Las celebrities, suelen aparecer cada cierto tiempo con un rostro nuevo, brillante y estirado que da la sensación de haberse quitado años de encima, gracias a los retoques estéticos de manos expertas. El coste no se dice, pero no es gratis.
Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)
Cada día las revistas del corazón hablan de juventud, rejuvenecer, retoques o cambios sorprendentes, y de caras nuevas. Pero ese mundo está lleno de hilos, carboxiterapia, cirugía, botox o, todo a la vez.
Las celebrities, suelen aparecer cada cierto tiempo con un rostro nuevo, brillante y estirado que da la sensación de haberse quitado años de encima, gracias a los retoques estéticos de manos expertas. El coste no se dice, pero no es gratis.
Hay gente que, por lo que sea, no acepta su imagen o se encuentra a gusto en su identidad. Con todo respeto para ese mundo del corazón y milagros estéticos a golpe de talonario -que cada vez come más el coco a la juventud-, el tema no me interesa.
Hay otra dimensión, en la que hoy se busca la eterna juventud: la tecnología. Tiene muchos aspectos positivos, aunque sea muy cara. Y para mi ese tema es apasionante..
Algunos dicen ya que vivir 500 años es posible. Es más, Aubrey Grey ha dicho que «la persona que puede vivir 1000 años ya ha nacido».
De ser cierto, por lo menos el lector y yo mismo habremos sido sus contemporáneos. El citado, Aubrey Grey no es un visionario o un «profeta de la eterna juventud», sino alguien que tiene un proyecto: cambiar la senescencia celular. Quiere que, cuando las células dejen de dividirse, -con lo que envejecen y mueren-, se pueda revertir el proceso, haciendo que su ciclo vital continúe. Grey está en la base del proyecto que lidera la Fundación Methuselah con vistas a retrasar o revertir el envejecimiento.
Si se logra, de lo que no tiene duda, más que centenarios podíamos llegar a ser milenarios. Ciertamente son palabras mayores y por lo menos, intriga.
¿Cuándo sería? Ciertamente esa es la gran pregunta del millón. Algunos apuntan que será antes del 2050. Ese reto supondría mucho más que vencer las enfermedades, seria intentar «vencer a la muerte». Merece la pena echarle un vistazo a esa hipótesis, aunque parezca una locura.
El ser humano lleva evolucionando desde siempre. No es novedad. Ahí está la historia en general y las diversas ciencias. Los retos y los desafíos han sido continuos para llegar a donde estamos.
Yuval Noah Harari, profesor de historia en la Universidad de Jerusalén escribió «Sapiens. De animales a dioses» para divulgar el proceso evolutivo y los esfuerzos para hacer frente al hambre y las enfermedades, en la historia reciente. Sapiens ha sido un éxito y un fenómeno global.
El autor, ha vuelto ahora su mirada hacia el futuro en un nuevo libro titulado «Homo Deus. Breve historia del mañana» (Ed.Debate),(a la venta el 6 de octubre). Según su idea, lo que nos hizo sapiens nos hará dioses. El ser humano ha alcanzado un poder sin precedentes que algunos califican de «divino». Por eso se pregunta: ¿hacia dónde vamos? En esa historia del mañana el autor se imagina cómo evolucionaremos en los próximos 200 años. Se alinea con un grupo minoritario que piensa que la evolución humana se enfrentará al mayor enemigo: la muerte. Y que la vencerá para llegar a «la inmortalidad».
El ambicioso título, trata de responder a la pregunta, ¿a dónde vamos? y explora los proyectos, sueños y pesadillas del Homo Deus del siglo XXI: «vencer la muerte» y la «creación de la vida artificial».
Para autor la guerra es algo obsoleto y la hambruna está desapareciendo, porque que es más habitual sufrir obesidad que pasar hambre.
Según Harari y el grupo de los que visionarios que piensan como él, ese proyecto y ese reto tienen un coste: Derrotar a la muerte cuesta mucho dinero y…eso supondrá un «Adiós igualdad» para dar una triunfante bienvenida: ¡hola Inmortalidad!
Claro que previamente, para llegar a ese sueño, habrá que vencer enfermedades tan terribles como el cáncer, trombos, etc. Para Ray Kurzweil, experto en inteligencia artificial y ciencias de la computación además de director de ingeniería en Google, los «nanobots» (robots del tamaño de una célula) con un software debidamente programado e inyectados en el cuerpo, vendrán en ayuda de nuestro debilitado sistema inmunológico, atacando las células malignas que se les señale y liberándonos del sufrimiento de cualquier enfermedad. Y almacenando los datos en una especie de Nube Virtual.
Vencer las enfermedades para, en el siguiente paso, derrotar a la muerte. Ya en 2013 Google se alió con Apple para crear una compañía específica, llamada Calico (California Life Company), con la finalidad de luchar contra el envejecimiento y sus enfermedades derivadas, y «Resolver la muerte». El director ejecutivo de Calico es Arthur Levinson, presidente de Apple y Genentech. La asociación de las dos compañías gigantes de internet, es una buena noticia para la mejora de la salud y la calidad de la vida.
Se sabe que la inteligencia artificial tendrá un poder computacional, billones de veces mayor que la inteligencia humana. Para su proyecto: extender nuestra esperanza de vida, ha contratado a los mejores médicos, genetistas, expertos en biología celular, biología sintética y ortogenética. Además ha cerrado alianzas con empresas biofarmacéuticas y con institutos que investigan el proceso de envejecimiento.
Para Calico el reto es grande: el horizonte de este mismo siglo. Y Bill Maris, de Google Ventures, -que invierte una gran cantidad de dinero en el proyecto-, ofrece el argumento: «tenemos las herramientas necesarias para conseguir el éxito».
Las «herramientas» y el «dinero», claro. Han logrado inversiones multimillonarias. Pero en ese punto fuerte puede encontrarse su debilidad. No será un logro de todos ni para todos. Se acentuará la división entre ricos y pobres. Saltará por los aires la igualdad. La «inmortalidad», solo estaría al alcance de los ricos o muy ricos y el resto, la mayoría, sequiaría siendo «mortales». Por eso se imponen…
Algunas consideraciones:
1) Es muy positiva la inversión y la investigación para mejorar la vida. Vencer las enfermedades y el deterioro de la vejez siempre será un logro. Los avances de los expertos que investigan en los diversos campos, así como la ayuda de los «nanobots» seguro que facilitarán la posibilidad de retrasar la aparición de enfermedades y/o frenar el avance de las degenerativas, así como revertir ciertos daños.
2) Es cierto que la conclusión de los expertos que participan en el proyecto de “Cien Años de Estudio en Inteligencia Artificial” (AI100), realizado por la Universidad de Stanford anuncian avances que transformarán la educación, la vida urbana, los desplazamientos, la seguridad y el trabajo. Pero atención… con muchos desafíos éticos.
3) Bill Gates, el exlíder de Microsoft, que pasa por ser no solo uno de los más ricos, sino también uno de los más filántropos, (y acaba de cumplir 60 años), reconoce que hoy somos mucho más productivos gracias a la revolución tecnológica de la información. Según él, en la próxima década se debe seguir apostando por las tecnologías, las energías renovables, la vacuna contra el sida y la prevención pandemias. Esos serían los 4 próximos retos de la humanidad.
4) Retrasar la muerte X años, ¿es encontrar el elixir de la eterna juventud? Ese retraso ¿es vencer la muerte? Digo yo que vivir unos años más importa poco si no es vivir mejor. Jugar una partida de ajedrez con la Muerte, como hizo Antonius Block, en la película de 1956, escrita y dirigida por Ingmar Bergman, si al final no podamos evitar el Jaque Mate. ¡Puede ser frustrante!
Los científicos, después de estudiar la base de Datos de Mortalidad Humana de más de 40 países, se preguntan: ¿Hay un límite natural para la longevidad humana? Y reconociendo que ese límite es flexible, reconocen que la francesa Jeanne Calment, que murió en Arlés en 1997 con 122 años, es la persona que más ha vivido hasta ahora, y creen que es poco probable que ese récord sea superado. Si ese record no se ha movido en 20 años, un equipo de investigadores duda que esa esperanza de vida sea fácilmente superable. Esa conclusión es de este mismo mes (enlace).
5) Si el intento de endiosamiento humano, «Homo Deus», aún lográndose, es discriminatorio, ya que «la inmortalidad sería para «ricos de primera», mientras que la mayoría seguiría siendo «pobres mortales de segunda»… ¡No es atrayente! Llevar la desigualdad hasta esos límites agrandaría el abismo entre ricos y pobres, y la rebelión estaría garantizada. Pese a la muerte, cada vez más gente cree en la vida, que es eterna.
6) Por otra parte esos proyectos que hablan de mejorar la carrocería o el vehículo material del ser humano, no parecen dar importancia al componente anímico-espiritual que va en ese coche. Es para preocuparse. Es lo más importante del vehículo en movimiento.
El ser humano, que está aquí para aprender, cuando llega al final del periodo terrenal, se transforma y sigue viviendo en otra dimensión. «La muerte no es el final». Es posible que en esa dimensión siga evolucionando. Probablemente tenga que recuperar o reencarnarse y aprender. En todo caso, ni el aspecto físico, ni la muerte son de capital importancia. Cada día hay más gente que bien por su filosofía o por su fe, no teme a la muerte. Yo entre ellos.
Lo verdaderamente importante es la vida y lo que hacemos con ella. El esfuerzo y el compromiso con los que caminan a nuestro lado, ilusionan y son fuente de satisfacción o felicidad.
7) En todo caso, una cosa es hacerse mayor y otra envejecer. Coincido con uno de los autores más destacados de las letras hispanoamericanas, Carlos Fuentes, que en Adán en el Edén, escribió: «Señor, ayúdame a ganar la juventud con la edad en vez de perderla con el tiempo».