En él se presentan las claves biológicas que diferencian a la especie humana Homo sapiens de los restantes homínidos. Se destaca en particular la "evolución cultural" fenómeno exclusivamente humano que se añade a la "evolución biológica", del que se señalan sus características más esenciales: lenguaje articulado, capacidad de razonamiento abstracto, transmisión de conocimientos al margen de los genes, comportamiento, etc. Este hecho diferencial ha conducido al proceso de "humanización" que se añade al proceso de "hominización". Se señala la menor importancia del dato del porcentaje de similitud del ADN al comparar los genomas del hombre y los grandes simios y la mayor relevancia de las diferencias en los propios genes o en la regulación de su expresión. Por último, se discute la pretensión de igualar en derechos y en la consideración de personas a los grandes simios, preconizada en el Proyecto Gran Simio, por carecer de fundamento biológico, por ser injusta con los propios seres humanos más indefensos y por no ser necesaria para proteger a los grandes simios en peligro de extinción.