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Del derecho a la vida… reflexiones
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Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

Lo que ahora llaman “primavera” ha dado  algunos saltos. Se ha plantado en Crimea, alentada por Putin, que tiene el apellido que tiene y se ha metido en la casa  y en la silla chavista-comunista de Maduro; que tiene el apellido que tiene, claro.

Lo peor de la primavera roja, es que vaya regada con la sangre de gente joven y deseosa de  una vida mejor para sus pueblos.

Los dirigentes no quieren escuchar al pueblo, ni aplicar las reformas que frenen la corrupción y la mala gestión. Desde hace mucho se vienen envolviendo en el manto populista. La gente aguanta mientras no pasa hambre, pero cuando hay abusos graves contra los derechos humanos, no soporta la injusticia y se echa a la calle.

Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

Lo que ahora llaman “primavera” ha dado  algunos saltos. Se ha plantado en Crimea, alentada por Putin, que tiene el apellido que tiene y se ha metido en la casa  y en la silla chavista-comunista de Maduro; que tiene el apellido que tiene, claro.

Lo peor de la primavera roja, es que vaya regada con la sangre de gente joven y deseosa de  una vida mejor para sus pueblos.

Los dirigentes no quieren escuchar al pueblo, ni aplicar las reformas que frenen la corrupción y la mala gestión. Desde hace mucho se vienen envolviendo en el manto populista. La gente aguanta mientras no pasa hambre, pero cuando hay abusos graves contra los derechos humanos, no soporta la injusticia y se echa a la calle.

Mientras hay poder y “medios”, se buscan razones o respuesta para todo. Si se monta una marcha opositora, se monta otra mayor pisando con la fuerza de las botas militares, y ésta es y retransmitida a los cuatro vientos por las cadenas de radio y televisión, altavoces de la fidelidad. Por si acaso, han sido avisados: para que no cubran informaciones que generen violencia. Las  emisoras libres, por no ser afines, han sido previamente condenadas al silencio. Se ha ido más allá: “el gobierno cambió la ley para poder bloquear páginas web de forma discrecional”.

Sin embargo hoy, el viento del pueblo, sopla fuera de los cauces institucionales.  Mediante  los móviles, los Whatsapp y las Redes de Internet, Facebook, Twitter, etc., el mundo está interconectado, y suplen la falta de libertad. Las imágenes de la represión y el despliegue de la fuerza, vuelan por los espacios y llegan al momento a los 5 Continentes. Con ellas, también los comentarios de la gente, No importa que las Naciones del entorno OEA, guarden silencio cómplice o que las Superpotencias, o la ONU hayan decidido prudente y cobardemente seguir mirando hacia otro lado, mientras Cuba no tiene ningún reparo en apoyar, al régimen de Maduro, y Putin hace lo mismo en Crimea. Cuba está en Venezuela y Putin enCrimea.

Gracias a los avances de la tecnología, todos sabemos lo que está pasando, menos los que deberían saberlo, claro. Circulan cadenas de mensajes bombardeado para que se envíen  Correos Electrónicos a todos los Embajadores en la OEA. Piden que  que se les envíen mensajes con fotografías y videos con fecha, hora y lugar con lo que  ha pasado y sigue pasando en Venezuela.

De nada sirve, el torpe esfuerzo de intentar echar la culpa a los demás. "Yo repudio toda la campaña nazi fascista que desarrolla esta derecha troglodita contra el pueblo cubano", manifestó Maduro en una concentración de respaldo al Gobierno en el centro de Caracas, transmitida en cadena de radio y televisión.

El pueblo está soportando el desabastecimiento, porque la mala gestión hace que los beneficiarios de la riqueza de su petróleo, ante el descontrol existente y los abusos, prefieren demorar los pagos. “La realidad es que los ingresos nacionales previstos son escasos  e incluso una parte quizá no llegue a cobrarse, porque los deudores están cansados con la informalidad  del gobierno chavista en el suministro de crudos” (CésarVidal,La Razón, día 10/3).

Paradójicamente en un país tan rico, falta casi lo esencial, la libertad y los alimentos. En un mensaje captado puede leerse: “Por favor quien conozca algún periodista envíenlo a la Clínica la Isabelica en Valencia estado Carabobo, por emergencia hay muchos heridos de bala, me están pidiendo que pase esta cadena porque hay niños y mujeres heridos de bala.  Por favor no permitamos que esto quede en silencio, se los pido yo…(Y da su nombre para que no haya duda). ¿Cuántos han muerto? ¿Cuántos tienen que morir, para que se deje de dividir al pueblo y se pare la locura? Una madre angustiada  le decía a un familiar en el extranjero: “hija, sólo me queda un pollo y un paquete de arroz. ¿Ahora  qué hago?”

 ¿Sólo se conmueve el mundo mundial cuando aparece la joven Miss Turismo Carabobo tiroteada y llevada a una clínica en brazos de un motorista? ¿Qué pasa con los estudiantes y con el pueblo llano? Se recibe un mensaje: “SOS Tachira. Nos están atacando con Armas de Guerra. Nos están Ametrallando… La Única forma que tenemos para comunicarnos es por este medio, nos cortaron todo.”

Algunos incrédulos, desde España se preguntan inocentes “¿Será verdad? Los medios de comunicación no dicen nada, es una irresponsabilidad… “

Tímidamente, los medios en el extranjero, comienzan a informar. El jueves  día 13 podía leerse en diario El Mundo: “Maduro embiste a los estudiantes”. En su crónica Daniel Lozano desde Caracas, decía cosas interesantes.  “La ola de protestas contra Nicolás Maduro se cobró ayer la vida de 3 personas en Valencia…Testimonios de vecinos y videos captados por ciudadanos confirman las embestidas de los paramilitares oficialistas, respaldados casi siempre por fuerzas policiales”.

Gloria al bravo pueblo, himno de Venezuela, era entonado a duras penas por gargantas estudiantiles, mientras eran reprimidos brutalmente con las bombas lacrimógenas a las puertas de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas”.

La situación es tan grave que la Cadena Nacional ha anunciado ya la próxima implantación de la libreta de racionamiento.

Miguel Enrique Otero, del diario El Nacional narra en una entrevista que los sectores sociales más pobres de Venezuela se  pueden lanzar a la calle en protesta contra el gobierno debido al deterioro de la economía.  También porque “el Gobierno se ha puesto represivo y está lanzando ataques contra los estudiantes de una manera brutal. Pero cuanto más los repriman más van a seguir protestando”.

Lo que parece cierto es que de momento  la Oposición no puede derribar el chavismo porque no cuenta con un solo resorte de poder, y ni la OEA ni Estados Unidos les apoyan. Sin embargo, de seguir así las cosas, es posible que el chavismo pueda prescindir de la figura Maduro, por mucho que los Castro le apoyen. “Venezuela está viviendo un estado de Excepción permanente”. No puede aguantar mucho tiempo sin soluciones.

Con todo su poder, Maduro pueda empezar a preocuparse, porque el pueblo no soporta la represión constante, ni el hambre. Naciones Unidas, debería intentar que el fuego no prenda como la pólvora en Iberoamérica.

 España que acoge a tantos emigrantes venezolanos, la mayoría preocupados pues tienen parte de la familia sufriendo la represión y sin poder ayudarles, debería también hacer que la violencia no se extienda. Las protestas en sí, ni en Venezuela ni en ningún país resuelven nada. Lo que sí hacen es hacer visibles los problemas, para que alguien con cabeza y poder ponga en marcha la diplomacia para encontrar soluciones. El pueblo que ahora sufre se lo agradecerá, si no es demasiado tarde.

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa