Vida Humana. Su naturaleza y dignidad frente al transhumanismo. II. ¿Humanos o superhumanos?
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Trasplante de cerebro e identidad personal
20/04/2017

Por Manuel Alfonseca Doctor Ingeniero de Telecomunicación y Licenciado en Informática, Profesor Honorario de la Universidad Autónoma de Madrid, Publicado en el Blog Divulgación de la ciencia, el 23 de Marzo de 2017.

El 13 de febrero de 2017, La Razón Digital publicó una entrevista sobre trasplantes con Rafael Matesanz, de la que se hizo eco Madri+d, con el siguiente titular:

El trasplante de cerebro sería la panacea

Como de costumbre, los medios de comunicación prefieren los titulares más espectaculares, independientemente de que desvirtúen el sentido del artículo. En este caso, por ejemplo, el titular lo sacaron de una parte más bien secundaria de la entrevista. Esta:

–¿Existe hoy algún órgano irreemplazable, pero que sí se consiga [trasplantar] en un futuro?

Por Manuel Alfonseca Doctor Ingeniero de Telecomunicación y Licenciado en Informática, Profesor Honorario de la Universidad Autónoma de Madrid, Publicado en el Blog Divulgación de la ciencia, el 23 de Marzo de 2017.

El 13 de febrero de 2017, La Razón Digital publicó una entrevista sobre trasplantes con Rafael Matesanz, de la que se hizo eco Madri+d, con el siguiente titular:

El trasplante de cerebro sería la panacea

Como de costumbre, los medios de comunicación prefieren los titulares más espectaculares, independientemente de que desvirtúen el sentido del artículo. En este caso, por ejemplo, el titular lo sacaron de una parte más bien secundaria de la entrevista. Esta:

–¿Existe hoy algún órgano irreemplazable, pero que sí se consiga [trasplantar] en un futuro?

–El cerebro.
–¿Será viable?
–Sería reemplazable si supiéramos conectar las fibras que salen del sistema nervioso central con la médula, mientras no sea así… Aún estamos lejos, aunque ya nos gustaría porque eso significaría poder curar las tetraplejias y paraplejias.
–Me puede poner un ejemplo.
– Fíjate lo que significaría para personas como Stephen Hawking, con un cerebro privilegiado, al que le puedas trasplantar un cuerpo sano. O muchas enfermedades vegetativas que estropean el cuerpo de forma motora, pero con el cerebro sano. Podría ser una forma de tratamiento insuperable, pero estamos lejos de conseguirlo. Conceptualmente sería la panacea.
Ciencia-ficción, claro. Por otra parte, como de costumbre, los escritores de este género literario ya se habían adelantado. En 1928, Edgar Rice Burroughs (el autor de Tarzán de los Monos) publicó la novela “The Master Mind of Mars”, sexta de la serie sobre John Carter de Marte, en la que aborda el tema del trasplante de cerebro de la siguiente manera:

Ras Thavas es la mente maestra de Marte, el hombre que ha conseguido resolver el problema del trasplante de cerebro. En su laboratorio, escondido en un lugar casi inaccesible de Marte, Ras Thavas ha encontrado aplicación práctica a su descubrimiento a través de una nueva forma de comercio: la venta de cuerpos jóvenes a viejos ricos. Para ello, organiza una red de compra de esclavos, o simplemente de secuestros, para obtener cuerpos sanos que pueda vender a sus clientes. Entonces les extrae el cerebro y lo sustituye por el del cliente, para que este recupere la juventud (según Ras Thavas, o más bien Burroughs, el cerebro no envejece). Pero la mente maestra de Marte tiene un problema: está envejeciendo y querría aplicarse su propio procedimiento rejuvenecedor, pero no puede operarse a sí mismo y no se fía de ninguno de sus ayudantes, que podrían causar su muerte para sustituirle. Justo entonces llega a Marte el capitán Ulysses Paxton, del ejército de los Estados Unidos, que no tiene relación con ningún marciano, y por lo tanto debería estar al margen de las ambiciones locales. Ras Thavas decide instruirle para que sea capaz de realizar la operación. Lo malo es que Paxton se enamora de una bella marciana, cuyo cuerpo ha sido vendido a una vieja rica, y le promete recuperarlo…

De forma magistral, Burroughs prevé en esta novela casi todas las formas en que el trasplante de cerebro, si fuese posible, podría ser mal utilizado. Por ejemplo, para experimentar con seres mixtos, parcialmente humanos y parcialmente animales, a los que se habría trasplantado únicamente la mitad del cerebro. Uno de ellos, medio mono medio hombre, se convierte en uno de los mejores colaboradores de Paxton, que le ha prometido que le devolverá su cuerpo original y el medio cerebro que le falta.

¿Cuál es el principal fallo científico de la novela? Que el cerebro también envejece, y aunque su trasplante a un cuerpo sano podría ayudar a una persona incapacitada (como sugiere Matesanz), no permitiría alcanzar la inmortalidad.

Afortunadamente, el trasplante de cerebro, si fuese posible, está tan lejos en el tiempo, que podemos olvidarnos de él, por lo menos durante el resto del siglo XXI. Se observará que ninguno de los futurólogos que nos prometen que alcanzaremos de inmediato la inmortalidad recurre a este procedimiento para conseguirla.

El mismo artículo en inglés

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