El nuevo ciclo que las aves indican.

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Por José Manuel Belmonte, Dr. En Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa. Publicado en Esperando la Luz el 5 de febrero de 2022

El renacer de la naturaleza, ¿Cuándo empieza? El ciclo nuevo de la vida, que nosotros llamamos primavera a partir de los días soleados, lo anuncian las aves. Dice un refrán que «a partir de la Candelaria, ningún ave vuela sola», porque entonces comienza la aventura de buscar pareja. Comienzan a escucharse los cánticos y pueden apreciarse los rituales de llamada y emparejamiento, construir su nido y criar.

El  día de la Candelaria es el 2 de febrero.  Día que los celtas celebraban como la fiesta de la luz. Fue transformada en una fiesta religiosa. En Estado Unidos y Canadá llaman a ese día, el día de la Marmota, para predecir el fin del invierno, porque es cuando el animal sale de hibernar. Pero ni la fiesta religiosa ni la profana cambian ni alteran el ritmo de la naturaleza.

Como las aves se encuentran, en general, cerca de  nosotros, y la vida es un aprendizaje, al ver su actividad y escuchar sus cantos, la fiesta ha continuado hasta nuestros días.  A su modo  anuncian, cantan y  festejan el resurgir natural y el comienzo de un nuevo ciclo vital (ver enlace)

Es verdad que ya se han extinguido muchos y se prevé que de seguir  la tendencia actual, la mitad de las especies de pájaros se extinguirán en los próximos 50 años. Ello debería incentivar el aprecio, la observación e incluso el estudio y el cuidado de esos pequeños regalos naturales.

Y son inteligentes, porque para volar no necesitan un gran tamaño craneal para alojar un cerebro grande, ya que lo importante son las neuronas y su distribución. Algunas aves, presentan mayor cantidad de neuronas en el área  asociada al comportamiento inteligente, y suelen ir de acuerdo a sus necesidades.

Pueden ser para moverse en todas direcciones, como el colibrí, o asombrarnos como el cuervo,  capaz de memorizar, o  resolver problemas de forma lógica. Un estudio publicado en PLOS ONE señala que los cuervos son capaces de solucionar el mismo rompecabezas que resolvería un niño de 5 a 8 años.

 

Captar en la naturaleza libre, un instante, de las aves requiere sensibilidad, paciencia y medios. Para ilustrar y acompañar este escrito, he pedido a un familiar, Pedro José Monedero, enamorado de la naturaleza, que me permitiera publicar algunas de su fotos  suyas. Son, pues fotografías suyas espectaculares y éste es un reconocimiento agradecido a su gusto y arte, desplegado en Reinosa, Cantabria. (Pedro José Monedero _ Facebook )

 ¿Se puede aprender de los pájaros?

¡Mucho! Los pájaros piensan, sienten, recuerdan, se hacen regalos, aman, cuidan, enseñan a cantar y a volar, además de ser prudentes y escuchar. Utilizan la naturaleza y su hábitat pero la respetan sin destruir nada.

Los pájaros admirables por su belleza, son seres con una inteligencia comparables a los primates e incluso a los humanos. La divulgadora científica Jennifer Ackerman, publicó en 2017 El ingenio de los pájaros, (Ariel), que fue considerado mejor libro del año, por  The Wall Street Journal y London Sunday Time.

Fue superventas e impresionó tanto a ornitólogos como a los amantes de la naturaleza. Ofrece una nueva visión del cerebro de las aves y se adentra en su magia, sus técnicas, sus destrezas, trinos y gorjeos, virtuosismo vocal y también algunas de sus actitudes artísticas.

Es un repaso muy completo de los comportamientos de las aves, dando cuenta de sus capacidades cognitivas y de su ingenio. Si es difícil a veces saber de qué hablamos cuando nos referimos a la inteligencia humana, más difícil es cuando se trata de otras especies, y más de las aves. La autora ha publicado posteriormente nuevos libros sobre la conducta de los pájaros, que pueden encontrarse en Internet.

Por su interés, ofrezco el diálogo que la periodista española, Ima Sanchís, hizo en la entrevista a Jennifer Ackerman, después de leer su libro y que publicó en La Vanguardia, el 20/01/2018:

¿Los pájaros piensan?

Sí, lo hacen para resolver los nuevos problemas que se les plantea y para inventar nuevas soluciones a viejos problemas, y son muy buenos en eso.

Entonces, ¿son inteligentes?

Hace unos diez años empezaron a aparecer estudios sobre la corneja de Nueva Caledonia que afirmaban que era capaz de construir herramientas moldeando ramas.

¿Tan sólo unos diez años?

Hasta entonces los científicos creían que los cerebros de las aves era pequeños y primitivos, que eran puro instinto. Ahora las investigaciones sobre el terreno y en laboratorios se han multiplicado, y no dejamos de asombrarnos.

¿Nadie antes observó su ingenio?

Con anterioridad, la científica Irene Pepperberg demostró la inteligencia de Álex, un loro gris africano que estudió durante tres décadas, capaz no sólo de repetir palabras y frases sino de razonar y expresarse con inteligencia y sentimiento; pero nadie se la tomaba en serio .


¡Pero si está todo filmado!

Hoy ya nadie lo pone en duda. Fue una pionera.

La inteligencia de ciertas aves se compara con la de los primates.

Acaba de aparecer un estudio que compara la densidad de las neuronas de las aves con las de los primates con el mismo tamaño de cerebro, y resulta que las aves tienen el doble de neuronas, y cuatro veces más que otros mamíferos.

Aún serán más inteligentes que nosotros.

Sus capacidades mentales son comparables a las de los primates, y en algunos aspectos, superiores incluso a las de los humanos.

¿Por ejemplo?

Tienen una memoria espacial muy desarrollada. El cascanueces común llega a esconder hasta 30.000 semillas en miles de lugares distintos alrededor de docenas de kilómetros cuadrados y varios meses después las recupera. Yo no puedo recordar ni dónde he dejado las llaves…

Hay pájaros que resuelven rompecabezas.

Sí, muchas aves hacen matemáticas básicas y resuelven rompecabezas clásicos a la velocidad de un niño de cinco años.

¿Cómo lo saben?

El loro Álex fue entrenado para responder verbalmente a problemas matemáticos, otras aves lo hacen con fichas. Incluso a las palomas se las entrena para hacer discriminaciones visuales y pueden distinguir un Picasso de un Miró.

Aprenden a razonar como nosotros.

Sí, y nosotros no somos capaces de razonar como ellas. A las palomas las entrenan para mirar mamografías y son capaces de distinguir entre tejidos sanos y tejidos con cáncer mejor que los técnicos formados en ello…

¿Se adaptan a nuestro mundo?

Cualquier ave de ciudad lo hace. La corneja japonesa para partir las duras nueces las tira desde una determinada altura en los pasos de cebra para que los coches las partan y luego poder cogerlas sin peligro cuando cruzan las personas.

Increíble. Escoja usted un comportamiento que le impacte.

¡Hay tantos…! La ciencia sugiere que algunas especies de aves tienen vidas sociales casi tan complejas como las nuestras, y para eso se necesitan habilidades mentales muy sofisticadas.

¿También traicionan y engañan?

Sí, y manipulan, discuten, hacen trampas, se burlan, roban a sus vecinas, rivalizan por el estatus, advierten a sus crías que se alejen de los desconocidos, juegan…

¿Se aman?

Se besan para consolarse mutuamente. El arrendajo europeo es capaz de anticipar los deseos de su pareja, por ejemplo, la comida que va a preferir.

¿Sienten pena?

Llegan a deprimirse, a dejar de comer cuando muere su pareja. Y tienen sus duelos: cuando muere un arrendajo, sus allegados se congregan alrededor del cadáver, aletean y hacen ruido, luego se van y no vuelven a ese lugar durante tiempo. Tienen lazos familiares muy fuertes.

Es fascinante.

Los circuitos de los cerebros de las aves que controlan el comportamiento social se parecen mucho a los del cerebro humano.

Entiendo.

Otro comportamiento curioso es que cuando tú alimentas a un córvido, él te lo agradece con un presente, dejándote en el lugar en el que les has puesto la comida unas frambuesas o cualquier cosa que brille o un pequeño objeto humano, y eso es algo bastante corriente y estudiado.

¿Reciprocidad?

Sí, entienden los beneficios de la reciprocidad y de compartir. En el laboratorio optan antes por una recompensa en forma de alimento que vayan a compartir con un humano que por una que vayan a disfrutar en soledad, siempre que sepan que el amigo humano les corresponderá.

¿Y la creatividad y el placer?

Cantan también por placer, y hay evidencia de que cuando les sale bien tienen una subida de endorfinas. Y las parejas hacen dúos, lo que exige mucha coordinación. Las aves utilizan el canto para cooperar entre ellas. Los humanos creemos que la naturaleza es competencia y la premiamos entre nosotros. Tenemos mucho que aprender de las aves (ver enlace)

Termino recordando a Kea, un loro procedente de la Nueva Zelanda, considerado el ave más inteligente del mundo. Es capaz de usar objetos de la naturaleza para conseguir comida,  resolver problemas tras un análisis previo del entorno y de actuar en grupo para conseguir lo que se propone.

Cuando nos acercamos a la naturaleza, cada especie es fascinante.

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa