Por Manuel Alfonseca, Doctor Ingeniero de Telecomunicación y Licenciado en Informática, Profesor Honorario de la Universidad Autónoma de Madrid, Publicado en el Blog Divulgación de la ciencia, el 24 de Septiembre de 2015
En la actualidad están en vigor dos grandes teorías físicas:
Por Manuel Alfonseca, Doctor Ingeniero de Telecomunicación y Licenciado en Informática, Profesor Honorario de la Universidad Autónoma de Madrid, Publicado en el Blog Divulgación de la ciencia, el 24 de Septiembre de 2015
En la actualidad están en vigor dos grandes teorías físicas:
Lamentablemente, las dos teorías no son compatibles entre sí, por lo que la física está muy lejos de haber resuelto todos sus problemas pendientes. Por otra parte, esas dos teorías dependen de muchas variables independientes: unas cuarenta, entre las dos. Muchos físicos piensan que cuarenta variables independientes son demasiadas. Significa que el espacio de configuración de la naturaleza tiene unas cuarenta dimensiones. Si no somos capaces de imaginar un espacio de cuatro dimensiones, ¡cómo será con cuarenta!
El hombre tiene una tendencia casi irresistible a suponer que la naturaleza tiene que ser muy simple. La resistencia de los físicos a que haya cuarenta variables independientes es, pues, comprensible. Muchos de ellos tienen la esperanza de que, a medida que la ciencia avance y se descubran cosas nuevas, el número de esas variables disminuirá. Algunos piensan que al final su número se reducirá a cero. Eso significaría que vivimos en el único universo posible. Todas esas teorías del multiverso que andan por ahí (por lo menos seis, incompatibles entre sí) desaparecerían automáticamente. Pero esta hipótesis está muy lejos de confirmarse.
En el peor caso, muchos físicos se sentirían felices si el número de variables independientes se redujese a una. En tal caso podría haber un número muy grande de universos, quizá infinitos, pero a un hipotético creador le habría bastado con una sola palanca de control que se moviera, por ejemplo, de derecha a izquierda (o de izquierda a derecha), para elegir cuál de los universos posibles quería crear.
Esta tendencia a simplificar se aplica a todos los campos de la actividad humana. Pensemos, por ejemplo, en la historia, el estudio de las actividades de la humanidad a lo largo del tiempo. En los últimos dos siglos ha habido numerosos intentos de explicar el curso de la historia en relación con una sola variable independiente. Veamos algunos ejemplos:
Es evidente que todas estas teorías no pueden ser verdad simultáneamente, pues se contradicen entre sí. Por otra parte, tenemos una cuestión mucho más importante: ¿por qué tendría la naturaleza, o la historia, o lo que sea, que explicarse mediante una sola variable independiente? En matemáticas estamos acostumbrados a trabajar con funciones de muchas variables. Es cierto que, cuanto mayor sea el número de estas, es más difícil representarlas. Pero no veo por qué hemos de empeñarnos en negar la existencia de esas variables. Si hubiésemos aceptado que el mundo es más complicado de lo que nos gustaría, quizá se habría evitado parte del sufrimiento que ha sido la nota fundamental del siglo XX.