Es el único lugar en el que toda persona vale por lo que es, simplemente por el hecho de serlo. Ni la familia se basa en el afecto, ni todo afecto da lugar, en realidad, a una familia.
Por Ignacio Sánchez-Cámara, Catedrático de Filosofía del Derecho Univ. De La Coruña. Periodista y analista político y cultural. Publicado en La Gaceta de los Negocios el 25.12.2007.