14/07/2017

Charlie Gard. Situación actual del bebé enfermo que quieren desconectar en el hospital

Por Justo Aznar, publicado en el Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valenciael 13 de Julio de 2017. 

Charlie Gard, el bebé que padece una enfermedad mitocondrial, espera la decisión de los jueces sobre la posibilidad de retirarle la asistencia mecánica que le mantiene con vida. 

El pequeño Charlie Gard, de tan sólo 10 meses, tiene una enfermedad genética rara, que le ha llevado a permanecer ingresado en un hospital londinense los últimos meses. 

09/07/2017

Yo soy… Charlie Gard.

Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

La injusticia pasiva es mortífera y debilita a la persona y a la sociedad."Cada vez que vemos una injusticia y no actuamos, nos entrenamos para ser pasivos ante su presencia y así, con el tiempo, perdemos la habilidad de defendernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos" (Julian Assange, fundador de Wikileaks).         

Ha bajado tanto el nivel de los valores por los que la Humanidad entera ha luchado durante siglos, que se están perdiendo. La vida, la familia y el amor se valoran cada vez menos.     

07/07/2017

Si a vivir se aprende… ¡A morir también!

Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

Respetando todas las creencias y opiniones, sabemos poco de la vida;  y de la muerte, casi nada. El ciclo vital de un ser en el vientre materno da paso a otro ciclo fuera de la matrix; y cuando el ciclo vital  del ser encarnado en el plano humano concluye, se inicia otro sin las barreras corporales.

Suelen admitirse varios tipos de muerte y, ninguna lo es. El tema de la "muerte" es por lo menos uno de los grandes tabúes de la sociedad. ¡No pensamos en la muerte! Convendría afrontarlo por partes: 1) el dato; 2) clases de muerte; 3) el dolor y la muerte; 4) ¿la vida sigue?

07/07/2017

La «edición de genes». Una tecnología al servicio de la humanidad

Por Nicolás Jouve. Catedrático emérito de Genética y presidente de CíViCa (Asociación miembro de la Federación Europea One of Us). Publicado en Páginas Digital el 5 de Julio de 2017. 

Hace más de veinte años que el microbiólogo ilicitano Francisco Juan Martínez Mojica, que firma sus publicaciones como Francis Mojica, descubrió que unos microorganismos que habitan en las salinas de Santa Pola (Alicante), las arqueas de la especie Haloferax mediterranei, poseen en su genoma unas cortas secuencias de ADN, repetidas regularmente e interespaciadas, a las que dio el nombre de CRISPR, que en combinación con una enzima llamada Cas9 constituye un sistema de defensa frente a ADN extraño que pudiera invadir su ambiente intracelular [1]. Este descubrimiento es doblemente trascendental, tanto por el interés básico que encierra como por sus potenciales aplicaciones.