Por Nicolás Jouve (Catedrático de Genética – Socio Fundador de CïViCa)
Sorprende la voracidad informativa y el excesivo trato de los medios de comunicación a la noticia del miércoles 4 de julio sobre el descubrimiento de la existencia de un nuevo tipo de partículas dentro del campo de la física cuántica. El anuncio tuvo lugar en el marco de la Conferencia Internacional de Física de Altas Energías en Melbourne (Australia), cuando los portavoces de los experimentos de colisión de partículas subatómicas con el Gran Colisionador de Hadrones o LHC llevados a cabo en el CERN (Ginebra) anunciaron el descubrimiento del bosón de Higgs, nombre debido al físico británico Peter Higgs.
Artículo publicado en la edición de febrero de 2012 de la revista US Catholic (Vol. 77, No. 2, páginas 18-21). Traducción de Javier Leach (UCM, Cátedra CTR, Universidad Comillas, Madrid).
La verdadera fe religiosa y la verdadera ciencia ayudan a comprender un universo dinámico y creativo, afirma George Coyne
El jesuita George Coyne, director emérito del Observatorio Vaticano, ha jugado un importante papel en el marco de las relaciones entre ciencia y religión dentro de dicha institución religiosa.
En la siguiente entrevista, el astrónomo expresa que él no ve ningún conflicto entre el conocimiento científico y la religión. Para Coyne, la ciencia es una invitación a explorar el dinámico universo del que dice: “No sabemos del todo hacia dónde va. ¿Limita eso a Dios? ¿Minimiza a Dios? No lo creo. Creo que lo glorifica”.
Por Jose Manuel Nieves Publicado en ABC.es el 4 de julio de 2012
Ante un auditorio abarrotado de científicos, entre los que se encontraba el propio Peter Higgs, el CERN confirmó ayer, por fin, el descubrimiento de la partícula que lleva el nombre de este físico y que completa el Modelo Estandar de la Física. Termina así una búsqueda que ha durado más de cuatro décadas.
Los portavoces de CMS y ATLAS, los dos mayores experimentos del LHC (Gran Colisionador de Hadrones), Joe Incandela y Fabiola Gianotti, confirmaron que durante este año, tal y como se ha venido anunciando desde hace semanas, se ha obtenido una auténtica marea de datos que dejan poco, o ningún, lugar a dudas sobre la existencia de la partícula que la teoría considera responsable de la masa de todas las demás partículas y sin la que el Universo, sencillamente, no existiría tal y como lo conocemos.
Por Francisco José Contreras (Catedrático de Filosofía del Derecho, Universidad de Sevilla – Miembro de CíViCa)
El filósofo de la ciencia Francisco José Soler Gil me relató esta reveladora anécdota: al concluir una conferencia de Manel Sanromá sobre las relaciones entre ciencia y religión, una alumna comentó lo siguiente: “me ha gustado su exposición; no entiendo, sin embargo, cómo alguien tan docto como usted insiste en afirmar que Galileo murió en su cama, cuando todo el mundo sabe que fue quemado por la Inquisición”. En efecto, la supuesta cremación de Galileo forma parte de la “sabiduría convencional” de nuestro tiempo –lo que “todo el mundo sabe”- según acreditan las encuestas. Quizás “lo sabían” incluso algunos de los 67 profesores que en enero de 2008 firmaron la carta de protesta que impidió que Benedicto XVI pudiese pronunciar su previsto discurso en la Universidad de La Sapienza: en aquélla se decía que el Papa “era demasiado reaccionario” para merecer hablar en una universidad, y se aducía como prueba una frase –sacada de contexto- de un discurso de 1990 en el que Joseph Ratzinger –citando literalmente al filósofo de la ciencia Paul Feyerabend- se había referido al proceso de Galileo como “razonable y justo”.