Por José Manuel Belmonte, Dr. En Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa. Publicado en su blog Esperando la luz el 2 de noviembre de 2019.
Curiosamente las noticias que aparecen en la prensa son sorprendentes por no decir contradictorias.
Resulta que quienes cursaron estudios relacionados con Ciencias de la Salud, suelen ser las carreras con más alta reinserción laboral (78% y 74%).
Y además, que también es «el sector laboral donde se concentra la mayor oferta de empleo, al ser las Ciencias de la Salud, la primera con 81%», por encima de ingeniería, arquitectura, ciencias sociales y jurídicas, etc. [ver enlace]
De hecho, no es fácil acceder, o no está al alcance de todos, pues la nota de corte para estudiar Medicina viene siendo importante, y en el último año, según las universidades y localidades, va desde el 12,128 al 13,124, según la universidad.
Claro que, «no es tarea de la universidad ofrecer lo que la sociedad le pide, sino lo que la sociedad necesita«, Edsger Dijkstra). ¿Se hace?
Se necesitan médicos, buenos médicos. Pero no los hay. Si los pacientes y los médicos no lo ven reflejado en el día a día, algo muy importante está fallando. La salud no se puede, pero la medicina está manipulada.
Tal vez, como dice en su artículo en El País, 29/10/19, Maite Pagazaurtundua, estos son: «Tiempos muy canallas». Respondiendo a las declaraciones en la prensa extranjera de un político, la parlamentaria le retrata desde la primera frase: «Ni ley, ni dignidad, ni verdad». Es un compendio de historia reciente, que ella -como otros muchos- ha vivido en primera persona. [ver enlace]
1) Tremenda realidad para los pacientes.
Son «tiempos canallas», porque de la universidad salen médicos, pero se les ignora… no llegan a los pacientes. La política, está por medio.
Hay saturación en las urgencias y en las consultas. Eso demuestra ciertamente la falta de personal, pero puede ser también la falta de recursos del SNS (Sistema Nacional de Salud de España, que engloba a las prestaciones y servicios sanitarios de España, que de acuerdo con la ley son responsabilidad de los poderes públicos) y posiblemente la difícil planificación del personal en las Consejerías de Salud en las distintas Autonomías.
El Dr. Luis Rodríguez Padial, escribía: «mientras pasaba consulta junto a un par de residentes, una señora mayor que acompañaba a su familiar se dirigió a las jóvenes doctoras diciéndoles: “¡No nos dejéis solos!”. Tras la sorpresa inicial producida por sus palabras, la mujer aclaró que les pedía que se quedaran en España para prestar atención a los pacientes que las necesitaban, que no se fueran al extranjero. Esta petición me hizo ver claro que la falta de médicos ya está preocupando a nuestros pacientes, aunque no sabemos si, con la misma intensidad, a nuestras autoridades. Y debería hacerlo».
«La falta de médicos en España es un problema grave que empeorará en el futuro inmediato. Según señala un estudio recientemente realizado por el Consejo Económico y Social de España y dado a conocer por el Ministerio de Sanidad, en la actualidad existe un déficit del 2,9% de los alrededor de 138.000 especialistas que trabajan para el sistema nacional de salud, déficit que pasará a ser del 12% en 2025 y que, posteriormente, seguirá aumentando si no se toman medidas que lo corrijan».[ver enlace]
¿Más claro? Faltan 4.000 médicos. Los hay, y en su mayoría preparados, pero se tienen que ir, porque ni ellos, ni los pacientes son una prioridad para los gobernantes.
Añade este colectivo: «Además, la precariedad laboral presente en todo, el sistema nacional de salud se ceba especialmente en los médicos de atención primaria, donde solo el 4% de los que tienen plaza en propiedad son menores de 40 años. Evidentemente, es poco atractivo para un médico joven tener un puesto de trabajo inestable en una zona alejada«.
Por eso, aquí, concretamente, según Juan José García Cruz «cientos de médicos de Castilla-La Mancha, se van por falta de estabilidad«. «Durante los últimos 10 años solo 182 plazas vía OPE serán ocupadas por personal sanitario facultativo en el Sescam. Este es el bagaje de nuestro servicio de salud» (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha). [ver enlace]
2) Por esa triste realidad, los médicos, salen a la calle.
No hace mucho «las batas verdes o las blancas», fueron utilizadas por los medios, no por su labor social, sino por intereses políticos.
De hecho, cuando hay elecciones, los médicos sufren en propia carne los cambios políticos. Hay cambios de «cromos» y nuevas directrices.
Sin embargo, creo que los médicos necesitan: 1) que se dignifique, se respete y se defienda su trabajo; y 2) que puedan atender a los pacientes sin políticas abusivas y sin masificaciones en las consultas diarias.
El 27 de octubre, en El País, se daba cuenta de que los médicos de atención primaria habían salido a la calle el día anterior, en Galicia, convocados por la Asamblea de Áreas Sanitarias en defensa de la Atención Primaria.
Clamaban en Santiago «por la dignidad» de la atención primaria» y pedían al Sergas (Servicio Gallego de Salud) que «no destroce» la sanidad.
Para ellos eso era algo muy concreto: «más tiempo» para cada paciente.
Según Eirea, el portavoz, «saben» que la sanidad «es muy buena», pero añadió que «en 30 años que llevamos trabajando, nunca estuvimos tan saturados… Tenemos que acabar con esto y volver a trabajar con dignidad«.
3) El malestar sigue en la atención primaria.
Por eso han vuelto a la carga. Y es que tras la manifestación organizada el sábado pasado en Santiago, en la que mostraron preocupación por el futuro y por la sobrecarga asistencial en las consultas, se suceden las asambleas en las áreas sanitarias.
El día 1/11 «La Voz de Galicia» anunciaba un otoño caliente en Sanidad: «La atención primaria decidirá el día 6, si va a la huelga a fin de mes». [ver enlace]
Mientras, aunque los médicos suelen tener una situación parecida, en todo el territorio, por aquí, se habla de «paros testimoniales» de los médicos. ¿Son importantes los «adjetivos» o no tienen amparo sindical? Es más de lo mismo.
Aquí se habla de hechos que percibimos y que van de boca en boca. En una ciudad pequeña, nos conocemos todos. Algunos son, además de amigos, médicos. Y un buen día nos dicen a las 15,45: «¡Imagínate! Salimos ahora. Se trabaja contra reloj. Con los nervios destrozados. Es difícil escuchar así a los enfermos. Además creo yo que se está aumentando el gasto por saturación nuestra!»
Pero los pacientes están ya muy hartos. También ha llegado a mi correo personal lo siguiente: «¡Es demencial! Soy uno de los muchos sufridores de esta situación, como usuario de este centro de salud. Lo que dice Oscar izquierdo en el artículo: «siguen reclamando mejoras en el centro de salud Gu-Sur«, se queda corto de como se encuentra, y el estado de colapso diario».
Lo curioso es que se diga desde la Junta que se han intentado cubrir las «sustituciones», (cuando un médico enferma, coge vacaciones, etc.) pero… «no tenemos médicos suficientes para paliar esas carencias«.
Recuerden la carta de Roberto Colino, medico de Castilla la Mancha, al director médico de Atención Primaria de Toledo:
«Estimado compañero: me han comunicado verbalmente que tengo que seguir atendiendo a los pacientes del cupo del compañero de baja los miércoles y jueves, aún pasados los 15 primeros días de baja. Los lunes, martes y viernes lo harán otros compañeros. Tenía entendido que pasados los 15 primeros días se sustituía de forma estable;… Desde luego, en este proceso de valoración nadie se ha dignado a hablar conmigo, por lo que paso a exponer mi opinión. Debo manifestar que esta estrategia supone un gran desconocimiento o una gran falta de respeto a lo que es el trabajo del médico de cabecera, una falta de respeto hacia el profesional, hacia la profesión y hacia los pacientes«.
Quien como paciente no lo haya vivido, este mismo año, será una excepción.
Cualquier paciente ha comprobado o puede comprobar, que se contratan «médicos de fuera», que te los encuentras ahí, en sustituciones, en las guardias, etc., sin que sepan de tu historia, tus dolencias; y que esas contrataciones de «médicos foráneos» no suceden solo en la Pública, también se han impuesto en la Sanidad Privada.
También es verdad, que socialmente tanto los pacientes españoles como los inmigrantes se decantan masivamente por la Sanidad de nuestro país, sobre todo en las especialidades y la «atención primaria».
Quiero decir que o existe una política de salud, ni en los jóvenes ni en los mayores. Solo de «enfermedades», «curas», «medicamentos» y «tratamientos». No se habla de estar sanos, de la buena salud que proporcionan naturalmente el sol, el campo, el ejercicio, las comidas saludables, los amigos, el descanso regular.
Esa terapia, a nivel estatal, no cuesta mucho, pero hay que hacerla. Hay medios. No olvidemos que las personas mentalmente sanas, desintoxicadas, descongestionadas y positivas, no colapsan las consultas. Los médicos ayudan, pero no tienen tiempo de explicar esa terapia a sus pacientes.
En todo caso, no se trata de atiborrarse de analgésicos. ¡No estamos enfermos! Todo dolor que no sea vivificante, hay que apartarlo, pero el dolor también enseña.