Por José Manuel Belmonte, Dr. En Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa. Publicado en su blog Esperando la Luz el 22 de agosto de 2020.
Hace una semana, publicaba el artículo «Todo cambia si yo cambio«. Me apoyaba en que la Naturaleza lo necesita, y en el testimonio del «emboscado» Joaquín Araujo, heredero del espíritu de «El hombre y la tierra«. También hacía referencia a «La brújula interior» de Alex Rovira y su testimonio.
Y gracias a la portada de la revista, The economist, -a la distancia adecuada- era capaz de leer las diferentes letras del panel, -en disminución como en la óptica- desde la primera hasta la última línea. En esa visión de 2020, se podría descubrir «algo de lo que los amos», intentan decirnos (en 20 palabras) sobre lo que está sucediendo o puede suceder próximamente. Simples sugerencias.
Algunos se han preguntado si a los autores y editores les importa realmente todo lo que sucede hoy a la Humanidad, o solo les interesa el aspecto visible económico-sanitario-político-social. Es que parece como si se hubieran olvidado algo. ¿De verdad no hay más temas de interés para los humanos, aquí y ahora? ¿El horizonte humano solo llega a un enfrentamiento sin más futuro para nosotros y para el planeta? ¿No hay lugar para otros valores, ni para la esperanza? ¿No forma parte de cada uno además de lo físico y exterior, también el interior, el alma y el futuro? ¿Qué saben de nosotros y del mañana?
Aunque muchos lo ignoren, cada vez más gente se interesa por descubrir quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.
¿No hay nada más allá de estos cuatro días que vivimos en la tierra, inciertos y amenazados por hambre, guerras, virus pandemias y mosquitos? ¿No hay gente que busque, descubra y encuentre algo de esperanza y sea feliz? ¡Seguro!
Estamos descubriendo que lo exterior a cada uno, lo físico que vemos, –la realidad- depende del interior de cada cual, y lo observado se crea, moldea y articula en función del quien lo piensa, y observa. Porque lo interior y lo exterior forman parte de lo mismo y hay una retroalimentación constante, entre ambos. Sucede, «cuando tú y el mundo os habéis hecho uno…cuando la vida y tu os habéis hecho uno» (E.Carrillo: Sin mente, sin lenguaje, sin tiempo).
Dicho de otro modo, ¿por qué tanto interés en decir que veamos lo que algún medio quiere que veamos, o aconseja adónde no debe ir, en sus portadas?
La portada de la revista, The economist, es un reflejo de lo que quieren que veamos para que sea una realidad. Por contra, «la portada del Bild Zeitung (el diario más leído de Alemania) el pasado sábado, se parecía a esos carteles que se colocan a la entrada de los recintos contaminados o radioactivos. «Zona de riesgo«, ponía. Las autoridades alemanas acababan de desaconsejar los viajes no esenciales a España, salvo las islas Canarias Y debajo «Advertencia«., por el aumento de casos de coronavirus…señalando en letras gigantes: «Mallorca» (ver enlace).
El editor desde el interior de su política, -desde su estado de consciencia- genera y articula lo exterior. El lector, conforma su consciencia de observador, atrae o rechaza su destino, sin saberlo. La materia y el espíritu, no son opuestos. Se pueden alterar destinos y experiencias humanas, si se hacen conscientes.
– ¿También se influye con el silencio sobre lugares o eventos donde acuden multitud de personas?
– ¡Sí, por supuesto! Pero los humanos llegamos a conocer no solo por lo que no-vemos, no-leemos o no-escuchamos. El interior de cada persona, -su consciencia-, es una caja donde resuena el universo, los sentimientos, el amor, el destino nuestro y del Planeta. Es otra manera de saber, de escuchar y de ver.
– Respeto lo que dices, pero ¡eso, no se sustenta en ninguna base científica!
– Hablo de formas de saber y de conocer, que sí se pueden demostrar, aunque no sean habituales; una madre sabe cuándo a su hijo le ha pasado algo; también, del peligro que corre y por eso le alerta o le aconseja; una persona escucha y siente, en el vientre de su madre, aunque no haya nacido aún. Puede que algo suceda en ciertos momentos, en ciertos lugares, aunque no pueda verlo. Como decía Edgar Mitchell, astronauta de la NASA: “Si conseguimos vernos como seres eternos y creadores que creamos experiencia física y si nos uniéramos todos en ese nivel de existencia que llamamos consciencia, empezaríamos a ver y crear el mundo en que vivimos de una manera muy distinta”.
– ¡No es lo habitual!
– Tampoco es habitual que un astronauta diga que podemos ver y crear el mundo de una manera distinta; o que el miércoles, 19 de agosto, hayan comenzado oficialmente la instalación de las luces de Navidad, en Vigo, norte de España.
– Pues claro, es raro, porque no es lo normal.
– Habría que comenzar por definir lo qué se entiende por «real». Tal vez la realidad exterior depende y mucho, o más de lo que creemos, de la realidad interior. Todo pertenece o es parte de una misma unidad.
– ¿Puedes poner algún ejemplo?
– Tal vez 2. Si nos situamos en el tiempo real, el primero, se remonta a hace 39 años. Muy pocos saben que el 24 de junio de 1981 sucedió algo que 6 jóvenes nunca olvidarán. Además lo recuerdan cada día a las 17, 40 horas.
– ¿Tuvieron un accidente?
– Podría ser un accidente, en dos palabras: un suceso no planeado o no deseado por un ente.
-¿Murió alguno?
– No, no, en absoluto. Están sanos, normales y felices. Pero lo que les sucedió entonces y desde entonces muchas veces, les ha cambiado la forma de ver mundo y la vida.
– ¿Y qué paso? ¡No nos tengas en vilo!
– Yo no estaba allí, ni he ido al lugar donde se encontraban, aunque según cuentan, se han desplazado hasta allí más de 40 millones de personas.
– ¿Tienen algo que ver con nosotros? ¿Alguien de por aquí ha estado allí?
– Aunque, alguien dijo que ”no hay nada oculto que no llegue a saberse», creo que lo mejor escuchar y ver lo que cuentan, y luego que cada uno saque sus propias conclusiones.
– ¿Será para ahora o para el futuro?
– Algo va a acontecer y lo sabremos. ¿Estamos preparados? Quien tiene que anunciarlo es una persona que hoy tiene 74 años. Por lógica y ley de vida, no debe ser para dentro de mucho tiempo. Este es el relato de lo sucedido allí:
– ¡Impresionante! ¿Hay algún testimonio de alguna persona que no viviera allí, y que no haya visto nada para tener otra referencia, si es posible?
– Por suerte, a la hora de escribir, he encontrado las vivencias de un hombre y de una mujer, españoles. Ni les conozco , ni creo que se conozcan entre sí. Aunque no son ciegos, ninguno de los dos ha visto nada, a pesar de haber estado allí. Otra cosa es que hayan sentido y sepan.
El hombre se llama David Piaget, madrileño, casado con una catalana y vive en Barcelona. Su experiencia la grabó en el siguiente vídeo el 27 de mayo 2020:
La española, se llama María Vallejo Nájera. Y lo ha contado varias veces. Este mismo año, en julio, lo dijo en Tenerife. Aunque lo que cuenta se remonta a hace unos años, tiene toda la fuerza de un testimonio de primera mano.
Vallejo-Nájera ha dicho: «Sin ver nada, sin captar físicamente nada… Y, sin esperarlo, ni pedirlo me invadió de pronto un gozo infinito acompañado de un entendimiento clave que hasta ahora no había sido capaz de entender. La información, clara y perfecta fue ésta»:
Ellos han subido al monte Podbrdo en Medjugorje, donde Ivanka, Mirjana, Vicka, Ivan, Yakov y Milka, vieron, en 1981, lo que nadie ha podido desmentir, aunque no lo haya visto.
Agradezco vuestro interés y vuestra paciencia si habéis llegado hasta aquí. Espero que haya merecido la pena.