Por Roberto German Zurriaráin, Doctor en Filosofía. Licenciado en Teología. Profesor de Didáctica de la Religión de la Universidad de La Rioja, publicado en Blog de Roberto Germán Zurriaráin el 2 de diciembre de 2019.
Conviene conocer las condiciones heredadas de los niños, por ejemplo, su temperamento-carácter y su personalidad, para actuar con acierto en la educación de las virtudes y la sensibilidad. Los hijos van tomando poco a poco conciencia de sí mismos cobrando especial importancia el tipo de vínculo afectivo establecido con sus padres para el desarrollo de su inteligencia emocional.
Por tanto, en concreto, ¿cuáles los aspectos a tener en cuenta en el desarrollo de la personalidad de los niños?
La familia que no es atosigante, que no es rígida ni autoritaria, que deja opinar y valora la opinión de los niños, les toma en consideración, les da importancia, fomentando un sano «yo» independiente y seguros de sí mismos.
Cuando el grupo de adolescentes tiene un líder absorbente que ridiculiza a los que no se someten a sus leyes, se produce un desequilibrio entre la pertenencia al grupo y la independencia del «yo». A veces es recomendable sacar de ese grupo a los niños inseguros, y buscarle otros grupos de pertenencia.
Los padres deben estar atentos a que los hijos vayan creciendo con equilibrio entre esos dos polos: estar con los demás y tener personalidad diferente.