Por José María Montiu de Nuix, Doctor en Filosofía, Sacerdote, Miembro de Cívica
Clara LEJEUNE-GAYMARD, La dicha de vivir. Jérôme Lejeune, mi padre, Rialp, Madrid 2012, 135 pp. (Un científico en defensa de la vida).
Este libro puede calificarse de extraordinariamente interesante. En efecto: 1) contiene diversos cuadros de la vida de una de las mayores autoridades mundiales en la ciencia genética, Jérôme Lejeune, 2) la autora de los mismos los ha diseñado con la intuición certera de mujer y de hija, sabiduría del corazón. Cosa esta que nos permite llegar al núcleo íntimo de la personalidad de este gran defensor de la vida. Consiguiendo así como hacer revivir ante nosotros al hombre completo, Lejeune. El estilo del libro es sencillo, fluido, ágil, narrativo, ameno, salpicado de anécdotas. Conteniendo incluso pequeños pormenores vitales, familiares, como cuales eran los juegos de las niñas de Lejeune, la marca de las galletas que comían,…
1. Una anécdota
La anécdota siguiente es como la síntesis o el cuadro de la vida del profesor Lejeune: Él había descubierto el cromosoma 21, el cual era el responsable del síndrome de Down. Algunos hombres desaprensivos intentaron utilizar este hallazgo para eliminar antes de que nacieran a aquellos a los que se llegara a detectar esta enfermedad genética. A raíz de un programa televisivo en que se trató de este punto, un niño que padecía esta enfermedad fue a la consulta del doctor Lejeune, se le echó al cuello y le dijo: “nos quieren matar, somos débiles, y no sabemos defendernos”. Y le pidió que los ayudara. Lejeune, en efecto, se dedicó sin tregua ni descanso a defender a los niños concebidos y no nacidos y, muy especialmente, a los que presentaban este síndrome.
Por José María Montiu de Nuix, Doctor en Filosofía, Sacerdote, Miembro de Cívica
Clara LEJEUNE-GAYMARD, La dicha de vivir. Jérôme Lejeune, mi padre, Rialp, Madrid 2012, 135 pp. (Un científico en defensa de la vida).
Este libro puede calificarse de extraordinariamente interesante. En efecto: 1) contiene diversos cuadros de la vida de una de las mayores autoridades mundiales en la ciencia genética, Jérôme Lejeune, 2) la autora de los mismos los ha diseñado con la intuición certera de mujer y de hija, sabiduría del corazón. Cosa esta que nos permite llegar al núcleo íntimo de la personalidad de este gran defensor de la vida. Consiguiendo así como hacer revivir ante nosotros al hombre completo, Lejeune. El estilo del libro es sencillo, fluido, ágil, narrativo, ameno, salpicado de anécdotas. Conteniendo incluso pequeños pormenores vitales, familiares, como cuales eran los juegos de las niñas de Lejeune, la marca de las galletas que comían,…
1. Una anécdota
La anécdota siguiente es como la síntesis o el cuadro de la vida del profesor Lejeune: Él había descubierto el cromosoma 21, el cual era el responsable del síndrome de Down. Algunos hombres desaprensivos intentaron utilizar este hallazgo para eliminar antes de que nacieran a aquellos a los que se llegara a detectar esta enfermedad genética. A raíz de un programa televisivo en que se trató de este punto, un niño que padecía esta enfermedad fue a la consulta del doctor Lejeune, se le echó al cuello y le dijo: “nos quieren matar, somos débiles, y no sabemos defendernos”. Y le pidió que los ayudara. Lejeune, en efecto, se dedicó sin tregua ni descanso a defender a los niños concebidos y no nacidos y, muy especialmente, a los que presentaban este síndrome.
2. Médico integral
Lejéune era un médico integral, un médico dotado de una gran humanidad. Un hombre que quería la curación de sus pacientes: Estaba interesado no sólo en curar a los cuerpos, sino también en procurar el bien del hombre entero. Era muy generoso en la disponibilidad de su tiempo, especialmente para atender a los mongólicos. Ayudaba tanto a los mongólicos como a los padres de los mismos.
3. Médico al servicio de la verdad
Jérôme Lejeune, cuando en la ONU se abrió el debate sobre el aborto, no se doblegó, no rompió con la verdad. Allí mismo se atrevió a afirmar valientemente: “Esta institución para la salud se ha convertido en una institución para la muerte”. “Institute of Healt, Institute of Death”. Pero, su defensa de la vida humana desde el momento de la concepción le podía costar caro. Así, después de la misma, por la noche, escribía a su esposa: “Esta tarde he perdido el premio Nobel”. Ciertamente, nunca le otorgarían el Premio Nobel, aunque cada vez parecía más claro que se lo merecía. Su defensa de la vida humana hizo que no pocos que primero lo consideraron científico genial, lo tuvieron después por apestado. Fue una gran persecución contra su persona. Pero él siguió fiel a los principios de la ética médica, a la verdad, al humanismo y a la defensa del ser humano desde el momento de la fecundación del óvulo.
4. Padre de la genética moderna
Él mismo Jérome Lejeune resumía la genética afirmando que desde el momento de la concepción, -que es el mismo de la fecundación del óvulo-, se encuentra ya escrita toda la información propia del ser humano. Allí está ya contenida todo el mensaje, allí está ya todo lo que será el desarrollo de este ser ya humano. Allí ya consta que está un pequeñín del hombre y un hombre pequeñín, que es verdadero hombre, un pulgarcito. No falta nada del mensaje, no falta pues nada para ser ya un hombre.
Así pues, era por argumentos de la ciencia genética por lo que se oponía al aborto. Lejeune no podía pues sino hablar con claridad sobre el aborto y los abortistas: El aborto, incluso desde el primer instante de la concepción, es un asesinato. “Una sociedad que mata a sus niños ha perdido su alma y su esperanza”. “Para excusar el asesinato han inventado la increíble hipótesis de que no se está matando a nadie. Han logrado divulgar entre la opinión pública la insólita idea de que un niño de dos meses, un niño de diez semanas, ni es humano ni tiene vida”.
5. Hombre de prestigio en el mundo cultural
Jérome Lejeune fue el descubridor de la trisomía 21. Abrió las puertas de la genética moderna. Dio conferencias por todo el mundo. Trató con jefes de Estado. Fue amigo del Santo Padre, especialmente del Papa Juan Pablo II. Era consultado por los grandes organismos internacionales, por Parlamentos, etc. Perteneció a grandes asociaciones científicas. Por ejemplo, a la Academia Pontificia de las Ciencias, donde más del 40% de sus miembros fueron Premios Nobel. Fue Presidente de la Academia Pontificia pro Vida, etc. Había sido elegido como Presidente de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, de Francia. Tiene en su haber premios científicos de gran prestigio. Fue experto para el comité científico de Naciones Unidas sobre los efectos de las radiaciones atómicas, fue experto de la OMS en genética humana, etc., etc., etc. Los grandes de la tierra sabían a quién habían de acudir cuando se trataba de estar bien informados sobre temas de genética,
6. Resumen
En suma, este libro nos presenta al hombre Lejeune, el cual “fue en su campo una de las grandes autoridades a nivel mundial” (Juan Pablo II). Lejeune como verdadero científico fue siempre fiel a la verdad de la ciencia genética, fue un verdadero defensor de la vida humana. Defendió el derecho a la vida desde el momento de la concepción, por ser ello una exigencia de la razón y de la ciencia médica.