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Por Dolors Voltas, Médico Endocrinóloga - Socia Fundadora y vocal de la Junta Directiva de CíViCa

Unos datos para reflexionar: el 10 de septiembre de 2010, el indicador coyuntural de fecundidad en España según el Instituto Nacional de Estadística, era de 1,39 hijos por mujer en edad  fértil (de 15 a 49 años). En las de nacionalidad española 1,33 y en las extranjeras de 1,67. En Catalunya el indicador era algo más alto, 1,53 el total, siendo para las de nacionalidad española de 1,39 y para las extranjeras de 1,93. En cualquier caso con estas tasas de fecundidad no puede alcanzarse el relevo generacional.

Por Dolors Voltas, Médico Endocrinóloga – Socia Fundadora y vocal de la Junta Directiva de CíViCa

Unos datos para reflexionar: el 10 de septiembre de 2010, el indicador coyuntural de fecundidad en España según el Instituto Nacional de Estadística, era de 1,39 hijos por mujer en edad  fértil (de 15 a 49 años). En las de nacionalidad española 1,33 y en las extranjeras de 1,67. En Catalunya el indicador era algo más alto, 1,53 el total, siendo para las de nacionalidad española de 1,39 y para las extranjeras de 1,93. En cualquier caso con estas tasas de fecundidad no puede alcanzarse el relevo generacional.

 
Algunas parejas no pueden biológicamente tener hijos, otras se plantean objeciones para decir sí a los hijos porque miran el porvenir con pesimismo, influidas todavía por informaciones parciales o sesgadas sobre cuestiones demográficas. Hay quien dice que hoy tener un hijo es una irresponsabilidad. Pero muchos aducen reparos a ser padres por las dificultades económicas y sociales que les rodean y que ellos asocian al hecho de tener hijos por considerarlos una carga más.
 
Los hijos no son unos extraños que llegan desde fuera a estorbar nuestra felicidad. ¿De qué les sirve a un hombre y a una mujer quererse, y que les hablen de progreso, si luego no se atreven a dar nombre propio a su futuro? Si ese temor se debe a la pretendida explosión demográfica, recordemos que eso no se da en nuestras latitudes, al contrario.
 
Hay que tener una visión más amplia: cada niño, cada niña es, para su familia y su país, un anticipo del futuro. La familia es el lugar privilegiado para la transmisión de aquellos valores éticos y culturales que dan sentido a la vida y ayudan a la persona a adquirir su propia identidad; valores que son aprendidos en la medida en que son vividos.
 
Entonces ¿por qué ese miedo a la vida, a engendrarla o a que otros lo hagan? Es tarea de todos promover un ambiente favorable a la familia y transmitir a los jóvenes la ilusión por ser padres. Para lograrlo no bastarán ni la constatación objetiva del grave descenso del índice de fecundidad en España, ni promover la conciliación de la vida familiar y laboral, ni los incentivos fiscales a las empresas que contraten a mujeres con hijos, etc. (Aunque, dicho sea de paso, bienvenidas sean éstas y cualesquiera otras medidas que se adopten). Lo que realmente anima a tener hijos es un sentido de la vida propio de personas humanas dotadas de corazón, de inteligencia y de voluntad; con ilusión de vivir y de esforzarse para que otros también tengan la oportunidad de hacerlo.

Nicolás Jouve de la Barreda
Nicolás Jouve de la Barreda
Catedrático Emérito de Genética de la Universidad de Alcalá. Presidente de CiViCa.