Escrito por Benigno Blanco. Colaborador de Agea-Madrid. Presidente del Foro Español de la Familia (recibido el 31 de julio de 2016).
La humanidad no ha conocido las ideologías hasta final del siglo XIX. A lo largo de toda la historia han existido ideas, planteamientos filosóficos, construcciones intelectuales, pero no ideologías.
Una ideología, como fenómeno moderno, es un sistema omnicomprensivo y cerrado, que da una visión completa del hombre, de la sociedad, de la historia y de todos los sucesos de la vida ordinaria, sobre la base de unos principios muy sencillos. Además, una vez aceptados esos principios, es coherente en sí misma.
Escrito por Benigno Blanco. Colaborador de Agea-Madrid. Presidente del Foro Español de la Familia (recibido el 31 de julio de 2016).
La humanidad no ha conocido las ideologías hasta final del siglo XIX. A lo largo de toda la historia han existido ideas, planteamientos filosóficos, construcciones intelectuales, pero no ideologías.
Una ideología, como fenómeno moderno, es un sistema omnicomprensivo y cerrado, que da una visión completa del hombre, de la sociedad, de la historia y de todos los sucesos de la vida ordinaria, sobre la base de unos principios muy sencillos. Además, una vez aceptados esos principios, es coherente en sí misma.
Si uno admite los presupuestos de esa ideología, toda su construcción es lógica y coherente. Hay que colocarse fuera para ver sus inconsistencias. Si uno comparte los prejuicios de Hitler sobre la moral, la historia y el papel de los arios y judíos, es coherente matar a millones de judíos, personas inocentes. Si uno comparte la visión de la lucha de clases de Marx, se entienden los 50 millones de muertos del régimen soviético.
Seguir leyendo en archivo en PDF adjunto.