Por Alice Klein, publicado en New Scientist el 17 de octubre de 2019 (Imagen: JacobStudio/Getty Images)
Los estudios de ratón podrían ayudar a entender mejor cómo se desarrollan los embriones,
Por primera vez, los embriones artificiales producidos in vitro sin esperma ni óvulos han comenzado a formar fetos vivos después de ser implantados en ratones hembra. Sin embargo, los embriones tenían algunas malformaciones y todavía se está muy lejos de ser capaces de hacer bebés humanos de esta manera.
Los embriones artificiales de ratón se hicieron desde cero, utilizando células madre especiales llamadas «células madre pluripotentes extendidas». Estas células tienen la capacidad de generar los tres tipos de células que se encuentran en los embriones tempranos.
Jun Wu en la Universidad de Texas Southwestern Medical Center y sus colegas indujeron a las células madre, sumergidas en nutrientes y sustancias estimuladoras del crecimiento, para que se convirtiesen en los tres tipos de células embrionarias (ectodermo, endodermo y mesodermo) y se autoensamblaran en estructuras similares a embriones,. «Esencialmente hicieron el trabajo por su cuenta: se podía ver cómo las células que se convertirían en el tejido placentario se movían hacia el exterior, mientras que otras que formarían el feto se movieron hacia el interior», declaró Wu.
A continuación, el equipo transfirió los embriones artificiales a úteros de ratones hembra, donde el 7 por ciento se implantó con éxito. Una semana más tarde, los embriones implantados fueron extirpados quirúrgicamente por cesárea. El examen microscópico mostró que habían comenzado a formar estructuras fetales tempranas, aunque con malformaciones importantes. «La estructura y la organización de los tejidos no eran tan buenas como en los embriones normales», declaró Wu.
Cómo crece el embrión
Este experimento supone la primera vez que se obtienen embriones artificiales que comienzan a convertirse en tejido fetal en un útero. Otros grupos habían producido embriones de ratón partir de células madre, pero no se habían implantado con éxito o solo habían sido capaces de formar células placentarias, pero no los otros tipos de células una vez implantados. El desafío ahora será conseguir embriones artificiales de ratón que puedan convertirse en fetos perfectamente formados, dice Wu.
Esto puede implicar cultivarlos en una mezcla de nutrientes y estimuladores de crecimiento que coincida más estrechamente con el entorno al que los embriones están normalmente expuestos dentro del cuerpo.
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Sin embargo, la razón para hacer esto no es generar descendencia, dice Wu. Probar la capacidad de los embriones artificiales para crecer en el útero nos permite ver lo “realistas” que son, dice. Una vez que se consideran lo suficientemente realistas, los investigadores podrán utilizarlos como sustitutos de embriones reales que normalmente ya se producen en ratones. «Nuestro objetivo es tener un sistema escalable para producir cientos o incluso miles de estas estructuras similares a embriones», dice Wu.
Los modelos embrionarios podrían ser estudiados en placas de laboratorio para entender mejor el desarrollo temprano de los mamíferos, optimizar las condiciones de la fecundación in vitro y probar fármacos para detectar su potencial en el origen de defectos de nacimiento, dice Wu.
¿Bebés a partir de orejas?
Los hallazgos sugieren que puede ser posible generar descendencia a partir de embriones artificiales,. Algunas de las células madre pluripotentes extendidas que utilizó el equipo de Wu para fabricar los embriones artificiales se hicieron originalmente reprogramando células auriculares de ratones adultos. Hipotéticamente hablando, si pudiéramos hacer lo mismo con el oído humano, la piel u otras células no reproductivas, podríamos generar estructuras humanas viables similares a embriones sin espermatozoides o óvulos. «Pero esto sigue siendo ciencia ficción», dice Wu.
No hay buenas razones científicas o médicas para hacer bebés humanos a partir de embriones artificiales hechos sin esperma o óvulos, dice Nicolas Rivron del Instituto de Biotecnología Molecular de Viena, Austria.
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Sin embargo, los embriones artificiales hechos de esta manera podrían ser potencialmente utilizados para estudiar problemas de fertilidad en el futuro, dice. Por ejemplo, podríamos ser capaces de tomar células de la piel de una persona infértil, usarlas para formar embriones artificiales, luego estudiar su crecimiento en el laboratorio para identificar cualquier causa genética de infertilidad, dice. «Junto con la posibilidad de probar medicamentos, esto podría ayudar a prevenir o solucionar problemas relacionados con el embarazo».
Referencia
R. Li, C. Zhong, Y. Yu, J. Wu, J.C. Izpisua Belmonte. « Generation of Blastocyst-like Structures from Mouse Embryonic and Adult Cell Cultures». Cell, 179, ISSUE 3, P687. DOI: 10.1016/j.cell.2019.09.029
Comentarios de Nicolás Jouve:
En primer lugar, una corrección al lenguaje, por la improcedencia de llamar a estas estructuras derivadas de células somáticas “embriones artificiales”. Caso de llegar a ser viables, habría que buscar otra denominación, siendo la más correcta “embriones clónicos”, ya que se derivan de células no gaméticas, a traves de las células iPS, a su vez derivadas de tejidos somáticos adultos (en este caso de la oreja) y conservan una dotación génica idéntica a la del adulto del que proceden las células.
La segunda consideración se refiere a la pretensión de hacer esto en humanos. Estaríamos de nuevo ante un regreso a la “clonación”, por mucho que se quiera justificar como un método para avanzar en la corrección de las limitaciones de la fecundación in vitro, u otras aplicaciones biomédicas, la clonación en humanos va en contra de la dignidad y de la ética de acuerdo con las legislaciones de los países más desarrollados y el Convenio de Oviedo sobre investigación en Biomedicina.