Fallece el Cardenal Elio Sgreccia, Gran impulsor de la Academia Pontificia por la Vida,
Aspectos positivos y diferenciales de la Educación en Libertad.
17/06/2019
Por una correcta interpretación de los datos de la ciencia en el inicio de la vida humana.
17/06/2019
Por Nicolás Jouve. Catedrático Emérito de Genética, Presidente de CíViCa. Vocal del Comité de Bioética de España.
Descanse en paz Monseñor Elio Sgraccia, Presidente de Honor de la Academia Pontificia por la Vida y un gran defensor de la Vida. Creador de una escuela de Bioética personalista, basada en la dignidad y el respeto de la vida humana, que durante años ejerció en su ” Instituto de Bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Sacro Cuore de Roma. Monseñor Elio Sgreccia, publicó una importante enciclopedia sobre Bioética (Manueale di Bioética. (Vita e Pensiero. 1994 Milan), traducido a muchos idiomas y utilizado como texto en muchas universidades y centros de educación en todo el mundo.
ERn el mismo, definió la Bioética como una reflexión sistemática sobre cualquier intervención del hombre sobre los seres vivos. Una reflexión destinada a un arduo y específico fin: identificar los valores y las reglas que guíen las acciones humanas y la intervención de la ciencia y de la tecnología sobre la vida misma y la biosfera.
La Bioética personalista considera como primordial la dignidad que hace iguales a todos los hombres y su objetivo principal es la defensa del derecho a la vida. Desde esta perspectiva, cualquier actividad sobre la vida humana debe tener presente la naturaleza personal del hombre y su plena realización Según este enfoque, nadie tiene derecho a decidir sobre la vida de otra persona.
Mons. Sgreccia se basaba en la moral cristiana y en el conocimiento científico, que consideraba una pieza importante para reforzar los argumentos necesarios para un buen discernimiento en el campo de la Bioética y la base de partida que en ningún caso debe ignorarse, por su propia naturaleza de verdad objetiva. Sobre esta verdad cabrá añadir después otras consideraciones, pero lo que no cabe duda es que, ante una realidad humana, tenemos el deber de respetar sus derechos, y el primero y fundamental de todos ellos es el derecho a la vida.
Desde CiViCa, nuestro recuerdo permanente por su claridad de ideas y sus enseñanzas, que constituyen el faro de cuantos defendemos el valor de la vida humana, desde la concepción a la muerte natural.
