Por Nicolás Jouve, Catedrático de Genética, Presidente de CiViCa.
Valorar la situación de lo que está ocurriendo con el terrible brote del Ébola nos lleva a formular algunas preguntas sobre aspectos éticos de investigación biomédica. ¿Por qué nos ha sorprendido un brote epidémico de una enfermedad tan letal de la que se tiene conocimiento desde hace casi cuarenta años?, ¿se están dedicando suficientes recursos en investigación para combatirla?, ¿es precipitado aplicar fármacos sin los preceptivos ensayos clínicos previos?
Por Nicolás Jouve, Catedrático de Genética, Presidente de CiViCa.
Valorar la situación de lo que está ocurriendo con el terrible brote del Ébola nos lleva a formular algunas preguntas sobre aspectos éticos de investigación biomédica. ¿Por qué nos ha sorprendido un brote epidémico de una enfermedad tan letal de la que se tiene conocimiento desde hace casi cuarenta años?, ¿se están dedicando suficientes recursos en investigación para combatirla?, ¿es precipitado aplicar fármacos sin los preceptivos ensayos clínicos previos?
Aparentemente el tiempo transcurrido desde que apareció la enfermedad del Ébola en África central, en 1976, podría parecer suficiente para tener ya una solución basada en ensayos clínicos para el desarrollo y comercialización de los fármacos adecuados. El tiempo al menos ha sido suficiente. Sin embargo, los factores que intervienen en la aprobación y desarrollo de un protocolo biomédico no han permitido en este caso llegar a la aplicación clínica, debido entre otros factores a la falta de conocimiento científico y a las características especiales del agente inductor. Se trata de un virus altamente contagioso, con un genoma de ARN de alta frecuencia de mutación, con una extraordinaria capacidad de invasión -capaz de anular las defensas del paciente en tan solo una a tres semanas-, y con efectos devastadores sobre el sistema circulatorio sin apenas margen para atajar su acción.
Lo que parece evidente es que la investigación en este caso no ha dado los resultados necesarios y por tanto ha sido claramente insuficiente, teniendo en cuenta además la necesidad de utilizar laboratorios muy especializados y dotados de costosísimas medidas de seguridad. El Ébola es además uno de los agentes devastadores que podrían dar malas intenciones a quienes quisieran utilizarlo en la guerra biológica…
¿Se debe aplicar un tratamiento del que se tienen solo datos parciales sobre los mecanismos de acción en ensayos preclínicos en animales de laboratorio? La respuesta a esta pregunta dependerá del estado del paciente, pero ante un cuadro clínico de las características de la enfermedad del Ébola, y con la certeza de una letalidad cercana al 90%, solo cabe intentar atajarlo con los medios que se puedan, por poco experimentados que estén y seguir investigando con todos los recursos económicos y técnicos de que se disponga.