Pasar de la política y centrarse en las ideas

Llamar a las cosas por su nombre. Un verdadero reto para los católicos
25/09/2014
Una amarga derrota
26/09/2014

Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

El  Partido Popular ha demostrado que, en política, no se debe confiar en nadie. Esperar que este partido o cualquier otro, nos exima de la responsabilidad de nuestras acciones, es una locura.

Las manifestaciones Pro-Vida del fin de semana, han servido para que el Gobierno se retrate. Me alegro que, por fin ellos se hayan aclarado, y que los ciudadanos sepan  que la responsabilidad de lo que votan y de lo que decidan, es suya. Aunque no lo parezca, los políticos  también tienen una responsabilidad social y humana, en el presente y de cara al futuro. Justificar el incumplimiento de una promesa electoral alegando la búsqueda de consenso, cuando la sociedad sabe que, la verdadera causa está en los sondeos, suena a tomadura de pelo.  Es decir: “eso, mejor no tocarlo que quita votos”. Que cada palo aguante su vela.

Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

El  Partido Popular ha demostrado que, en política, no se debe confiar en nadie. Esperar que este partido o cualquier otro, nos exima de la responsabilidad de nuestras acciones, es una locura.

Las manifestaciones Pro-Vida del fin de semana, han servido para que el Gobierno se retrate. Me alegro que, por fin ellos se hayan aclarado, y que los ciudadanos sepan  que la responsabilidad de lo que votan y de lo que decidan, es suya. Aunque no lo parezca, los políticos  también tienen una responsabilidad social y humana, en el presente y de cara al futuro. Justificar el incumplimiento de una promesa electoral alegando la búsqueda de consenso, cuando la sociedad sabe que, la verdadera causa está en los sondeos, suena a tomadura de pelo.  Es decir: “eso, mejor no tocarlo que quita votos”. Que cada palo aguante su vela.

En Francia, la semana pasada volvía Nicolas Sarkozy. Allí, la sociedad comenzó inmediatamente un debate en todos los medios de comunicación. Los partidos y sus líderes toman posiciones,  con vistas a 2017. François Fillon dice:”Yo no rindo culto a los salvadores, sino a las ideas”.  Eso es lo que la gente de la calle necesita. Los argumentos salen a la calle.

Aquí, la marcha del Ministro Gallardón, derrotado por los suyos, ninguneado por el Presidente del Gobierno y su partido, abre nueva etapa. La retirada del proyecto de Ley de Protección de la Vida del Concebido y los derechos de la Embarazada, debería suponer un debate general, en todos los medios, tanto sobre la casta política y los incumplimientos de sus propios programas y promesas, como sobre los principios generales de ese proyecto de Ley.

Dejar en la cuneta a los electores tras haberse lucrado de sus votos, y renunciar a su promesa de defender la vida, la dignidad del ser humano, el apoyo a la maternidad y la igualdad de derechos de la mujer, puede resultar chocante e incluso vergonzoso.  El aborto no puede ser, como hasta ahora, el último anticonceptivo, ni la única opción para quien no quiere hacerse cargo de un hijo.  Hay que abrir el debate de la educación, la dignidad y la conciencia.

Vicente María Desantes Fernández, escribió en su muro de facebook:“El gobierno deja enquistados en el ordenamiento jurídico patrio auténticas aberraciones jurídicas que se nos vendieron en su momento como “avances en los derechos civiles”: configurar el aborto como un “derecho a la salud sexual y reproductiva”. El gobierno, entonces en la oposición, se enfrentó abiertamente a dichas aberraciones jurídicas con buenos argumentos. Ahora el gobierno recula e incumple su programa electoral no porque pierda votos, sino debido… a que no se atreve a mantener un debate político durísimo con amplios sectores de la sociedad”.

Puede decirse, con la estadística en la mano que las consecuencias jurídicas de una mentira (ley del aborto en USA) han sido para la Humanidad mucho más perniciosas, en número de víctimas, que las guerras mundiales. Con la Derecha en el Poder ha habido ya más muertes por aborto,  financiados con dinero público, que con el gobierno precedente de izquierdas.   Pero además, en ninguna legislación europea, se reconoce el aborto como un derecho. 

Y lo peor es que, “El tiempo pasa y siguen vivos unos “logros”, que socavan los cimientos de la sociedad”, escribe el Magistrado  J. Luis Requero, en su artículo titulado “Mal vamos”. En el fondo, ¿qué ha cambiado con la derecha?  “Mal vamos si los votantes  ven que sus elegidos se avergüenzan de ellos y que al final todo queda en un “quítate tú para ponerme yo”.

Renunciar a los principios, al debate público sobre los mismos, es el peor ejemplo para una sociedad abúlica y desorientada.  Esa cobardía acepta que se pueda tener derecho a  eliminar, es decir, matar a un no nacido, sin causa o justificación alguna. La juventud, tan maltratada, necesita ideas claras, una esperanza y un liderazgo claros, para afrontar su futuro en un mundo con tantos desafíos.

Por eso, hay que abrir un periodo de reflexión. Lo que haga el partido en el poder o los partidos de la oposición importa. Ahora bien, lo verdaderamente necesario es asumir la vida y valorarla; tratar de salir de la ignorancia y del cobijo de la casta política y sus interesadas leyes.

La ignorancia no es tanto “no saber cosas” o no entenderlas o no saber aplicarlas.  “La ignorancia supina es ignorar lo que puede y debe saberse”, dice el Diccionario. Ese es el reto para situarnos en la vida, y realizarnos como personas. Eso es lo que debe exigirse y lo que debe aprenderse. Para ello hay que atreverse a pensar y luego discutir y debatir.

Se arrojó la conciencia por la borda. No se puede navegar con más desidia. En la familia y en la sociedad hay que recuperar los principios de bondad, honradez, sinceridad, esfuerzo, el altruismo y  tener en cuenta al más débil y al más desfavorecido. No hay vidas, ni seres “desechables”. Los políticos nos han estado robando tiempo, conciencia y vida, además del dinero. Posiblemente ni el tiempo ni el dinero lo devuelvan, pero tenemos derechos a recuperar lo que es nuestro: la vida, la conciencia, la cordura. Basta de creer en demagogias de seres que viven a costa nuestra, y que han demostrado ser interesados y  cobardes. 

En su primer discurso ante el Parlamento Europeo, el líder de Podemos, dijo algo así como: “el mañana  nos pertenece”. La apropiación del futuro es típica de los demagogos.  Es una de tantas mentiras mil veces repetidas, que por repetirla, sus autores creen se convierten en verdad. En el frontal del Parlamento europeo, en varios idiomas está escrito: “vuestro voto es nuestra acción”. En Estrasburgo, y en cualquier Parlamento europeo, el voto no garantiza nada a los electores, ni la acción, ni el cumplimiento de lo que prometieron.

 La vida, la maternidad, la familia son pilares de la sociedad. Esa imagen de una madre con su hijo, rodeada de niños me la encontré a la entrada del Parlamento Europeo.  Deberíamos tener un mecanismo de control, para poder controlar a los elegidos, o para mandarlos a su casa en caso de incumplimiento de sus promesas. La iniciativa “Uno de nosotros” es europea.

Fuera demagogias. Solo el “ahora” nos pertenece. Hay que hacer un poco de silencio interior para comprenderlo. Sólo lo que yo decida ahora, me pertenece y de ello “sí” soy responsable. Si algo va mal, mejor que se vaya. De lo que decidan los demás no somos responsables. Bastante tenemos con no escabullirnos de la responsabilidad de lo que hacemos por acción o por omisión. Puede haber tormentas, decepción y momentos difíciles. Pero el sol existe y cada día da vida. No se olvide.

Quienes salieron a la calle el fin de semana, no eran “anti abortistas” sino defensores de la vida. ¿Lo entenderá algún político? Que los Medios de Comunicación dejen de una vez de manipular y engañar con la burda simplificación, porque ni es igual, ni da lo mismo. Defender la vida debería ser tarea de todos. Aquí, en Europa y en cualquier lugar del mundo.

CíViCa
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Ciencia | Cultura | Vida Asociación de Investigadores y Profesionales por la Vida.