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Genes y caca: una relación inesperada
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Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

Puede que ciertas actuaciones se amparen en la legalidad, pero ser injustas, irresponsables y contrarias a la ética. Que algo sea conforme a las reglas o leyes establecidas, no lo hace irreprochable. Me referiré, en general, a los casos de corrupción, el independentismo, y  la defensa de la vida.    

Y eso, tiene un coste.

Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

Puede que ciertas actuaciones se amparen en la legalidad, pero ser injustas, irresponsables y contrarias a la ética. Que algo sea conforme a las reglas o leyes establecidas, no lo hace irreprochable. Me referiré, en general, a los casos de corrupción, el independentismo, y  la defensa de la vida.    

Y eso, tiene un coste.

En los casos de corrupción, los ciudadanos escuchan diariamente: “No había irregularidades”. Para sus autores, las tarjetas, viajes, comidas de trabajo, cursos, eres, pujoles, púnicas, madejas  y demás “mordidas”, “eran legales”. 'Las tramitaciones de expedientes de adjudicación eran conformes a la normativa estatal'.

Hay “prácticas” a la sombra del poder y de espaldas al espíritu de la ley, contrarias a la ética. Dañan la imagen de quien las realiza y también la imagen un país. Retrasan la salida de la crisis. Encarecen la inversión, el dinero, la prima de riesgo y la deuda.

Como el gobierno no toma iniciativas para liderar este gran país- pese a tener mayoría-, muchos piensan que esto es Jauja. Algunos se saltan la ley, desoyen al Supremo y al Constitucional, montan un circo independentista con fraude, desobediencia, prevaricación, malversación, cesión y revelación de datos personales.

Según Ussía: “los españoles estamos desorientados, porque no sabemos quién nos manda”. Muchos se preguntan: “¿Para qué tenemos gobierno, si ante el golpismo de los separatistas catalanes, se cruza de brazos y carga a los ciudadanos (y a la justicia) con la responsabilidad?”(Elentir). El Presidente está desaparecido cuando más se necesita.

Cierto que la justicia debe actuar. Pero hay que dotarla de jueces y de medios. Hay  una demanda de los jueces por sobrecarga judicial y por falta de medios. “Las tramas corruptas disponen de más medios para eludir la justicia que los jueces para enfrentarse a ellos”.

“Los casos de corrupción demuestran que el juez instructor tiene que desenmarañar de ordinario no un hecho aislado, sino operaciones complejas ejecutadas a lo largo de los años y desde una organización trufada de testaferros, de empresas interpuestas, de patrimonios ocultos bajo una manta de cuentas en paraísos fiscales y artificios de la más depurada ingeniería fiscal o contable. Y lo peor es el efecto cereza: que se meta la mano en el cesto y de cada hecho investigable salgan dos o tres más y de éstos otros tantos”, (Magistrado J.L.Requero).      

El independentismo ha mostrado su cara. Ni los catalanes ni el resto de ciudadanos, vamos a saber el coste de toda esa ficción antidemocrática montada por el gobierno “legal” independentista.  “El secretismo impuesto por Artur Mas para intentar burlar al Tribunal Constitucional (TC) también se ha materializado a través de la ocultación sistemática de las partidas presupuestarias destinadas a organizar la consulta y movilizar a los votantes”.

 No importa, porque dinero no les va a faltar y no temen que la justicia  pueda actuar ya que según el consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs "no se puede tener miedo cuando las cosas se hacen legalmente".

Así que, después de la euforia del 9-N, valorada por los independentistas como 'un éxito total', ya exigen un referéndum “real y definitivo”. Son insaciables. Ya están pidiendo elecciones constituyentes.  

El mismo día del 9-N se cumplieron  los 25 años de la caída del muro… El pueblo tomó conciencia y dijo ¡basta!: “wir sind das Volk" ["somos el pueblo"].  Comenzó a derribar la barrera de la injusticia. De forma pacífica volvió la unidad a Alemania, y la libertad a todos.

 La canciller  apelaba a “una Europa unida edificada sobre valores comunes”. Con esa voluntad, añadía Merkel: “podemos cambiar las cosas a mejor; ese es el mensaje de la caída delo muro”. Y el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit fue más claro: “los muros de cemento y los de las mentes se pueden vencer si estamos unidos”. ¡El contraste de lo que sucedía en Alemania y lo que sucedió aquí, es una paradoja!

Desenmascarar la excusalegal, o el supuesto amparo de la ley en los hechos descritos, es importante, pero hay que ir más allá.

Porque la misma excusa legal se emplea para negar la vida. La mayor de las injusticias y de las iniquidades y la mayor inmoralidad es apoyarse en la ley o aprovecharse de ella, para matar.

Ya sucedió, no nos engañemos. Un ejemplo: a Jesús de Nazaret se la aplicó el Sanedrín (Consejo supremo de los judíos en asuntos de Estado): «Nosotros tenemos una ley y según ella-este hombre- debe morir» (Jn, 19, 7).  Y acabaron con él.

 ¿Se atrevería alguien en el s.XXI a apoyarse en una ley para dar muerte? Sería una quiebra moral, social y económica.  Pues  sí, se está haciendo. En muchos países se han aprobado leyes en ese sentido.

Aquí, en España, cada día, más de 300 seres humanos en camino (todos somos eso) son obligados a morir en el vientre materno, gracias a una sarcástica Ley de salud sexual y reproductiva, vigente desde 2010. Y…con dinero del contribuyente. Lo llaman IVE, interrupción voluntaria del embarazo. Tenemos una Ley según la cual, libremente, y sin reproche, se puede hacer morir a 300 bebés al día, o los que sean precisos.

El Partido Popular, impugnó esa ley. Dijo que si llegaba a gobernar, la cambiaría. Desde 2011 gobierna con mayoría absoluta. Ha incumpliendo su promesa. Y además, ha retirado el anteproyecto, aprobado por el Consejo de Ministros, de la Ley Orgánica de Protección de los Derechos del Concebido y de la Mujer Embarazada.

Dicen que fue por miedo a un revés electoral. Dejó caer al ministro que la propuso. Ese ministro, -por coherencia- dejó el partido y abandonó la actividad política. Por eso, la ira del pueblo se hará patente el día 22-N y en las urnas.

El día 22 de noviembre habrá una manifestación en la capital, con el lema “CADA VIDA IMPORTA”, por si “padres” y “encubridores” de la vigente ley, no lo saben. Tal vez la mejor Ley del aborto es ninguna. Siempre debe proteger la vida humana el Estado, porque es un bien en sí mismo y para todos.

 El Presidente que se ha mostrado tan timorato, tan indeciso y apocado y tan cobarde en defender la vida, la unidad nacional, y la honradez en las instituciones, tendrá que oír al pueblo. No parece que esté a la altura de las necesidades de España, de la defensa de la vida y la igualdad de derechos y obligaciones de todos. Si se debe aprender de los errores, debería saber que el compromiso provida frente al aborto, ha sido recientemente la clave del aplastante triunfo republicano en EEUU.

 En cualquier caso, que los ciudadanos se apoyen en la ley para hacer mal, es el mayor síntoma de incivismo, de falta de principios y de educación. Desde la familia y desde la escuela falta una educación para la conciencia. La conciencia siempre dictamina lo que está bien y lo que está mal. Indudablemente eso lleva a una responsabilidad. La ley no está para amparar conductas egoístas e irresponsables.  Aunque estén amparados por la ley, ciertos actos, pueden ser injustos, inmorales e incluso criminales y punibles.

Dar a la gente lo que quiere, no es educar, es fracasar. Es robar el futuro de las personas y de la sociedad. “La educación que tenemos roba a los jóvenes y a la sociedad, la conciencia, el dinero y el tiempo” (Claudio Naranjo). 

La política educativa, aquí y en muchos lugares del planeta, “no está al servicio de la evolución humana sino de la producción y el consumo… Esta educación sirve para domesticar a la gente de generación en generación para que sigan siendo unos corderitos manipulables por los medios de comunicación. Esto es socialmente un gran daño… Nuestra mayor necesidad es la de una educación para evolucionar, para que la gente sea lo que podría ser.La crisis de la educación no es una crisis más entre las muchas crisis que tenemos, sino que la educación está en el centro del problema”.

Legalizar las drogas, el botellón o el aborto, ¿los hace éticamente aceptables o buenos? ¿No debe estar el sentido común o la conciencia por encima de la ley? ¿Es mejor la ignorancia? ¿Por qué tener miedo a que la gente piense y sea responsable y decida? Los 45 millones de muertes inocentes por aborto voluntario, cada año en el mundo, deben hacer pensar. ¿Cómo que no hay responsables? Si los gobernantes saben que la gente se ampara en la ley existente, cambien la ley. Enseñen a la gente a ser responsable. Es la cultura del consumismo, que no hace personas responsables.

El totalitarismo ideológico, pretende hipócritamente promover derechos de la mujer contra su hijo.  El derecho a la vida- en los más débiles, los niños antes de nacer, es un derecho humano fundamental. La ley debe protegerlos.

Gobierne quien gobierne, habrá que promover la cultura de la verdad, la trasparencia, el amor  y la vida. Ni puede una vida humana valer menos que la de un perro (que siente y que padece, no se olvide), ni legislar puede ser hacer leyes para tapar conductas punibles, ni para otorgar falsos derechos de unos sobre otros, o sobre los derechos fundamentales de otros. La educación debe quitar la venda de la ideología. Justo lo contrario de lo que se está tratando de imponer..

¿Qué es eso del derecho a decidir? Según Julio Anguita (ya fuera de la política, pero comunista sincero): «El derecho a decidir es una especie de moda para no causar miedo». Da miedo decir la verdad y escucharla. Por eso  se camufla con el lenguaje. ”En Cataluña lo que se quiere decidir es la independencia”. Y en el aborto, en el derecho de la mujer a decidir, lo que se pretende es: “que se pueda abortar”. ¿O no?

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa