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Por José Antonio Chamorro Manzano, Miembro de CiViCa. Ensayista en materia teológica natural y moral.

Resulta de público conocimiento que el aborto, del fruto de toda gestación biológica filial, consiste en la destrucción necrótica del correspondiente embrión o feto.

Por José Antonio Chamorro Manzano, Miembro de CiViCa. Ensayista en materia teológica natural y moral.

Resulta de público conocimiento que el aborto, del fruto de toda gestación biológica filial, consiste en la destrucción necrótica del correspondiente embrión o feto.

Dada la trascendencia espiritual (eterna e irreparable) que conlleva el hacerse responsable de participación-culpable en algún aborto premeditado, o el hacerse responsable de participación-culpable en la propaganda abortista, debiera toda persona con uso de razón el saber, exactamente, “qué es un embrión o feto”. Pues bien:

Desde el punto de vista metafísico, filosófico-teológico, todo embrión se genera así:

• Supuesta la concurrencia de las condiciones físico-biológicas necesarias para el correspondiente inicio del proceso genético embrionario. En el primer instante de la existencia de nuevo individuo, ocurre que:
-Tiene efecto la llegada del alma que es enviada por Dios, alma dotada con los necesarios sentimientos genéricos y con las necesarias motivaciones y guías y luces existenciales (Código Genético Divino), para que un nuevo individuo pueda llevar a cabo su periplo por la vida terrena como partícipe-beneficiario y cooperador en la Obra de la Creación –como criatura filial de Dios–.
-El alma llegada toma posesión del material fecundativo pro-embrionario reunido de modo complementario por una madre (óvulo) y por un padre (espermatozoide).
-El alma llegada recibe la información genética funcional específica y familiar (código genético genealógico) que, instintivamente, le inspira el alma de la madre y la que le inspira el alma del padre.
-Ese alma llegada, sintetiza y unifica la doble información genética funcional específica y familiar (paterno-materna) que ha recibido, y obtiene así su, inicial, personal modelo genético codificado; al cual modelo, y, con toda la capacidad de fidelidad instintiva que le faculta el componente genético Código Genético Divino, procurará ir adaptando ese alma sus consecuentes actividades genéticas, embrionarias y fetales.

• A partir de ese primer instante, ya existe una nueva persona que, con toda fidelidad instintiva a los designios de Dios, procurará realizar el proceso biológico denominado fecundación e ir capacitándose orgánica y funcionalmente para poder llegar a ser una eficaz colaboradora en la Obra de la Creación.

CíViCa
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