Por José Manuel Belmonte, Dr. En Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa. Publicado en su blog Esperando la Luz el 5 de septiembre de 2021
Desamparar al trabajador y al ahorrador, no es un error, es una injusticia. Es, pues una traición al pueblo. Han abandono a los pueblos, y traicionado al ciudadano, que con esfuerzo, y pagando sus impuestos, ha procurado gastar algo menos de lo poco que gana y levantado a España.
Mi amigo, Jorge Martínez Rodríguez (Lloyy), utiliza el humor gráfico y la caricatura como ‘arma de reflexión masiva’.
El obrero, -del pueblo o la ciudad-, por el alza de los precios de la luz, los combustibles y la escalada de impuestos, está viendo cómo la cesta de la compra se dispara y ya no puede más. Por culpa del gobierno y de los bancos no puede ahorrar, ni siquiera disponer de su propio dinero, porque con el ajuste de bancos (y las cajas), han permitido el cierre de miles de oficinas.
Hasta hace muy poco, teníamos a pocos pasos de la puerta de casa un bar, un bingo, un banco. Quedan los bingos y los bares, o han metido el juego, también en los bares. Hoy, la ambición política y bancaria, está arrasando con todo. Apetecidos -por los políticos-, los consejos de administración de bancos y su créditos «blandos», han permitido la concentración de la banca en las ciudades que les conviene estratégicamente.
Con eso, y gracias a la informática, han «ajustando» empleos y se han «evaporado» de los pueblos, sin aviso, sin alternativa. Con el silencio cómplice, de los gobiernos y sindicatos que teóricamente deberían haber defendido, primero a los trabajadores y luego, a los pueblos de donde recogían «el pasivo y a quien ofertaban sus créditos». Unos y otros, se han lavado las manos, (como siempre).
Tal vez mejor decirlo en números, según los datos publicados. Se viene permitiendo y haciendo un reajuste brutal ya desde la burbuja inmobiliaria. Últimamente, desde septiembre de 2020 más de 4.000 pueblos ya no tenían ni oficina, ni un cajero automático, donde disponer de su dinero, ni realizar gestión bancaria a no ser desplazándose a alguna ciudad cercana. Así nos va:
1.- La economía, destruyó 357.000 empleos solo en los 3 últimos días de agosto (ver enlace).
Están vendiendo que el empleo público ha crecido casi a un 9%. Cierto que, de una forma u otra, se está colocando a bastante personal a vivir del erario público. Pero la realidad es que, aún faltan 720.000 empleos para volver al nivel precovid (ver enlace).
En el mes de agosto se han perdido 7.358 trabajadores por cuenta propia, lo que deja la cifra total en 3.315.603 afiliados frente al crecimiento de 402 registrado en agosto de 2020, que fue el de la pandemia.
2.- Según las últimas cifras oficiales del Banco de España, desde de 2009 la Banca Española ha recortado 94.025 empleos; es decir, un 34% en once años.
El último ajuste de empleados, que la banca española ha puesto en marcha ha superando al realizado entre 2012 y 2013, en plena crisis financiera y peor año de la pasada recesión. La pandemia, ha debilitado la rentabilidad de las entidades, llevando en algunos casos a fusiones que, junto con el avance en digitalización se saldará con un ajuste de al menos 19.400 trabajadores de la banca menos. Por primera vez, este volumen de ajuste excede al que el sector redujo en 2013, de casi 18.400 empleados».
3.- Las entidades financieras tenían 45.662 sucursales en nuestro país en 2008 y doce años después casi la mitad: 22.299, un 49%.
Últimamente, el sector preparaba el cierre de 3.800 oficinas, en torno al 17% del total de la red. A día de hoy, al ajuste sin fin de la banca española, le sobran casi 5.000 oficinas. ¿Cuántas más van a cerrar y cuantos despidos se van a producir? Es imposible que ese volumen de trabajadores se justifique en prejubilaciones. Y, aunque así fuera, ¿nadie se va a preocupar del ciudadano de los pueblos, sin que se le exija nada a la banca, que sigue teniendo beneficios? (ver enlace).
Aunque alguna de sus oficinas e incluso antigua sede, puedan estar medio abandonadas e infrautilizadas. Recordemos que según desveló, en su día el digital Vozpópuli, La Torre, que fue en su día Sede Central de Caja de Guadalajara, y fue terminada en 2009, costó 20 millones de euros. Cuatro años después, sus 12 plantas estaban casi vacías. La Caixa alquilaba la famosa Torre, por 5 euros/m2. ¡Peor que un trastero! (ver enlace).
Desconozco la situación actual, aunque está a la vista de todos. Solo deseo puntualizar que los Presidentes del gobierno central, autonómico, los presidentes de las entidades adquirentes y el Banco de España, conocen la verdad de lo sucedido.
4.- Ya en 2019 se sabía que más de un millón de españoles no tenía acceso a manejar dinero en metálico. La situación en dos años duros, ha empeorado. Son los pueblos sin dinero de España. En ellos no hay ni un cajero automático. ¡Y muchas personas, sobre todo mayores, abandonadas y desesperadas, ya que no tienen conocimientos para gestionar este vacío! (ver enlace).
El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, defendía el plan de ajustes del sector financiero, por la crisis: «Tenemos que adaptarnos a ese cambio de la demanda, el uso de efectivo es menor que antes de la pandemia«. Siempre han buscado la rentabilidad, pero no se ha obligado a esas entidades, a dejar al menos un cajero en cada pueblo, y entre los empleados y los ayuntamientos, preparar a la gente en general al manejo de la nueva tecnología. Hay que avanzar en la digitalización del mundo rural y muy especialmente potenciar el conocimiento digital de las personas mayores para que no se queden rezagadas. No se puede tirar la toalla en ese sector. Y mientras no se consiga, que no se permita a las entidades financieras, el abandono de los pueblos de los que antes se han lucrado, por activo y por pasivo.
En el mes pasado, el cierre de oficinas bancarias coloca a 1,3 millones de personas en situación vulnerable en el acceso al efectivo.
Un informe hecho público decía que “la vulnerabilidad en el acceso tradicional al efectivo en España es relativamente baja en gran parte del territorio, pero hay que subrayar que aproximadamente 1,3 millones de personas se encuentran en una situación que puede considerarse vulnerable”. En cuanto al porcentaje de la población afectada, con problemas de grado medio o alto, el informe la sitúa en “aproximadamente un 3% de los ciudadanos” (ver enlace).
El Banco de España, a través de sus empleados cualificados invita a que los ciudadanos nos rasquemos, como perros, las heridas; pues advierte que «quedaran cicatrices importantes», tras la crisis, que llevarán años solventar (ver enlace)..
5.- Curiosamente, ni el gobierno central ni los autonómicos quieren atajar esta doble sangría humana y económica. ¿Se han sentado a analizar ese abandono de las entidades en la economía de la España rural? A la UE le preocupa la situación, por supuesto, pero con su aportación generosa, parece dejar en manos del gobierno central el control de los cientos de millones de euros concedidos y su control; pero también le preocupa a la UE el gasto desmesurado del mega gobierno (el más numeroso de la democracia y de la Unión Europea), con mega asesores en cada uno de los ministerios. «El gasto en cargos elegidos a dedo del Gobierno de Sánchez sigue imparable: aumenta otro 17% y ya supera los 24 millones. Las cifras de la IGAE muestran que nunca antes se había acumulado un desembolso tan elevado» (ver enlace).
El viernes pasado se confirmaba que la deuda pública superó en el primer trimestre de este año el 125% del PIB. Lo cual quiere decir, que el incremento es de más de 30 puntos desde finales de 2020. ¡No tiene precedentes! El descontrol del gobierno de coalición social-comunista y entregado a los nacionalismos, es alarmante y preocupante. ¿Solo interesa seguir en el poder? A los ciudadanos de este país, que además son votantes, ¿no hay que tenerlos en cuenta?
Es que además, no solo se fuerza e incrementa el gasto del dinero público, también del privado. En lugar de escuchar, dialogar, consensuar, el gobierno amenaza con elevar el salario mínimo al máximo de la horquilla, si no hay acuerdo de la patronal. «El Gobierno subirá el salario mínimo sí o sí. Y lo hará de forma «inmediata», como ha anunciado el presidente, Pedro Sánchez. Previsiblemente, en el Consejo de Ministros del 14 de septiembre» (ver enlace).
6.-¿Cómo se está solucionando la falta de cajeros y oficinas bancarias en los pueblos?
La despoblación financiera, -en la España vaciada-, suele ir pareja al de los servicios sanitarios, educativos y a la falta de cobertura digital. Pero, volviendo al tema del artículo: si sacar dinero de un cajero, ir a un banco a abonar un préstamo o incluso pagar una multa se ha convertido en una misión casi imposible en la España financieramente vaciada, como reconoce la Asociación de Usurarios Financieros (Asufin), es evidente que el problema económico merma su calidad de vida e impide que nuevas familias repueblen estas zonas: ¿Por qué no se ataja ese problema de una «pu*a» vez? (ver enlace).
Aquí, en España, hay dinero para «embajaditas» en el extranjero, para el PER, para cualquier chiringuito y para las más variopintas asociaciones o onegés feministas, pero no hay para una mesa donde se solucione el problema de un millón y medio de personas, abandonadas por la banca, por los sindicatos y los partidos políticos.
-Tal vez porque ese 1,3 millón de personas son demasiado buenas, y se callan. El ingenio de alguno es arriesgado, entregan la tarjeta bancaria y contraseña a un familiar o conocido para que le saque dinero en una localidad donde haya sucursal o cajero. Otros, le piden a la tienda habitual, que les fie y apunte en una libreta su deuda, hasta que puedan ir ellos mismos a la localidad donde haya sucursal, y puedan sacar dinero, porque en la tienda no tienen o no funciona el datafono.
-Tal vez porque esos ciudadanos, al gobierno central y a los autonómicos, les importan muy poco.
-Tal vez porque los concejales y los alcaldes de esos municipios, también carecen de medios o ignoran en qué forma pueden ayudar a sus convecinos.
-Tal vez, porque en algunos municipios con las oficinas postales y con el cartero rural, se van apañando.
– Tal vez, porque el municipio ha contratado particularmente con alguna entidad para que ciertos días se desplace hasta un local del pueblo, en una oficina ambulante, donde puedan ser atendidos con seguridad y privacidad.
Puede que alguien se imagine que estoy hablando de problemas y soluciones de siglos pasados. Esto está sucediendo en la España del siglo XXI a casi un millón y medio de ciudadanos.
Cuando tengan ocasión pregunten a los políticos de todos los partidos, -incluso a los que dicen que Teruel, León, Zamora, Soria, existen-, a los tertulianos de los medios de comunicación si su pueblo para ellos existe y si en esas condiciones ellos irían a vivir allí.
Fuera de estos problemas que pueden y deben solucionar quienes gobiernan, son pueblos con encanto y calidad de vida que para sí quisieran muchas ciudades. ¡Créanme!