Vacunar a jóvenes frente al COVID-19: ¿sí o no?

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Por Vicente Soriano médico especialista en enfermedades infecciosas, Profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNIR y Editor jefe de AIDS Reviews (www.aidsreviews.com). Publicado en el  Blog de Vicente Soriano,  el 19 de junio de 2021.

La vacunación frente al COVID-19 es un éxito y ha reducido el número de casos, las hospitalizaciones y los fallecimientos en la mayoría de países desarrollados. Quedan pendientes dos grupos. El primero son las personas jóvenes, que aún no han sido vacunadas. El segundo son la población del Tercer Mundo, donde el ritmo de vacunación es mucho más lento.

Dado que la mayoría de jóvenes apenas manifiestan síntomas o son asintomáticos tras la infección por SARS-CoV-2, se ha cuestionado la conveniencia de vacunarlos. Quizás sería preferible que padecieran la infección natural y desarrollarán la inmunidad de forma fisiológica. Frente a esta opinión, la vacunación evitaría los pocos casos -pero bien descritos- de COVID-19 grave en algunos niños y jóvenes. Además, la vacunación reduciría la tasa de transmisión aunque no produzca inmunidad esterilizante, esto es, anular por completo el riesgo de infección.

La Unión Europea y Estados Unidos se han comprometido a donar millones de dosis de vacunas para los países del Tercer Mundo. Algunas regiones de Asia, como India, actualmente están padeciendo una ola de COVID-19 sin precedentes. En este contexto, algunos han sugerido que la vacunación masiva no debería realizarse porque podría promover la selección de variantes de escape inmune, esto es, de resistencia a las vacunas. Uno de los defensores de esta opinión es Geert Vanden Bossche, un experto en vacunas que había trabajado en la Fundación de Bill Gates.

La circulación de nuevas variantes del SARS-CoV-2, cada una más transmisible que la anterior, no ha dejado de ocurrir desde la llegada de la cepa original de Wuhan. Es el caso de las variantes británica, sudafricana, brasileña e india, conocidas como alfa, beta, gamma y delta, respectivamente. En España esta última representa actualmente un 10% de las nuevas infecciones por SARS-CoV-2.

La eficacia de las vacunas administradas en el momento actual no parece reducirse desde el punto de vista clínico por la circulación de las distintas variantes. No hay más hospitalizaciones entre las personas vacunadas desde que se detectaron en los países donde circulan. De este modo, si hubiera habido posibilidad de seleccionar una variante ‘monstruo’, esto es, completamente resistente a vacunas, ya habría ocurrido y no es así.

En España, hasta la mitad de junio se habían vacunado el 50% de la población y un 30% habían recibido las dos dosis recomendadas de las vacunas de Pfizer, Moderna o AstraZeneca. La cifra de casos diarios y de hospitalizaciones continúa en descenso y es ya de las más bajas desde el inicio de la pandemia. No hay duda de que la vacuna funciona. Es más, el beneficio se reconoce ya desde la primera dosis, como han subrayado otros.

La vacunación en residencias geriátricas, de ancianos y de personal esencial, entre ellos los sanitarios, evitó una cuarta ola en abril, después de Semana Santa. Durante las tres olas anteriores -la última tras las navidades-, no pudo reconocerse el beneficio de las vacunas, pero ahora es claro y definitivo. Afortunadamente, estamos viviendo los últimos momentos de la pandemia de COVID-19.