La gran victoria del PP

Editorial publicado en ForumLibertas.com el 10 de Octubre de 2011

Si las encuestas no se equivocan, el PP obtendrá el mejor resultado de su historia con una mayoría absoluta muy amplia, lo que le permitirá gobernar y adoptar decisiones sin problemas. Esto, en la práctica, puede convertirse en una incomodidad, si es que el poder con mayúsculas puede resultar alguna vez incómodo.

La razón radicará en que no tendrá ningún motivo y excusa para eludir la respuesta a las grandes cuestiones que ha dejado abiertas el Partido Socialista. Indudablemente, la crisis económica, pero ésta no puede devorarlo todo. Hay otras cuestiones que son de necesario planteamiento y resolución. Una de ellas, la más evidente, es la del aborto. El PP, por boca del propio presidente se ha comprometido a derogar la ley y recuperar la situación preexistente, la de despenalización de determinados supuestos, que exigiría, eso sí, en paralelo, una reglamentación estricta para evitar caer en los excesos que convirtieron a España en uno de los paraísos de esta brutal práctica.

Una ley de supuestos con una reglamentación clara y restrictiva significaría equiparar la legislación española a la que pueda existir en un país como Polonia, para situar una referencia. Sería un paso decisivo, muy importante, en el objetivo final de erradicar totalmente el aborto de nuestra sociedad.

Pero, la cuestión no para ahí. La ley que hizo posible el matrimonio homosexual y las brutales modificaciones que se hicieron en el Código Civil eliminando el concepto de ‘padre’ y ‘madre’, de ‘esposo’ y ‘esposa’, es otra cuestión determinante. Como lo es la modificación de aspectos concretos, que no la derogación, de la ley de protección integral de la mujer ante la violencia de género porque su práctica ha demostrado que no sirve para frenar la violencia y su única utilidad es la de meter hombres en la cárcel por hechos que en el marco legal normal serían simplemente faltas.
Es asimismo necesario revisar la legislación que hace de España un país privilegiado para la investigación con embriones humanos y para la práctica de la clonación.

También la ley de educación espera su turno para reforzar el papel de los padres en la elección de la escuela de sus hijos, y para resituar la clase de Religión y de cultura religiosa en el plano que nuestra sociedad necesita para no producir personas absolutamente incultas en la que significa la componente más importante de nuestra cultura colectiva y, además, que constituye la fe de una mayoría.

El PP no puede escudarse en que esto sean temas menores, simplemente porque no lo son, son fundamentales. Cada vez más la sociedad tiene depositadas en ellos un punto de conflicto y por lo tanto la exigencia de una resolución. Si el PP no aprovecha a fondo esta oportunidad, su credibilidad quedará absolutamente destruida y pasará a ser un partido poco fiable para una gran parte de su electorado, para una parte importante del electorado católico, que antepone estas cuestiones a cualquier otra. Esto debería mover a reflexión a Mariano Rajoy y al conjunto de sus dirigentes.