Operación de corazón con éxito de un feto de 22 semanas dentro del seno materno

Por José Grau – Publicado en ABC.es Madrid el 17 de Septiembre de 2011

Carmelo fue operado en su semana 22 de vida por una estenosis aórtica. Ha sido la primera intervención feliz de ese tipo en España. Ahora tiene 2 años.

Foto de José Alfonso – Carmelo, en el hospital 12 de Octubre de Madrid
 

La ley de aborto española permite acabar con la vida de fetos con malformaciones graves de 22 semanas en adelante.

Carmelo Castro y María del Mar Martín, un joven matrimonio andaluz, se quedaron hundidos cuando hace dos años al feto que María del Mar llevaba en su seno le diagnosticaron una estenosis (estrechamiento) aórtica grave. Renunciaron al aborto. En Sevilla los derivaron al hospital 12 de Octubre de Madrid. Y aquí, en este hospital, en agosto de 2009, el doctor Alberto Galindo, del servicio de Obstetricia y Ginecología, y el doctor Alberto Mendoza, del Instituto Pediátrico del Corazón, realizaron con éxito una intervención que es«un procedimiento complejo donde los haya», como resaltó Galindo. El resultado: Carmelito, de dos años, correteaba ayer por los pasillos de la cuarta planta del hospital, y jugaba con los micrófonos en la sala donde fue presentado a la prensa.

A Carmelo le practicaron una valvuloplastia en el ventrículo izquierdo para mejorar la circulación de la sangre, evitar lesiones secundarias que se podrían producir en el sistema nervioso o en el pulmón, y aumentar las posibilidades de que el embarazo llegase a buen término. «Es un procedimiento único en medicina, con una duración de una hora, que se lleva a cabo sobre lesiones que anatómicamente son sencillas pero que conducen a otras de extrema gravedad», explicó Galindo.

En el momento de la operación, María del Mar estaba embarazada de 22 semanas, el feto pesaba 500 gramos y el diámetro de su corazón medía 35 milímetros, el equivalente a una moneda de un euro. Tras anestesiar por completo al feto y solo localmente a la madre, el equipo médico insertó una aguja a través del abdomen materno hasta alcanzar el corazón del pequeño, y por ella iba una guía y un balón de aire. El momento crítico de la intervención llegó cuando hubo que inflar repetidamente y de forma intermitente ese balón, para garantizar que la válvula del corazón de Carmelo quedara abierta y pudiera circular la sangre correctamente hasta el fin del embarazo. Efectivamente, el niño nació por parto natural en la semana 38 y pesó 3.330 gramos. Sano, como sano está.

Proceso de selección

El doctor Galindo relató que, desde 2006 hasta la fecha, algo más de cien niños han llegado hasta su unidad para evaluarlos. «En 64 casos consideramos que no eran candidatos a intervención cardíaca, bien porque su situación era ya muy evolucionada, y la intervención no les beneficiaba, o bien porque eran niños en una situación clínica no de tan extrema gravedad, de tal manera que podían ser operados de forma convencional después del nacimiento». De los 32 casos que sí consideraron que eran candidatos, «en 15 de ellos las parejas optaron por desestimar el procedimiento, o rechazarlo e interrumpir la gestación, y no continuar adelante. De los otros 17 casos, en dos no pudimos hacerlo porque el feto estaba persistentemente en una situación inapropiada y fallecieron después de nacer, y de los 15 en que sí lo hicimos… en 12 hubo éxito técnico (la operación salió bien) y en 5 éxito biológico (entendido como que el técnico se perpetúa en el tiempo). Carmelo es el primero de ese éxito biológico, pues cumplirá dos años el próximo 15 de noviembre, y además el único con intervención del tipo estenosis aórtica severa.

María del Mar, la madre de Carmelo, subrayó ayer: «Pensé en mi hijo. Si había esperanza, por qué no llevar a cabo la intervención… Confiamos en que el resto de padres con hijos enfermos vean la situación de Carmelo, para que se conciencien de que mientras hay vida hay esperanza».

A la presentación de Carmelo compareció también Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Sanidad de Madrid, que destacó la valentía de los padres y la excelencia del hospital y de la sanidad madrileña.