La muerte digna

Por Miguel Díaz Alcaráz – Publicado en diariolatorre.es, el 27 de Agosto de 2011
Se vuelve a plantear un caso en Andalucía para acogerse al eufemismo de la muerte digna, ya sabemos que Andalucía es pionera en la promulgación de esta Ley y en otras cosas no demasiado felices.

Acogiéndose a la citada Ley han cortado la alimentación a la enferma Ramona Estevez para que muera de inanición, no se trata de un caso de una enferma a la que una maquina le permite vivir y que desconectada moriría rápidamente o la administración de un fármaco que prolonga artificialmente la vida. El caso que nos ocupa es una señora que esta en un coma irreversible pero sin embargo no necesita ningún dispositivo especial para seguir viviendo, La Junta de Andalucía ha ordenado al Hospital que quite la sonda que le permite hidratar y alimentar a la enferma, ante la petición e insistencia de la familia.

El Presidente de la Asociación Derecho a vivir, Sr. Eduardo Gómez denunció esta situación ante los juzgados de Huelva y pidió que se restablezca la alimentación a la paciente, afirma que esta decisión producirá una muerte provocada, señala que es un claro ejemplo de eutanasia y no de muerte digna. Nicolás Jouve, biólogo y catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares afirma que dejar morir por inanición es una muerte traumática y no pertenece al ejercicio de la medicina. La muerte, que es lenta en estos casos, puede llegar en un plazo de dos a tres semanas a partir de la retirada de la sonda, según los especialistas.

También ha aparecido en los medios un anciano que en una residencia de León ha ayudado a suicidarse a su esposa impedida.

En España hemos abierto este portillo y si se sigue por esta línea los mayores tendrán miedo a ir a los hospitales como ha ocurrido con los holandeses y los hospitales de su país, pero este temor siempre lo tendrán los que tienen menos recursos, el que tiene medios económicos se costeará una sanidad privada.

Los viejos molestan muchas veces con sus achaques y causan numerosos gastos a la Sanidad pública. Además, a la hora de heredar, este procedimiento puede servir en determinados casos, al menos en Holanda así ha sido en alguna ocasión, por las noticias que han aparecido de forma esporádica en la prensa.

Hay una Asociación por la “Muerte digna”, según me contaron en una ocasión, parece visitan a las personas que están en una situación limite y la apoyan para que tomé la decisión de abandonar este mundo.

La dignidad de la muerte la aporta la persona, tal como aborde ese momento es lo que da dignidad a su muerte. En el entorno que me rodea ha asistido semanas atrás al entierro de una parienta relativamente joven, tenia cáncer de páncreas, estaba desde el primer momento desahuciada, sin embargo ha llevado muy dignamente su enfermedad, muchas veces con la idea de un milagro que la podía curar; tenía unos deseos de vivir muy grandes; esto ha sido posible por que su entorno la ha apoyado de manera sistemática y cuando ha llegado el momento y se ha dado cuenta que estaba en las últimas horas lo ha asumido con toda dignidad.

El tiempo que ha vivido con su enfermedad aunque parezca una paradoja para ella ha sido hasta en alguna medida feliz, no se ha privado de salir, estar con las personas a las que quería, incluso ir a tomar unas copas cuando la enfermedad se lo ha permitido y muchas cosas mas. Los que la hemos rodeado nos hemos sentido reconfortados por su ánimo y alegría.

Pero hay mas: acompañamos durante varios años a unos familiares cercanos en una residencia de ancianos a la que se marcharon, visitándolos con mucha frecuencia; hemos hablado con otros ancianos que allí había, en bastantes ocasiones y con cualquier motivo; ninguno quería morirse a pesar de los muchos achaques que padecían, incluso en el caso de algún residente que no recibía visitas y estaba solo tampoco deseaba la muerte, se sentían felices de seguir cumpliendo años. Qué le pregunten a los ancianos que hay en residencias si se quieren morir.

El problema que tiene la sociedad hoy es que la población tiene una esperanza de vida alta, a pesar de la contaminación, las nucleares, las radiaciones que dicen emiten los móviles y un largo etc… difundido por los agoreros; esto genera que la población de personas de tercera edad haya aumentado, con lo que esto implica entre otras cosas un elevado gasto para la sanidad publica, a esto se une la soledad en que viven muchas personas ancianas en muchos casos abandonadas por los hijos, en otros porque no han tenido hijos o familiares cercanos que se preocupen de ellos, en este contexto es fácil explicar que haya ancianos, que al sentirse solos y abandonados, no tengan deseo de vivir, si además están enfermos o impedidos es fácil convencerlos que lo mejor es que se mueran, en Suiza pueden hacerlo con el suicidio asistido en España a lo mejor con el tiempo.

No me opongo en ningún caso a los cuidados paliativos que están regulados desde hace tiempo, estoy en contra del ensañamiento terapéutico, pero también estoy en contra de inducir a la muerte a personas, lo que hay que hacer con los ancianos y personas desahuciadas es apoyarlas, reconfortarlas, hoy hay medios para que una persona con una enfermedad incurable y desahuciada pueda vivir sin dolor y en el caso que nos ocupa dejar a la naturaleza que actúe pues de manera sabia acabara produciendo la muerte de esta persona. Acompañemos y apoyemos a nuestros ancianos creo que lo merecen.