-A partir de ese instante, ya existe una nueva persona que con toda fidelidad instintiva a los designios de Dios procurará realizar el proceso biológico denominado fecundación e ir capacitándose orgánicamente para poder llegar a ser una eficaz colaboradora en la Obra de la Creación.
El problema empezará cuando esa persona alcance uso de razón –alma racional–, entonces y siempre que ella pueda actuar con libre voluntad, tendrá que decidirse por actuar con intención de fidelidad a los, intuidos, designios de Dios o con intención de ignorarlos o de tergiversarlos.
Toda actuación del alma, sea de carácter vegetativo o instintivo o reflexivo voluntario o forzoso, y toda vivencia del alma; todo ello va quedando grabado en la memoria del alma. Todo ello se incorpora a su currículo personal y caracterizará y capacitará el alma de la persona durante el resto de su vida terrena y en la universalidad de la Vida Eterna en el Seno de Dios.
En la Vida Eterna, todo lo que haya ocurrido en la vida terrena quedará expuesto de modo rememorado, pero en condiciones de presente real, ante Dios y para conocimiento de todas las almas. Cada alma expondrá de modo permanente allí todo lo que lleve memorizado, sin que haya posibilidad de olvido, disimulo o engaño.