Por el Dr. José Mª Montiu de Nuix, pbro., doctor en filosofía, matemático, socio de CiViCa
Frente al genocidio abortista está reaccionando un clamor incesante de defensa de la vida del concebido aún no nacido, defensa referida a las diferentes fases de su vida. Voz tanto de la razón natural, de la ciencia y de la filosofía, como de la Iglesia, particularmente, del Papa Francisco. Dentro de esta perspectiva se encuentra un cierto triunfo en la noticia siguiente.
Ahora, en la web www.catholic.net, se acaba de publicar un interesante artículo del jurista Carlos Álvarez Cozzi, titulado “Un avance en la lucha contra el aborto”. Su subtítulo es: “Los latidos del corazón del embrión detectados impedirán abortos en Iowa (Estados Unidos)”. Las ideas fundamentales del mismo son las que acto seguido se exponen.
Se afirma allí que el Congreso de Iowa ha aprobado un proyecto de ley que prohíbe la realización del aborto tras haberse detectado algún latido en el corazón del feto. En este proyecto de ley se exige, así mismo, que los médicos, antes de resolver sobre una petición de aborto, examinen si además de los latidos del corazón de la madre, pueden detectarse latidos de otro corazón, ubicado en el vientre materno. De modo que si se detectan los latidos de dos corazones, el médico no pueda, en modo alguno, realizar el aborto. Se afirma también que los latidos cardiacos del feto pueden detectarse alrededor de unas seis ó siete semanas después del inicio del embarazo. Actualmente la decisión para aprobar definitivamente este proyecto de ley se encuentra en manos de Kim Reynolds, gobernador de Iowa, el cual es considerado una persona cien por cien antiabortista.
Se trata de un proyecto de ley que se basa, obviamente, en que un corazón que está latiendo es una señal muy clara de la existencia de una vida. La cual, evidentemente, no puede ser sino vida humana. De modo análogo, es habitual, y está recogido en las leyes, que si estoy ingresado en una clínica, mientras mi corazón esté latiendo, ningún médico podrá dictaminar que estoy muerto.
El artículo, en orden a una mayor diafanidad, afirma también que, aunque es verdad que nunca es lícito el aborto, ya que la vida humana existe desde el instante mismo de la concepción, el cual coincide con el momento de la fecundación, en el cual el nuevo ser ya tiene un código genético propio, código independiente del de sus padres, también es verdad que si el presente proyecto de ley llegara a convertirse en ley, ello representaría un importante progreso respecto a cómo está actualmente en Iowa la ley sobre el aborto, convirtiéndola en menos permisiva.