Por José Manuel Belmonte, Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo. Miembro de CíViCa. Publicado en el Blog del autor Esperando la Luz, el 14 de Enero de 2018.
En Occidente es la semana posterior a los Reyes Magos, que vinieron cargados de regalos para los niños. La ilusión de los niños es jugar, estar alegres y ser felices.
En el mundo, 1) algunos siguen negando el derecho a la vida de los niños. Si se les Impide ser niños, ¿qué es jugar?
Entre los que pueden jugar, no todos pueden hacerlo con lo que juegan nuestros hijos, como señala estos días la prensa. 2) la fotografía publicada de los objetos con que juegan unos niños rohingyas. 3) Una tragedia silenciosa ¿ o epidemia?. La advertencia del Dr. Luis Rojas, va de niños y jóvenes pero no es un juego.
1) Primero, vivir.
Si la familia o la sociedad se saltan ese derecho, todo lo demás se derrumba. Es básico.
Las leyes de varios países e incluso el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, consideran que el aborto, que acaba con la vida de un ser humano, es «un derecho humano». ¿De quién? Claramente de la mujer, ya que condenó al gobierno peruano por actuar contra los derechos humanos «al no permitir que una mujer acabara con la vida de su hijo».
Parece francamente terrible, que se defienda el derecho a «decidir de la mujer » y se niegue «el primer derecho humano del hijo», que es vivir. Al amparo de esas leyes políticas, millones de bebés mueren cada año en el mundo. En España cerca de 100.000. Ser legal no quiere decir justo, ni humano, ni ético.
Pero, a la sombra de esa ley permisiva ya se habla del «aborto postparto» y además de eutanasia infantil para acabar con muchos de los que hayan podido nacer. (Solo varía la edad).
Y luego vienen en cadena… la fecundación in vitro, la selección de embriones y la producción de embriones que no van a ser implantados en el útero materno y que descriptivamente se les califica como embriones “sobrantes”. ¿Qué se va a hacer con ellos? Nadie responde a las múltiples cuestiones que esos embriones plantean.
Paradójicamente, uno de esos embriones, congelado hace 24 años, se convirtió en la hija de Tina (hoy de 25 años), en Tennessee, al haberlo gestado y nacer a finales de noviembre de 2017.
La falta de respeto a la vida y a la dignidad del ser más indefenso, es también la pedofilia, que hasta hace unos años no estaba tipificada como delito en países, como Pakistán. Pues bien, las cámaras de seguridad grabaron la pasada semana, el momento en el que el asesino de la niña Zainab Ansari -de 7 años- se la lleva, la viola y después la mata. El cadáver de la niña, que había desaparecido el jueves, cuidada por su tío mientras sus padres viajaban a Arabia Saudí de peregrinación religiosa, apareció en la basura.
Proxeneta es la persona que induce a otra a ejercer la prostitución y se beneficia de las ganancias económicas que se obtienen de esta actividad. Más aberrante si estas personas, pertenecen al entorno familiar y se trata de un niño o niña menor de edad. Tal es el caso de una pareja alemana, que ofrecía al hijo (de 7 años) de la mujer para diferentes tipos de violación y abuso a cambio de determinadas cantidades de dinero. Según la Oficina de Investigación Criminal alemana, (LKA): «Se trata del peor caso de abusos sexuales a un menor que han tenido que abordar nuestros investigadores».
Se ha intentado también legalizar la forma de perversión que es el obligar a niñas a casarse con adultos, como «derecho de los padres sobre sus hijas», o «derecho de los varones a casarse con niñas menores de edad», (tengan ellos la edad que tengan) y sin el mínimo escrúpulo ni respeto al derecho de las pequeñas.
2) Jugar sí, pero sabiendo las prioridades y derechos, por este orden: vivir, tener una familia, alimentarse. Jugar presupone los anteriores.
El 21 de octubre de 2017, escribí de los rohingyas, señalando que estaban siendo exterminados: «Huyen de la muerte, ¿hacia el infierno? Son pueblo oprimido al que no se le reconocen derechos, ni territorio, ni ciudadanía, ni libertad política ni para casarse, ni se les respeta sus creencias.
En la antigua Birmania hoy Myanmar-mayoritariamente budista- el gobierno con la policía está arrebatando todo a los rohingyas, una minoría musulmana «sin Estado y sin amigos», obligados a huir, la mayoría lo hace hacia el vecino Bangladesh [enlace
Existen imágenes y vídeos de quienes, en condiciones desastrosas e inhumanas, logran huir. Pero de la represión y la masacre de los que han perecido no queda ni rastro. El régimen se encarga de que no quede señal, ni se difundan imágenes, ni de adultos ni de niños.
El Ejército birmano ha admitido una matanza rohingya en una aldea investigada por periodistas de la agencia Reuters. Pero acusados de tener datos secretos, pueden enfrentarse a una condena de 14años de prisión.
A finales de noviembre y pruimeros de diciembre el papa Francisco emprendió una visita a Birmania (Myanmar) y Bangladesh, para llevar su apoyo a las pequeñas minorías, (cristianos y rohingyas). Era un intento de alertar al Mundo, a los respectivos gobiernos y a Naciones Unidas, de que debían frenar la «limpieza étnica» contra la minoría musulmana. Pidió que «se tomen medidas decisivas» para acabar con esa situación y buscar modelos de diálogo y convivencia.
Por su parte, el Gobierno de Bangladesh ha contabilizado 36.000 niños que han perdido a uno o los dos padres entre los más de 600.000 rohingyas que llegaron al país desde el pasado 25 de agosto, procedentes de Birmania. Se calculan en 340.000 los niños, que necesitan alimentos, agua, asistencia sanitaria, y atención psicológica. La condición de los niños se ha deteriorado por el largo viaje que han tenido que hacer, a través de la frontera, por el clima y por las condiciones de los campamentos.
En alguno de estos campamentos, «los refugios están sobre pilares por encima de basura y excrementos». Muchos caminan descalzos, y con miedo, ha relatado un periodista llamado Mercado. Dice que «los niños rohingya necesitan una solución política y humana … y que los niños deben ser reconocidos, antes de nada, como niños».
Así que la foto de la que hablaba al principio y que se reproduce, muestra las manos de algunos de esos niños refugiados, con los objetos ¿juguetes? (un cordón, una ruleta, una cuchilla o una tapa de botella, etc.) [enlace].
3) La tragedia silenciosa del primer mundo.
Guillermo del Toro, el recién galardonado director de «La forma del agua» ha dicho: “La violencia espiritual, física y moral que la familia ejerce hacia el niño es el germen del horror”.
Hay un clima de violencia muy extendido en la sociedad occidental. Creo que la familia puede educar y debe educar con ejemplo, no con violencia, con autoridad pero con cariño y respeto. Hay que saber decir «NO» a ciertos caprichos en casa y a ciertas ideologías en la escuela y en la sociedad. Es cierto que, a veces, los niños tienen demasiadas actividades. Si además, -por el trabajo de los padres o por la razón que sea- los niños están o se sienten desatendidos, las consecuencias son «devastadoras» para su salud de cara al futuro.
Después de los regalos navideños, me pareció interesante recordar lo que dice el Psiquiatra Luis Rojas Marcos: «Los niños de hoy están siendo sobre-estimulados y sobre-regalados de objetos materiales, pero están privados de los fundamentos de una infancia sana, tales como: padres responsables; límites claramente definidos; nutrición equilibrada y sueño adecuado; movimiento en general, pero especialmente al aire libre; juego creativo; interacción social; oportunidades de juego no estructurado y espacios para el aburrimiento» [enlace].
El peligro tiene dos caras: los padres y los niños, aunque los responsables son los padres. Así nos encontramos con padres digitalmente distraídos, muy permisivos, sin pautas de comportamiento que dejan que los niños «hagan lo que quieran». Los niños terminan por creer que lo merecen todo, sin haber hecho nada para merecerlo, donde el alimento y el sueño es irregular o desequilibrado, donde para tener paz, se les deja en manos de las «niñeras tecnológicas», móvil, Tablet, Tv, etc, y donde se vive el sedentariamente y se potencia la obesidad, por falta de movimiento y juego con ellos en el exterior.
Regalos abundantes y carencias humanas, afectivas, llevan a 1 de cada 5 niños a tener problemas mentales, al incremento de niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Las estadísticas señalan un aumento de depresión en adolescentes y al aumento de la tasa de suicidios en niños (de 10-a 14 años).
Si es verdad que la soledad mata, la ausencia de autoridad puede matar la familia y dañar mentalmente a los niños.
VOLVER A LO BÁSICO
El Doctor dice que la situación de deterioro, no es irreversible. Puede cambiar, si los padres se lo proponen. Pero mejor que el cambio sea visto como un juego, que como una imposición. Que los miembros de la familia no piensen que el barco va a la deriva. Pero hay que señalar los límites, y que todos sepan que el barco tiene un capitán, que se hace respetar y va a cambiar el rumbo. En unas semanas, todos se sentirán más seguros, aunque no sea lo que los niños quieren. Se prioriza lo que necesitan y el cariño, la convivencia y la salud, el hablar y comer sin «juguetes de tecnología» y salir al campo y jugar. Y, todo con cariño, paciencia y ejemplo. Mejor que la pareja hable antes y esté de acuerdo. (La frustración y la salud de los padres, también está en juego y los niños lo saben).
Concluye con un gran consejo integrador para dejar de ser pasivo: «Conéctese emocionalmente, sonría, abrace, bese, cosquillee, lea, baile, salte, juegue o gatee con ellos».
Añado, por mi parte: cuando se comporte así…intente ser natural o practique hasta que le salga de forma espontánea.